Escándalo de Enron: Análisis del Caso del Fraude de la Empresa Multinacional
El caso de Enron es uno de los frades más famosos de los Estados Unidos, donde los directivos de la empresa Enron junto a la firma de contabilidad Arthur Anderson, maquillaron los estados financieros. Adjudicando cuentas de pasivos en activos, para esconder a los accionistas y al mercado de valores la realidad financiera de la empresa, producto de las malas decisiones y lucro ilícito de altos funcionarios, a costa del capital de la empresa.
En el caso de Enron se especializaba en el transporte de gas natural en 1985. Además, fue expandiéndose hasta llegar ser, una empresa líder en mercado energético y el desarrollo de activos en área de energía internacional. Como toda empresa multinacional, Enron, exploró otros mercados como las comunicaciones, industria del agua, carbón, papel entre otros. La visión empresarial de Enron fue buscar mercados con poco o ninguna regulación, que le permitiera mayor competitividad, para posicionarse como líder mundial, comercial y de innovación para generar las riquezas deseadas. Las aportaciones a campañas políticas, ayudó a Enron a tener mejores condiciones empresariales y a eso le añadimos el intenso cabildeo para establecer mercados con poca o ninguna restricción. Sin duda, esas dos razones, permitieron el crecimiento de Enron a pasos gigantes. Por otro lado, la firma internacional Arthur Anderson era la auditora externa que llevaba la contabilidad. Anderson estaba entre las primeras cinco auditoras mundiales y estaba vinculada a desde los comienzos de Enron, en el 1985.
No cabe duda, que para cometer estos esquemas de fraude en una empresa multinacional, se deben estar en puestos de poder decisional, influencia y de autoridad. Hablamos de alto nivel corporativo. Así se demostró, en las investigaciones hechas y los resultados del juicio en contra de estos directivos. Todo este esquema fue orquestado por los directivos Enron como Kenneth Lay, presidente de Enron; Jeffrey Skilling, Andrew Fastow y Clifford Baxter y por parte de la firma Arthur Anderson, David Duncan, jefe auditor, que estratégicamente desarrollaron un sistema de fraude y de encubrimiento.
La empresa Enron enfrentó varios problemas financieros, producto de las malas decisiones administrativa y operacionales. Lo curioso del caso, es que estaban incumpliendo su propio código de ética y solo aplicaba a los empleados de bajo rango. ¿Por qué estas firmas escondían sus resultados operacionales? Muy posiblemente para esconder el mal manejo de los recursos financieros, operacionales y administrativo de la empresa Enron, para seguir manteniendo a flote la empresa en el mercado de valores y mantener su lucro personal de los involucrados, a costa del mejor interés y de los valores de la empresa.
La capacidad de ingenio y la respuesta, de cómo resolver los problemas financieros, manera que, se escondiera todo este andamiaje, sin la menor sospecha. Los gastos excesivos de cabilderos para la eliminación de restricciones en los mercados que Enron participaba, el apoyo de campañas políticas y el vínculo de amistad e influencia en los gobiernos en turnos de los Estados Unidos, son elementos pasivos, que dieron una gran oportunidad, para formar la multinacional Enron. Según Memenese (2011), “la quiebra de Enron es más que un caso de mala gestión o negligencia empresarial. El escándalo proviene del recurso a manipulaciones contables inaceptables en una empresa que buscaba su capital en la bolsa, ello permitía vender acciones sobrevaluadas. La compañía creó una serie de vehículos financieros aparentemente externos, que le permitieron ocultar sus pérdidas y mantener su cotización en la bolsa”. Podemos destacar varios elementos utilizados por las firmas para esconder los resultados operacionales.
Un principio utilizado fue el alagar las transacciones hasta el final del periodo contable, con el propósito de sobrevalorar los resultados. Para Memenese (2011), eran “transacciones extremadamente complicadas, basadas en hipotéticos sucesos futuros”. Otro, fue ocultar resultados negativos en la compra y venta de activos, se registraba como ganancia contratos a los que se visualizaban a varios años y el utilizar sociedades instrumentales para evitar y minimizar el pago de impuesto y el uso de irresponsable de instrumentos financieros, para disminuir las pérdidas y sobrevalorar los activos. En la bolsa de valores usaron el método “stock options”, un método de riesgo, que fue utilizado para intentar ocultar información. Según Memenese (2011), “si las acciones suben, el directivo gana y si bajan, no pierde nada, éste tiene la tentación de embarcarse en proyectos excesivamente arriesgados que pueden ganar mucho, pero también pueden perderlo todo…cuando hay pérdidas, tiene incentivos a encubrirlas durante unos meses para que no bajen las acciones mientras él ejecuta sus opciones y aumenta sus arcas”. Además, de graves conflicto de interés, donde el auditor externo e interno era la firma Arthur Anderson. Hubo irregularidades en los informes contables y destrucción de documentos. El uso del método de contabilidad agresiva, para poder manipular la información. Según Memenese (2011), “los Costos de Agencia con relación a Enron adoptaron, entre otras, las siguientes formas: realización de gastos innecesarios, contrataciones a precios por encima de los de mercado, dificultad de ascenso de buenos ejecutivos, emprendimiento de proyectos con riesgo excesivo, entre otros”. La empresa no tenía controles, para administrar el capital.
Lo interesante de este caso, se entiende, aparentemente nadie notó nada raro o extraño. Ni los corredores ni analistas financieros del mercado de valores, que motivaron a comprar las acciones de Enron. Tampoco, los bancos de inversión ni los accionistas, no vieron nada extraño, que una empresa gastara mucho dinero y que no tuviera perdidas. Hay un estribillo que dice, todo estaba fríamente calculado. Inclusive, la investigación del Senado de los Estados Unidos concluye que el directorio de Enron fue advertido sobre la situación y la ignoró. También la investigación arrojó, que si el directorio hubiera atendido las advertencias hubiera podido solucionar la situación de la empresa. ¿Cuánto tiempo pasó con el esquema de fraude? El esquema comenzó a fraguar desde 1987, ante la volatilidad del mercado del gas y las fluctuaciones del precio en compra de gas futura. Cuando se decidió hacer contratos fijando los precios y alargando el plazo para la compra de gas y sus derivados. Se comenzó a agudizar en el 1997, cuando Skilling creó el RAC. El RAC era una entidad independiente traducida al español como Evaluación y Control del Riesgo. Las responsabilidades, que podemos mencionar del RAC eran el análisis de riesgos financieros y no financieros significativos para todos los negocios, proyectos y transacciones de Enron. Se agudizó, cuando Enron abusó de las entidades de propósitos especiales (SPE), como estrategia de prevención, para transferir las deudas de la empresa Enron a entidades SPE.
Como producto de las investigaciones realizadas por el congreso de los Estados Unidos, sobre el fraude de Enron, se propuso varias medidas, que se convirtieron en la Ley Sarbanes-Oxley (Sarbanes Oxley Act). Esta ley está diseñada para regular las actividades contabilidad, financieras y de auditoría. Además, de castigar con penas severas a los infractores y lo cataloga como crimen corporativo. Lo que se busca, que las empresas tengan un sistema de controles internos, de monitoreo y de prevención para garantizar la integridad y precisión de los informes financieros. También normaliza la conducta ética de responsabilidades empresarial, con unas nuevas guías estrictas para penalizar y prevenir el fraude empresarial y actos de corrupción. Según Rodríguez & Milena (2017), “cuanto, a la Ley Sarbanes Oxley, es de obligatorio cumplimiento por las compañías que están listadas en la bolsa de valores y regulada bajo la SEC”, incluye compañías nativas de Estados Unidos, como compañías extranjeras. Ley Sarbanes Oxley prohíbe el otorgamiento de préstamos personales a los ejecutivos y directivos de las empresas.
La ley exige (Rodríguez & Milena, 2017), “todas las compañías deben tener un comité financiero y de auditoria el cual debe estar compuesto por consejeros y/o personas externas a la administración, con el fin de garantizar que no existen conflictos de interés sobre las decisiones de la compañía, así como escepticismo profesional en los procedimientos de revisión”. De igual manera, las firmas de auditoría están reguladas por el PCAOB- Public Company Accounting Oversight Board, quien estandariza la metodología aplicada en los procedimientos de auditoria y regula su cumplimiento, con el fin de asegurar su independencia y evitar conflicto de intereses, generando un dictamen limpio y confiable (Rodríguez & Milena, 2017). En adición, argumenta Rodríguez & Milena (2017), “la ley SOX se obliga a que los estados financieros sean auditados y sea evaluado el control interno financiero. Con ella el PCAOB, exige que las auditorias y las compañías cuenten con controles adecuadamente documentados y soportadas con evidencia relevante que permita definir su adecuado diseño y funcionamiento”.
Para los informes financieros, la auditoria debe ir acompañado de unas opiniones, establecida por la ley Sarbanes Oxley. Estas observaciones, según Rozen (2008), son: “las aseveraciones que la administración de la compañía (CEO y CFO) hace sobre la efectividad del control interno en la preparación de la información financiera a una fecha determinada. Reportar que no existen debilidades materiales en el control interno a la fecha en que la administración de la compañía hizo sus aseveraciones. De existir deficiencias significativas y debilidades materiales, reportarlas”. La intención es que la auditoria refleje la confianza que debe existir por gerenciales de las empresas. Parte de las auditorias de control interno deben reflejar en los informes financieros, los siguientes: a través de objetivos de control, el proteger la autenticidad en las afirmaciones. En cuanto al riesgo, según Rozen (2008), “deben intentar mitigarse los riesgos en cuanto a su probabilidad e impacto a fin de eliminar razonablemente la producción contingente de errores y fraudes. Un riesgo se baja con una o más actividades de control”. En las actividades de control, para Rozan (2008), “son las tareas y acciones manuales o automatizadas, detectivas o preventivas, que intentan mitigar un riesgo en particular para facilitar el cumplimiento de los objetivos de control. Las actividades de control clave o “key controls”: son aquellos controles que por sí solos consiguen eliminar los riesgos de no alcanzar los objetivos de control”.
En cuanto las aseveraciones, según Rozan (2008), “las aseveraciones son las afirmaciones que el management de la compañía hace sobre los componentes de los estados financieros (cuentas). Dichas aseveraciones deberán ser evaluadas por la compañía y por el auditor basándose en la siguiente clasificación: Totalidad, completitud o integridad: Que toda transacción, eventos o circunstancias ocurridas durante un período específico hayan sido reconocidas y registradas contablemente en dicho período. Existencia u ocurrencia: Que los activos, pasivos e inversión de los accionistas existan a una fecha determinada y que las operaciones registradas representen eventos que realmente ocurrieron durante el periodo en cuestión. Derechos y obligaciones: Que los activos sean reales existencias y derechos de la compañía y que los pasivos sean veraces obligaciones a una fecha determinada. Valuación: Que los activos, pasivos, ingresos y egresos hayan sido registrados de acuerdo con los principios de contabilidad generalmente aceptados y que dichas transacciones sean matemáticamente correctas y adecuadamente registradas”.
No cabe duda, que la ambición desmedida de los altos funcionarios de Enron, ignorando sus propios reglamentos éticos, llevaron la compañía al desastre. La falta de compasión, honestidad e integridad, hicieron uno de los mayores fraudes de la historia de Estados Unidos. El mal manejo del mercado energético, para beneficios propios. Enron socavó la buena fe, de cada uno de los que fueron tocados por el fraude. Pero mayor aun de los clientes, accionistas, que se vieron estafados y sus empleados, que después de dedicar una vida a la empresa, se quedaron sin trabajos y sin el plan de retiro ni jubilación. Enron no desarrollo un plan estratégico y de control para detectar el este fraude. Posiblemente un sistema agresivo de control interno hubiera sido una de las alternativas. Con el propósito de detectar y prevenir el fraude. Uno de los dilemas de la compañía Enron, no puso en práctica los valores éticos de la organización para sus altos directivos. A través de lo sucedido, es necesario concientizar no solo a los empleados de bajo rango, sino también a los de altos gerenciales; a través de un programa de prácticas de ética empresarial y monitoreo de estas. Urge siempre la necesidad de la creación de un ambiente laboral sano, donde todos entienda, que no vale la pena arriesgarse, antes las consecuencias legales.
La acción tomada por el congreso de los Estados Unidos fue la correcta, tomar carta de acción para evitar, que otro caso como el de Enron aparezca, ante la ambición de algunos, de engañar a los accionistas, escondiendo información; a los empleados, que con esmero y tesón, dan todo por la compañía y la de los clientes, por incumplimiento de servicios y promesas falsas. Pero se puede hacer más, como reformar las leyes de pensiones para detener la sobreexposición a una acción y evitar una empresa de invertir sus fondos de pensiones en sus propias acciones. Además, la importancia de diversificar el activo, para que tenga un buen rendimiento y no se exponga tanto a un mercado tan volátil. También hay que estar buscando y creando mejores estándares de transparencia y divulgación en la auditoría profesión. Hay que reconocer que la ley Sarbanes Oxley cumple con ese criterio.
Una realidad es cierta, cuanto más transparente sea los informes financieros, mayor credibilidad tendrán las empresas. Surge la necesidad de una regulación más estricta en los mercados financieros. En cuanto a la supervisión y regulación del mercado de valores, deben ser más proactivo y comprometidos para detectar el fraude y conocer todas aquellas prácticas de contabilidad sofisticadas que las empresas pueden usar para ocultar las pérdidas de los inversores y reportar ganancias no realizadas. Se deben aprobar regulaciones para prohibir tales prácticas. Los reguladores del mercado de capitales deben esforzarse en la regulación de la calificación crediticia en las empresas, su competitividad y la credibilidad de las calificaciones que se publican mercado. En adicción, las regulaciones de los fondos de pensiones deben revisarse para garantizar que las inversiones sean colocadas correctamente. En cuanto a los inversores del mercado de valores, deben ser conscientes de no seguir ciegamente las manifestaciones del mercado. Los inversores deberían estudiar empresas basadas en investigaciones fundamentales y técnicas y no recurrir a rumores de mercado y manifestaciones. Los inversores deben comprender las razones subyacentes del aumento y la caída de los precios, deben monitorear las razones del cambio en el precio y no simplemente descartarlo sin pensarlo. Los inversores deben tener una mente más sagas y desconfiar de las malas recomendaciones y aprobaciones por mercado por los participantes, compañías de calificación crediticia y auditores.
En cuanto a nivel administrativo, los integrantes del directorio deben comprender suficientemente la naturaleza y la estrategia detrás de las principales transacciones, incluidas estructuras comerciales complejas y estén dispuestos a desafiar, si tales transacciones no sean beneficiosas para la empresa y de los negocios que no tenga sentido. El directorio debe ser conscientes de los riesgos vinculado al negocio en la toma de decisiones financieras y la necesidad de un control interno como instrumento de trasparencia. El directorio debe ser proactiva y diligente para garantizar los cumplimientos y cuestionar cualquier gestión que crea suspicacia. El trabajo del directorio es supervisar el desempeño de la empresa, en cuanto a la integridad de las finanzas, el garantizar la transparencia y la divulgación de los informes financieros de la empresa.