El Veganismo y Vegetarianismo: Análisis Crítico
Actualmente, el calentamiento global en la Tierra ha incrementado debido al mal cuidado que le hemos dado a esta misma. Por ello, muchos países han intentado tomar medidas para evitar que el calentamiento siga incrementando, así como campañas para concientizar a las personas de manera global sobre lo que está pasando. Algunas de las medidas que recomiendan diversas campañas son: cuidar el agua, no tirar basura, ahorrar la electricidad, etc. Sin embargo, hay una de ellas que en estos últimos años ha tenido mucha polémica, mas no ayuda en nada. El veganismo y vegetarianismo por más que muchas organizaciones lo recomienden no va a ayudar a cuidar al medio ambiente y a evitar el incremento del calentamiento global. A continuación, explicaré con tres argumentos por qué el veganismo y el vegetarianismo no van a ayudar a cuidar el medio ambiente y sus recursos.
Lierre Ketih es una escritora feminista y ecológica que escribió un libro llamado “El mito vegetariano”. Ella se volvió vegetariana por 20 años con el propósito de cuidar el ambiente y también su salud hasta que su cuerpo ya no pudo soportar más esa dieta. En el libro explica cómo se fue dando cuenta que el vegetarianismo no era como lo mostraban en campañas y estaba empeorando su salud. También argumenta, junto con el doctor especialista en filosofía de la naturaleza y el medio ambiente y portavoz de una organización llamada Greenpeace que, aunque algunas personas optan por tener una dieta basada en vegetales para evitar que la ganadería (que es la industria que más daña a la Tierra) siga creciendo, la mayoría no sabe que la agricultura igual la daña. La agricultura es una de las industrias que más daña, ya que muchos cultivos utilizan fertilizantes y pesticidas sintéticos lo que provoca un gran desequilibrio ambiental. Esto tiene varias consecuencias ecológicas; desde una contaminación producida en suelos y tierra, hasta poner en peligro de extinción a una especie de seres vivos como las abejas que hacen el rol de polinizar.
Otra razón por la que estos tipos de dieta no ayudarían al medio ambiente es porque, según la FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), si la ganadería empieza a desaparecer de manera drástica, habría daños en los ecosistemas. Esto ocurre porque los animales, al pastar, ayudan a prevenir los incendios forestales. Además, los animales proporcionan estiércol para fertilizar los cultivos y ayudar a restar la cantidad de fertilizantes usados para los cultivos. No necesariamente debe de desaparecer el consumo de carne, ya que “si se reduce un 30% el consumo animal, para el 2050 toda la ganadería del mundo podría ser ecológica.”
El último argumento por el cual una dieta vegetariana o vegana no ayudaría al medio ambiente es por lo mismo que una dieta omnívora. Si hay más demanda de un producto se necesita producir más y en el caso de los vegetales, se necesita deforestar más tierras para ampliar su cultivo. Tal es el caso de los aguacates en México, un estudio de “The Conversation” reveló que por ser el país que produce el 30% de los 4.7 millones de toneladas que se cosechan en todo el mundo, se ha tenido que deforestar gran parte de las selvas en México para hacer cultivos. Al igual, el arroz que se produce en 162 millones de hectáreas en el mundo (12% de los cultivos en el mundo), produce según el CEPAL una de las huellas de carbono más altas del mundo porque produce muchísimo metano que daña a nuestra atmósfera y produce contaminación.
En conclusión, podemos ver como una dieta vegana o vegetariana no es una dieta que va a ayudar medio ambiente. Una dieta donde solo se basa en vegetales igual crea que vaya a haber mucha producción de un producto y todo en exceso tiene consecuencias malas. Yo creo que algo que nos ayudaría a evitar el incremento del calentamiento global en cuanto a cambiar nuestros ámbitos alimenticios, sería tener una dieta equilibrada. Reiterando lo que dije en el tercer párrafo, si reducimos nuestro consumo de carne un 30% la ganadería podría ser ecológica y no dañaría al ecosistema. Si todas las personas nos enfocáramos en balancear los alimentos que comemos, podríamos evitar que el calentamiento global siga creciendo.
