Esquizofrenia Según El Psiquiatra Eugen Bleuler

 

En este trabajo se presentará la psicopatología de un trastorno mental grave conocido actualmente como esquizofrenia. Este se abordará desde el punto de vista del psiquiatra Eugen Bleuler, el cual acuñó este trastorno con el nombre por el que se conoce hoy día sustituyendo al hasta entonces vigente dementia praecox (demencia precoz), propuesto por Emil Kraepelin.

Eugen Bleuler nació en Zollikon, Suecia en el año 1857 y posteriormente estudió medicina en Zurich, para acabar convirtiéndose en Doctor en psiquiatría y, eventualmente, en el director del Hospital Psiquiátrico Rheinau con solo 29 años. Este dedicó su vida a la investigación de las enfermedades mentales, pero especialmente a la entonces conocida como dementia praecox, la cual terminó por rebautizar con el nombre esquizofrenia. Sus estudios sobre los sujetos que padecían este trastorno fueron muy meticulosos, mediante una detallada y continua observación de sus conductas tanto en espacios clínicos como familiares, así como de una adaptación propia a la forma de comunicarse y particularidades de sus pacientes para poder entenderlos, tomando también en cuenta los factores ambientales.

Bleuler presentó esta nueva terminología en una conferencia de la Asociación Psiquiátrica Alemana en abril de 1908. Este cambio se debió a la certeza del psiquiatra de que la dementia praecox no guardaba relación alguna ni con la demencia ni con la precocidad, sino con la fragmentación mental (de ahí el nombre proveniente del griego esquizofrenia), lo cual era el rasgo característico. Este aseguraba que esta fragmentación mental era común para todos los pacientes (aunque en mayor o menor medida dependiendo de la gravedad y el avance del trastorno) y que conforme la enfermedad progresaba, la personalidad propia del individuo se iba desdibujando.

Eugen Bleuler siempre creyó que la esquizofrenia era una enfermedad orgánica (que radica en una alteración anatómica o biológica) y que tenía un importante componente genético, de forma que podía ser heredada. Su hijo, Manfred Bleuler, continuó con su investigación en el aspecto genético de esta enfermedad pero no obtuvo resultados esclarecedores.

Esta enfermedad estaba compuesta por una serie de psicosis que podían contar con un carácter crónico o, por el contrario, tratarse de episodios intermitentes. Además, permitía un retroceso del curso de la enfermedad y mejoría, pero no una sanación y recuperación completa. Esta se consideraba una afección que genera una alteración en la conducta, el pensamiento, las relaciones sociales y las relaciones afectivas, alterando por completo todos los aspectos de la vida del sujeto.

Según Bleuler, la sintomatología de este trastorno se dividía en dos tipos: los síntomas fundamentales y los síntomas accesorios. Los síntomas fundamentales eran aquellos que se encontraban presentes en todas las fases y en todos los sujetos que padecían este trastorno, mientras que los síntomas accesorios podían encontrarse o no en uno u otro paciente y en distintas combinaciones, de forma que la aparición de estas era única en cada caso.

Los síntomas fundamentales son conocidos como las cuatro Las de Bleuler: 

  • trastornos de asociaciones
  • trastornos afectivos
  • ambivalencia y autismo

 

Primeramente, se encuentran los trastornos afectivos conforme se va sucediendo el aislamiento social. No se trata tanto de labilidad emocional como de apariciones aleatorias de sentimientos que desequilibran al sujeto.

A continuación, hallamos los trastornos de asociaciones. Estos se tratan de uniones labiles o inexistentes entre conceptos o ideas. Estas se asocian de una manera diferente a la habitual dando lugar a incoherencias, bloqueos o nuevas rutas de pensamiento en las que o bien ideas inconexas se unen o bien varias ideas similares se funden en una sola. También puede dar lugar a perseveraciones o a inhibiciones del curso del pensamiento que concluyen en confusión.

Posteriormente, encontramos la ambivalencia como consecuencia directa del trastorno de asociaciones. Esta se caracteriza por la coexistencia de dos ideas o sentimientos opuestos al mismo tiempo.

Finalmente, y como consecuencia de los tres síntomas anteriores, encontramos el autismo. Se trata de un aislamiento social y un retraimiento en el que el mundo interior del sujeto predomina morbosamente sobre la realidad exterior. De esta forma surgen dos modos de pensamiento opuestos que generalmente se suceden uno a otro sin llegar a coexistir (en algunos casos sí) pudiendo actuar en ocasiones de forma normal y en otras de forma puramente autista: el pensamiento realista es el pensamiento normal, en el que el paciente se orienta en el tiempo y el espacio correctamente y en el que adapta sus comportamientos a las situaciones. Por el contrario, el pensamiento autista es el foco de todas las ideas delirantes y todos los síntomas patológicos.

Los síntomas accesorios son muy variables y no son propios únicamente de la esquizofrenia, sino que también se encuentran presentes en otros trastornos. Estos pueden ser alucinaciones visuales y auditivas, ideas delirantes, perturbaciones accesorias de la memoria, pérdida de las fronteras temporales y espaciales, trastornos del lenguaje… Estos le sugerían a Bleuler que se trataba de una alteración del cerebro o quizás del organismo entero (enfermedad orgánica).

Eugen Bleuler también propuso el origen de esta enfermedad. Además de la predisposición genética de la que ya se ha hablado, Bleuler creía que los síntomas fundamentales eran producidos directamente por un “proceso patológico”(un acontecimiento que desencadenaba el trastorno), mientras que los síntomas accesorios eran funciones psíquicas de la persona que actuaban en situaciones alteradas y que trataban de adaptarse a estas perturbaciones fundamentales. 

Para finalizar, Bleuler propuso una diferenciación de este trastorno en cinco categorías distintas: tres que coincidían con las kraepelinianas (paranoide, catatónico y hebefrénico), una forma simple y una forma latente:

  • La categoría hebefrénica se caracterizaba inicialmente por una fase melancólica que daba paso a un rápido replegamiento y consecuente debilitamiento psíquico. Esta se acompañaba de ideas delirantes, irritación, cambios de personalidad o insomnio entre otras.
  • La categoría catatónica estaba caracterizada por alteraciones confusionales, melancólicas o alucinatorias. Además, solía ir acompañada de manierismos o gesticulaciones exageradas, repetitivas y sin ninguna finalidad.
  • La categoría paranoide, la más frecuente de todas, se diferenciaba por una marcada tendencia delirante y por la aparición de alucinaciones sensoriales.
  • La categoría simple era aquella que presentaba únicamente los síntomas fundamentales y una ausencia de los accesorios.

 

Finalmente, la categoría latente se comprendía por todos aquellos sujetos que presentaban síntomas simples, atenuados y aislados de esta enfermedad, de forma que no eran considerados esquizofrénicos ni enfermos. Así Bleuler sospechaba de todo tipo de individuos irritables, “extraños”, solitarios etc.

Como conclusión este trabajo permite intuir la evolución que ha seguido la psicología a lo largo de los años ya que la esquizofrenia, la cual se ha mantenido hasta nuestros días, ha cambiado considerablemente en su forma de entender el trastorno y a sus afectados.

Bibliografía:

  1. https://www.ncbi.nlm.nih.gov
  2. http://www.revistaaen.es/index
  3. http://scielo.isciii.es/sciel
  4. https://journals.sagepub.com/
13 Jun 2021
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