Esclavos De Dios: Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges, erudito escritor argentino, destacado en la literatura del siglo XX. A menudo en escritura nos expone sus pensamientos, conocimientos e ideas. Siempre dando como resultado la transformación de la mente del lector. Es así como en esta ocasión nos hace reflexionar sobre “Las tres versiones de Judas”, un cuento con una escritura particular, la estructura del texto literario se podría identificar como un ensayo en la que nos plantea una innovadora concepción en la religión. Dios, infame ser que hace todo a su voluntad.
Dios da y quita a su voluntad sin piedad alguna, da infinitas versiones de uno mismo, tomando en cuenta que un mortal puede poseer más de tres versiones como es el caso de Judas, quien según la Biblia es aquel apóstol traicionero, sin embargo al verlo de otra perspectiva puede ser un héroe que no se deja manipular por una religión.
Nils Runnerberg intentó descifrar el misterio de Judas Iscariote en el cual, la traición no fue un hecho prefijado si no un atroz porvenir por pate de Dios. Judas habría sido el único apóstol que descubrió el verdadero propósito de Dios además de deducir que Jesús, descendiente de Dios quien a su vez es su reencarnación, dicho así para darnos una salvación contada en diversas versiones por un simple mortal que es manipulado está divinidad.
Runnerberg escribe “El argumento general es complejo, si bien la conclusión es monstruosa”. Dios, Nils Runneberg razona, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano. El análisis continua hasta que dice: “Dios totalmente se hizo hombre pero hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas”.
Desde la antigüedad la religión nos ha impuesto creencias divinas basadas en un ser supremo, dueño de la vida, todas estas con controversias de todo ámbito, con mentiras falsedades dirigidas a su propio beneficio
Se piensa que la felicidad como el bien es un atributo divino y que no debe ser usurpado por los hombre, todo esto depende de nuestra fe, de nuestras suplicas, de la glorificación que le demos “El ye se gloria, gloríese en el señor” (I Corintios 1:31) ¿No es esta una blasfemia en contra de nuestra ideología independiente?
Asimismo, las personas solo somos marionetas del destino, somos títeres de Dios un solo mundo, un solo gobierno, bajo la soberanía de Dios. Dios soberano. Por esta denominación se hace referencia a un gobernante, el cual tiene poder supremo y que es superior a todos por lo que su gobernación afecta la vida de todos sus súbditos, para bien o para mal. Judas fue parte de esto también. “Dios dispone de os recursos que la Omnipotencia le ofrece no necesitaba de un solo hombre para redimir a los hombres”. Judas Iscariote no era un traidor, sino un hombre que sacrifico su bondad y reputación para asumir el destino beneficioso para el ser supremo. Un varón a quien ha distinguido así el redentor merece de nosotros la mejor interpretación de sus actos. Imputar su crimen a la codicia.
No debemos depender de algo supremo para crear nuestra propia versión dando a merecer la mejor interpretación de nuestros actos antes los ojos de los demás, como en el caso de Judas a quien se le otorga tres versiones sin ser verídicas pero todas estas basándose en la divinidad de un ser supremo y fue injustamente calumniado de alguna manera. Dios ciertamente es soberano sobre la maldad. Dios impone su voluntad; sino, no sería Dios. Hay un sentido en el cual es apropiado aun decir que la maldad es parte de Su decreto eterno. Él lo planeó. No le tomó por sorpresa. Él tiene la habilidad de hacer que todas las cosas – incluyendo los frutos de toda la maldad de todo el tiempo.
