Representación Simbólica de La Ciudad en 'La Virgen de Los Sicarios' y 'Ciudad de Dios'

El punto de partida del presente ensayo es la idea según la cual la ciudad es fundamental en el desarrollo de las novelas. Es innegable la importancia de la ciudad en la construcción de civilización. Para el caso de la literatura, la ciudad literaria puede ser entendida como un espacio simbólico, que conjuga con otros factores como el tiempo, el entorno, los personajes, etcétera. En un primer momento, podemos pensar en Bajtín y el concepto del Cronotopo:

“En el cronotopo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del argumento, de la historia. Los elementos del tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entendido y medido a través del tiempo. La intersección de las series y uniones de estos elementos constituye la característica del cronotopo artístico.” (Bajtín, 1989, Pág. 280)

En este aspecto, el cronotopo es el conjunto de los sucesos en los lugares y tiempo presente en el texto literario. Esta unidad consolidada permite entender en términos generales que las novelas conjugan entre el tiempo y el espacio en la que se desarrollen. Por ejemplo, las comunas de Medellín en La Virgen de los Sicarios, Fernando las describe de la siguiente manera:

Las comunas cuando yo nací ni existían. Ni siquiera en mi juventud, cuando me fui. Las encontré en mi regreso en plena matazón, florecidas, pesando sobre la ciudad como su desgracia. Barrios y barrios de casuchas amontonadas unas sobre otras en las laderas de las montañas, atronándose con su música, envenenándose de amor al prójimo, compitiendo las ansias de matar con la furia reproductora. Ganas con ganas a ver cuál puede más. (Vallejo, 1994, Pág. 33)

Fernando, el narrador de la historia, describe el entorno como algo negativo, que no debería estar en la ciudad. Paralelamente, describe las dinámicas de ese territorio, sobre cómo se vive, cuáles son las dinámicas de los barrios e incluso de las epistemologías comunes que existen en las comunas, para este caso. De igual forma, la representación de los espacios, se describen las condiciones de posibilidad de los mismos habitantes. Las comunas en ese sentido constituirán un peso muerto sobre la ciudad, según Fernando, pero no necesariamente se habla de la construcción física que pueden ser muy puntuales para estos sectores; sino que puntualiza en las dinámicas del territorio.

Según lo anterior, ¿sobre qué ciudad está este peso muerto? La respuesta de Fernando será sobre la ciudad de bien. A lo largo de la novela, será recurrente la idea de que los ciudadanos de Medellín están expuestos a los habitantes de la comuna. Los hechos que se muestran en la novela permiten dar cuenta de que Fernando tenía un poder económico sobre Alexis. Este poder corresponde a su posición privilegiada como hombre pudiente. La posición de Fernando refleja también el entorno desde el que él está ubicado. Es por lo que el peso muerto al que hace referencia ejerce presión a la ciudad privilegiada, ubicada en el centro de la periférica montaña.

En Cidade de Deus será estructuralmente distinto. En la novela, se habla de la construcción de espacio propio a partir del territorio físico e histórico:

Barro Vermelho había sido despedazado por palas mecánicas y tractores cuando se construyeron las casas y los primeros bloques de apartamentos. La arcilla tomada de la colina sirvió para aterrizar parte del estanque y para el yeso de las primeras casas. Cuando era perfecto, el monte terminaba muy cerca de la orilla del río. Hoy, termina en uno de los bordes del conjunto, donde se encuentran algunas de las casas de clasificación, en la calle que conecta los bloques de apartamentos con la plaza principal del conjunto. Desde allí se podía ver la laguna, el lago, el estanque, el río y sus dos brazos, la iglesia, el mercado Leo, el club, el ocio, las dos escuelas y el jardín de infantes. (Lins, 2012, Pág. 17, Traducción propia)

Para este caso puntual, se percibe la construcción de ciudad desde el espacio físico, pero también de la memoria. El narrador nos recuerda que la Ciudad de Dios comenzó como un pequeño asentamiento de viviendas que de a pocos fue aumentando su capacidad habitacional. Considero que en este caso el narrador nos recuerda que la ciudad es cambiante, y que está en constante crecimiento. Este tipo de observaciones desde la memoria del espacio físico, de lo urbanístico e incluso de lo arquitectónico es también el cronotopo, el sentido de espacio que fue y que es actualmente genera la sensación de dos ciudades distintas. De hecho, Ciudad de Dios por dentro también está escindida. La favela contiene varios sectores, a saber, Lá em Cima, Lá na Frente, Lá Embaixo, Lá do Outro Lado do Rio e Os Apês. (Lins, 1997, Pág. 14)

La Ciudad de Dios, así como la mayoría de las favelas de Brasil, se construyó por parte de entidades de gobierno que generaron nuevos espacios para los habitantes de ciudades como Rio de Janeiro y de São Paulo. Desde la sociología brasilera, se explica este fenómeno como la expansión del progreso que se consolidó durante el siglo XX. La construcción masiva de viviendas permitió que posteriormente comenzaran a expandirse y a apropiarse a través de la construcción física de zonas comunes y de los diferentes usos que dan las personas a las viviendas (Leeds, Leeds, 1978, 190). Por ejemplo, aunque se pensaron en los bloques estas zonas y que eventualmente permitieron generar el resguardo, los habitantes a través del tiempo le dieron usos diferentes como el de constituir una tienda, como centro de reuniones, entre otros.

Este fenómeno de memoria da cuenta de las formas en la que la comunidad se apropia de su ciudad, su barrio y las formas en las que conviven en él. Esto, en términos de Heidegger, será el habitar, que consiste en no solamente formas de morar, de resguardarse en el territorio, sino que también corresponderán a la construcción de espacios comunes, de resignificación de lugares y sobre todo de construcción de experiencias individuales y colectivas (Heidegger, 1957, Pág. 8). Al respecto, es importante anotar que en ambas novelas la ciudad será testigo y cómplice de las formas de actuar de todos sus personajes. Incluso, se puede afirmar que la ciudad es necesariamente dinámica con la forma en la que los personajes la habitan. Este sentido de habitar como más que la acción de morar (resguardarse de las condiciones del clima, por ejemplo) permitirá afirmar que las ciudades no son unidades físicas solamente, sino que se componen adicionalmente de las circunstancias, ideas y demás elementos que los personajes de todo tipo generen a lo largo de la historia.

En este sentido, los lugares se describen como lugares donde se conglomera la gente para habitar. Y dentro de las mismas se expanden incluso si es necesario romper la urbe, por expandir sus lugares. Las dos novelas tendrán en común sus lugares marginados de la ciudad, con dinámicas muy específicas como la violencia, el dominio de territorios, el consumo de sustancias psicoactivas y en general la negación de la pobreza.

El cronotopo como espacio simbólico representa la construcción de epistemologías que será fundamental para explicar todas las formas en las que la ciudad crea ciudadanos, habitantes, etcétera. Recordemos que para Bajtín “(…) el cronotopo determina la unidad artística de la obra literaria en sus relaciones con la realidad” (1989, Pág. 309) Para estos casos, la ciudad, la ciudad periférica, la ciudad de la montaña, será conformada por sus habitantes, por quienes construyen el habitar y quienes dan significado a los hogares, las plazas, las tiendas, el espacio público, la comuna y la favela.

La ciudad es la construcción de lo que sus habitantes hacen de ella, pero también de cómo sus ajenos la asumen. La relación centro-periferia que es visible de forma más clara en La virgen de los sicarios será el punto de partida para la anterior afirmación. Y es que la comuna es un peso muerto en cuanto a que los ciudadanos “de bien” la contemplan como un lugar vacío del orden que puede tener la Medellín del plano. Para personajes como Alexis o Busca-Pé, la montaña, comuna y favela, serán lugares seguros, comunes, cotidianos y significativos para su construcción como individuos. Para personajes como Fernando o la Policía en Cidade de Deus estos serán lugares desconocidos, lejanos, ajenos.

Aunque las novelas reflejan que la violencia interna puede ser alta, siempre se centran en que son los espacios de los personajes sicarios y pandilleros porque desde ahí se construyen, evolucionan y se reconocen en él. En este aspecto, el cronotopo toma su forma, a partir de la relación de lo público (la calle, los barrios), lo privado (el cuarto de las mariposas, las casas abandonadas) y su utilidad para los personajes (guaridas, lugares seguros, zonas desconocidas).

En este aspecto, la ciudad de la montaña se configura en dos momentos. El primero, en un lugar ajeno y desconocido para el lector. El segundo, como un lugar común y habitual. Estas dos formas de ver la periferia física de la ciudad se generan a partir de las vivencias que se desarrollarán en la trama de las historias.

Las líneas imaginarias se configurarán desde el principio de la novela en La Virgen de los sicarios serán fuertemente marcadas gracias a la visión de Fernando por las lejanías de las casas amontonadas. A lo largo de la historia, se generará reconocimiento del territorio a partir de lo que él vive con Alexis y este ejercicio permitirá hacernos una idea de cómo es posible vivir en estos lugares tan distantes en espacio y en tiempo.

En cambio, en Cidade de Deus el panorama es familiar desde un inicio. Las favelas se van construyendo y van acogiendo a las personas, incluso se resignifican los espacios como la casa abandonada desde donde comienza la historia, como un lugar de consumo de drogas e incluso como una pausa de la cotidianidad, en este caso, de la violencia. Estos lugares que tienen significado desde lo que hace Busca-pé, Inferninho y otros personajes permiten al lector entender que los personajes resignifican los lugares.

Los lugares que podemos conocer como inseguros, son espacios de seguridad para ellos y desde esta óptica, la ciudad toma forma según sus habitantes, es decir, quienes conviven con el espacio y los que tienen la capacidad de morar. 

07 July 2022
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