El Socialismo: Ideología Que Causa Conmoción

Introducción

El socialismo es un suceso desdichado que ha tomado a mi país en totalidad. No solamente ha afectado la economía, sino que también ha destruido la cultura, la moral, las familias y las esperanzas. Las catástrofes naturales no pueden ser previstas, estamos tan cerca de un terremoto destructivo hoy como mañana, pero, ¿Y el socialismo qué? Las señales no han sido sordas, repetitivas frases y advertencias anunciaron esta catástrofe. Los profetas que se dieron a la tarea no fueron escuchados en su tiempo.

Desarrollo

Al igual que los profetas de este tiempo tampoco suelen ser escuchados. Lo que muchas personas no entienden es que el socialismo es una forma de religión y, no me atrevo a decir que es una religión en el sentido estricto de la palabra, porque no todos lo entenderán de esa forma. Permítame explicarme; el socialismo tiene un credo (un mejor futuro), tiene una idea del problema de la humanidad (las clases sociales) y plantea una solución (la revolución en pos de la igualdad), como muchas otras religiones lo hacen.

Usted podría pensar que esta es una aseveración paranoica de un teólogo, pues no, ya para a finales del siglo XX el insigne Arturo Uslar Pietri había afirmado que el marxismo es una religión, y que Marx es su profeta. La crítica que hizo Raymond Aron fue precisamente esta; Marx había afirmado que la religión era el opio del pueblo, pero Raymond afirmo que el marxismo era el opio de los intelectuales. Su análisis fue acertado, sin duda, el marxismo es una forma de religión. Este es precisamente la tesis que tiene Gary North.

Y con razón llama al marxismo la religión revolucionaria de Karl Marx. A simple vista el socialismo se presenta disfrazado de bienestar y con cierta superioridad moral, porque a pela a los pobres y necesitados, se introduce en las carencias de muchos y trata de rescatarlos. Pero este no es un interés propio y legítimamente racional. La mejor forma de ayudar a los pobres es con trabajo, no con una falsa redistribución de la riqueza. En la historia, esta redistribución solamente ha traído una caída en picada de los bienes.

Y servicios que se encuentran en la sociedad, incluso, podríamos seguir su ciclo fielmente: las empresas se estancan en primera instancia, luego decaen y finalmente quiebran. No hay moralidad ni bien común ni individual en este proceso, básicamente la idea es disfrazada con ropajes del buen samaritano, pero le quita toda su virtud al apoyarse en la expropiación, los desiguales impuestos y la falta de integridad. Todo el mundo puede ser bondadoso con el dinero de otro.

La verdadera bondad se encuentra en dar de aquello que se gana con esfuerzo y esmero. Esto ha generado en mi país una forma de evaluación moral enfermiza; ser rico es malo y ser pobre es loable, vivir y administrar el dinero de forma adecuada es repulsivo, pero apoyar al presidente que expropia y toma para sí empresas autoritariamente está bien. ¿Qué clase de enfermada moral es esta? ¿Acaso puede ser el robo justificado por la carencia de los pobres? ¿Puedo matar a alguien por la enfermedad de otro?

¿O hacer actos delictivos en búsqueda del bienestar de alguien más? Es una catástrofe que ha destruido los estándares morales sobre lo bueno y lo malo. Sin religión y moral la cultura va a decaer constantemente, eso creo al menos. En la rusia comunista no había artistas, y la época de oro literaria de rusia no fue en comunismo (al menos no en el duro). Porque la cultura no puede surgir en medio de la estrechez mental, en medio de la dictadura y la tiranía de las ideas. Ciertamente el marxismo ha tomado partido.

Conclusión

Dentro de los aspectos de la cultura del siglo XXI, no obstante, carece de calidad, y, si ha habido alguna que otra expresión de calidad pasable, no ha sido dentro de los muros de Berlín. Al marxismo no le interesa el cultivar esta tierra, solamente le interesa imponer y favorecer sus propios intereses a través de una búsqueda insaciable por el poder. No se permite que otros piensen o critiquen, no permite la rebelión de las balas o las ideas.

Porque para ellos ambas son igualmente peligrosas. Esta es una catástrofe espiritual, no tan solamente se ha conformado con destruir el balance en la alimentación de las familias, o llevar a millones de venezolanos a caminar días completos en el desierto. Esta catástrofe descompone el alma, destruye lo que nos hace humanos y nos lleva a vivir como bestias. Por eso, no hay terremoto, tsunami o tormenta, que sea peor que la catástrofe roja.

17 August 2021
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