El Simbolismo En El Teatro

Introducción

El simbolismo es una “corriente poética y, en general, artística, aparecida en Francia a fines del siglo XIX, que tiende a eludir los nombres de los objetos y sentimientos y prefiere sugerir o evocar estos por medio de imágenes.” (RAE) Según Lluís Ma Todó en su obra El simbolismo: el nacimiento de la poesía moderna es muy probable que toda la poesía sea simbólica o que evidentemente, el recurso de recurrir a símbolos para transmitir emociones, sentimientos, sensaciones. 

Desarrollo

Este movimiento es mucho más antiguo que la escuela simbolista, y muy frecuente en la historia literaria occidental. Este movimiento aparece gracias a Charles Baudelaire, conocido poeta francés del siglo XIX, con su obra titulada Las flores del mal. A partir de ese momento, solo era cuestión de tiempo de que esta nueva corriente se extendiera por el resto de Europa. En España, aparecen las primeras tendencias simbolistas a finales de siglo XIX por dos motivos: la buena relación que mantenía el país con Francia.

Lo que permitió que tuviéramos acceso a las obras de Baudelaire, así como sus continuadores y, por otro lado, gracias al poeta nicaragüense Ruben Dario, quien fue uno de los mayores difusores. Según César Oliva, Azorín, otro de los grandes escritores de esta época, manifestó como tenía que ser el teatro simbolista: «La nueva pieza teatral debe dar expresión a la tensión dialéctica entre dos cadenas de imágenes: las imágenes directas, conscientes, claras, determinadas, y las imágenes que proceden del fondo de nuestro espíritu»

A partir de esa declaración, podemos ver que este teatro se va a caracterizar principalmente por la superioridad del espíritu al hombre, rechazando toda realidad objetiva, a diferencia del realismo, y profundizando en la mente del hombre. También, el contenido histórico va a ser escaso, destacando los relatos míticos o las leyendas, de ahí a que muchos autores se dediquen a estudiar fenómenos religiosos o mágicos. El tema por antonomasia será la muerte y los personajes 

Conclusión

En conclusión, van a recibir el nombre de personajes metamórficos para así lograr resaltar las varias caras que pueden tener. Aunque la lista de los escritores que han optado por crear obras donde el simbolismo es protagonista indiscutible es infinita, podemos destacar a: Miguel de Unamuno con Soledad, Azorín con Angelita, Alberti con El hombre deshabitado, Valle-Inclán con Luces de bohemia y Lorca con La casa de Bernarda Alba, siendo estas dos últimas novelas las que vamos a analizar a continuación. 

22 October 2021
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