Malos Hábitos de Sueño y como Afecta el no Dormir Bien
Introducción
En el presente ensayo se pretende abordar el sueño, los malos hábitos del mismo y de qué manera afecta el no dormir de forma adecuada o inclusive hacerlo por un periodo de tiempo corto a nuestro organismo, ritmo de vida, relaciones interpersonales y la forma en la que nos desarrollamos. ¿Qué es lo que le pasa al cuerpo si no se le da el descanso que merece? El cuerpo empieza a fallar de manera significativa, afectando a los organismos que lo incluyen y de manera progresiva ocasiona consecuencias físicas y mentales que a la larga son difíciles de tratar, haciendo de esta práctica algo nocivo para la salud y el bienestar integral del individuo.
Desarrollo
Existen datos científicos suficientes que demuestran que la falta de sueño por periodos prolongados acelera la pérdida de células del cerebro. Se estima que cuando se priva del sueño, el 25% de nuestras neuronas mueren, afectando así las funciones y la supervivencia neuronal; además de interrumpir los procesos y acciones que realizan diversas hormonas corporales.
El hecho de dormir no solo se trata de acostarse y cerrar los ojos, sino también de tener un sueño reparador, es decir, horas de sueño tranquilas y de descanso. Dentro de estas horas de sueño necesario el cuerpo atraviesa un proceso para recuperar la energía natural del mismo, en el cual la presión arterial baja, el pulso también, la respiración es más lenta y se recupera la energía pérdida en el día.
Al día siguiente el cerebro es capaz de concentrarse, ser más analítico y los sistemas pulmonar, cardiovascular y muscular tienen una mejor predisposición para el trabajo; sin embargo, cuando este proceso se priva o no se efectúa por un tiempo mínimo para de 7 a 9 horas al día, existen consecuencias que afectan de manera significativa al cuerpo. Algunas de ellas incluyen estrés, ansiedad, cansancio, somnolencia, dificultad para concentrarse, lentitud en respuestas, falta de reflejos y mal carácter.
Los trastornos del sueño son problemas de salud que tienen relación con la acción de dormir, como la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidos, quedarse dormidos en momentos inapropiados, mantener demasiado sueño o conductas anormales al dormir, que afectan el reloj biológico y la manera en la que se duerme.
El insomnio es un tipo de trastorno del sueño, en el que se tiene problemas para conciliar el sueño, quedarse dormido o los dos. Generalmente se da a causa de estrés y malos hábitos de sueño (tener televisión, celular, juegos, acostarse a una los bebés de entre 12 y 14 horas, para los menores de tres años entre 10 y 12 horas y para los adultos hora diferente cada día, hacer siestas diurnas, no hacer ejercicio, una baja calidad del ambiente para dormir, como demasiada luz o demasiado ruido, entre otras).
Para poder romper ese círculo, es importante cambiar los factores que están contribuyendo a perpetuar el insomnio. Es decir; cambiar los hábitos inadecuados, que en principio surgieron como un intento de paliar sus efectos negativos, cambiar los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación, y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables. Como procurar levantarse y acostarse siempre a la misma hora, no irse a la cama ni intentar dormir si no se tiene sueño, limitar el tiempo de permanencia en la cama si no se duerme, evitar cenar pesado antes de acostarse, tomar cafeína solo por la mañana y en cantidades adecuadas, mantener la habitación en condiciones óptimas para dormir: sin ruidos y sin exceso de luz, etc.
Hablando de consecuencias físicas, el hecho de no dormir bien, o hacerlo por una jornada corta, son un factor de riesgo importante que provocan enfermedades que van desde la obesidad hasta enfermedades cardiovasculares, se puede sufrir un riesgo cardiovascular e incrementar el riesgo de padecer un infarto cerebral. También aumenta las posibilidades de sufrir hipertensión, y esta a su vez es un factor de riesgo tanto de infarto cerebral como de hemorragia.
Asimismo, cuando se duerme poco las defensas bajan y nos volvemos más débiles, por lo que somos más propensos a coger algún virus o bacteria porque nuestro sistema inmunológico no tiene fuerzas para hacerles frente. De la misma manera, hay estudios que demuestran que dormir poco influye en el metabolismo de las personas, ya que al tener menos horas de sueño el hambre aumenta.
En otro sentido, durante el periodo de crecimiento las necesidades del sueño de las personas son mayores, ya que es en esa fase donde se desarrolla el aprendizaje, y se necesitan más horas para consolidar la memoria; y también es porque en esta etapa, durante las horas del sueño se produce la hormona del crecimiento. En cuanto a las consecuencias mentales, psicológicas y de comportamiento, un cerebro cansado es un cerebro disminuido. Aquellos que duermen menos tienen
Lo cierto es que el ritmo de vida actual tiene mucha culpa del aumento de estos problemas en la población. Claros ejemplos de cómo cambian nuestros hábitos son que el ocio se prolonga a expensas de las horas de sueño y que los celulares y similares se utilizan hasta el último momento del día. El uso de dispositivos electrónicos antes de ir a la cama es uno de los mayores enemigos para dormir bien, ya que provoca una actividad cerebral que dificulta el inicio del sueño.
Más debilidad mental, por lo que cometerán más errores que las personas que descansan adecuadamente. La falta de sueño afecta al cerebro generando un bajo rendimiento. Esa persona no estará activa durante el día, no pensará con agilidad, le faltará concentración y no prestará atención. Además de tener una gran dificultad para la toma de decisiones, fallos en la memoria, irritabilidad y depresión, inapetencia sexual, incremento del apetito, no gestionar de manera adecuada el estrés y dificultades en la visión.
Conclusión
Por todo lo mencionado anteriormente, es importante tomar consciencia de todo esto, ya que al no darle al cuerpo y mente el descanso que merece, puede traer consecuencias graves, que si no se tratan a tiempo se pueden volver crónicas y muy difícilmente podrán ser removidas. Al igual que tener presente que los hábitos de sueño que se implementan en la vida diaria deben estar enfocados al descanso, respetando o intentando mantener las horas de sueño efectivo, que como se mencionó, en los adultos va de 7 a 9 horas diarias. Cambiar o modificar aquellos hábitos que en vez de beneficiar perjudican la forma en la que nos desarrollamos, porque a final de cuentas es nuestro cuerpo y nosotros decidimos el rumbo que toma, ya sea para bien o para mal.