Ética Como Disciplina Filosófica
La ética se considera la disciplina filosófica que estudia el bien y el mal, sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, pero ¿qué es realmente la ética?
Hemos de entender que ética y moral no es lo mismo (y aquí es donde entraremos en el paradójico conflicto de: “La moral contra la ética”), a pesar de que tienen el mismo significado del latín y griego; definimos la moral como el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento y se basan en las acciones que hacemos ante una sociedad, a su par, la ética es la reflexión teórica de la moral, que en mi perspectiva es como el dicho de la espada y la pared, del deber analítico y el poder moral, pues, como dice en su significado, la ética es (y recalco) “la reflexión teórica de la moral”. Sin hablar de lo subjetiva que es la moral por ahora, hay que entender que si bien no es lo mismo, van encaminadas a los mismo: ‘el vivir bien’ como un ser virtuoso, de alguna manera, un hombre de “bien hacer” y que se adapta a los conceptos morales de su entorno.
“Para encontrarte a ti mismo, piensa por ti mismo” – Nos menciona Sócrates, y quiero comenzar a hablar del surgimiento y la historia de la ética y su desarrollo durante los diferentes procesos de la humanidad para que de ésta manera, al final del ensayo podamos comprender qué significa ser ético.
El principio de la ética surge (o suponemos que surge) en el Siglo V a. de n.e. con Sócrates (quien fue acusado de corromper a la juventud y condenado a beber cicuta, la cual terminó con su vida) a quien se le considera el padre de la ética y uno de los primeros grandes filósofos de la Antigua Grecia. Él consideraba como “virtud” aquello que era común para toda la raza humana y en todas las circunstancias, por ejemplo, la justicia, la valentía o el autocontrol. De este modo no sólo se opuso al relativismo de los sofistas, sino que extrajo de todas las virtudes aquellas que hoy llamaríamos “virtudes morales”.
Uno de sus discípulos y también uno de los más grandes filósofos de la historia (Platón) acepta fundamentalmente la identificación socrática entre virtud y conocimiento. La falta de virtud no supone una perversión de la naturaleza humana; por su propia naturaleza el hombre busca el bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente, cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es equivalente, entonces, a la ignorancia. Bien lo decía en su diario personal el emblemático emperador de Roma, Marco Aurelio:
“Todas las mañanas recuerda repasar esta cuenta: hoy tropezaré con al menos un fisgón, con un ingrato, con un provocativo, con un doloso, con un envidioso y con un intratable, pero yo sé bien que la causa de todos estos vicios es porque estas personas ignoran el bien y el mal, por el contrario, yo he aprendido y meditado, por una parte, que la naturaleza del bien consiste totalmente en lo honesto y la del mal en lo torpe”.
Sólo quienes conocen la idea del bien pueden actuar correctamente, ya sea en lo público como en lo privado y si la justicia en la ciudad consiste en que cada clase social haga lo que debe hacer, la justicia en el hombre se encontrará también en que cada parte del alma haga lo que debe. Podemos concluir que todo lo anterior implica que la vida buena para el hombre es una vida en la que se atiendan las necesidades ‘materiales’ y ‘espirituales’.
En la ética y la moral hablamos mucho sobre la naturaleza humana, justo como lo exponían los siguientes dos grandes filósofos, por su parte, Jean-Jacques Rousseau decía: “El hombre es naturalmente bueno, es la sociedad que lo corrompe.”, en la contraparte y con cierta ventaja histórica, Nicolás Maquiavelo afirmaba que: “El hombre es malo por naturaleza, a menos que le precisen a ser bueno.”.
La naturaleza puede ser descrita como el estado básico de las cosas, su verdadero ser, es aquí donde este choque de la naturaleza (o del verdadero ser humano) empieza a cobrar sentido dependiendo de la subjetividad en la que nos encontremos, por ejemplo, si hablamos de la prehistoria y nos enfocamos en las primeras civilizaciones (y en nuestras suposiciones) podemos afirmar que eran seres “salvajes” o seres sin raciocinio que pudieran entender el mínimo concepto de lo bueno y lo malo, en mí interpretación, la naturaleza humana o nuestra esencia es la de la ignorancia, entrando en temas espirituales como lo es la religión católica, podemos hablar sobre los primeros humanos de la tierra, “Adán y Eva” quienes gracias a su encuentro con la serpiente pudieron obtener el conocimiento. La verdadera naturaleza del hombre es la ignorancia, tal vez no completa, pero la incapacidad de poder entender con profundidad su realidad, y eso, suponemos que es lo que nos diferencia de todos los demás animales, la capacidad de poder profundizar nuestra existencia a la remota y vacía información de dónde surgimos, la considero incapacidad porque a pesar de poder usar la razón (el conocimiento) seguimos con demasiadas dudas.
Si vamos nuevamente a los planteamientos filosóficos que nos exponen Maquiavelo y Rousseau, podemos decir que la ética, siendo el análisis de la moral que nace del sentido de Rousseau del ser buenos siempre pero que somos corrompidos por un tercero, y con la moral puedo decir que Maquiavelo tenía razón, pues siempre nos han enseñado o intentado enseñar a ser buenos, con reglas, normas y estructuras que al final son simples cosas banales que de un momento a otro pueden ser eliminadas.
“Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.” – Fernando Savater.
En esta investigación para comprender teóricamente la ética busqué hacer reseña del contexto social en el que vivo, “La problemática de la ética en el siglo XXI”, mucho de lo encontrado eran referencias a la ética financiera y a los sistemas financieros de distintos países, como lo es el socialismo y el capitalismo, con dudas en la cabeza reflexioné por qué en mi actualidad y mi realidad la ética sólo se basa en dinero, y se me vino a la mente esta frase de Benjamín Franklin: “De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.” y es aquí donde entra el conflicto más grande de los últimos siglos, el cual nos ha llevado a guerras y crisis mundiales: El desarrollo económico de un país, es el problema ético del S. XXI pues, quien tiene dinero, tiene el poder.
Contestemos pues, a las interrogantes de lo que ha creado el inicio de la filosofía, del pensamiento analítico, de lo que ha llevado al hombre a la cumbre de su inteligencia y apogeo de su razón, pues todo comienza con aquellos grandes filósofos de la época Griega donde empezaron a surgir las primeras dudas, las primeras sociedades que llevaban el estandarte de la investigación en su sangre y que buscaban siempre la explicación a todos los fenómenos que acontecieron, De ahí, de esas épocas surge el movimiento de construcción social para una convivencia asertiva, eficaz y sobre todo sana, donde el hombre se reconocía como igual, entre sus derechos que gozaban como los castigos mismo que eran impugnados a aquellos quienes cometen crimen; surge la mística palabra “Moral” y todos se regocijan en ella con nuevas normas de comportamiento civil, de expresión, de pensamiento y un sinfín de posibilidades que podrían habérsele atribuido. Hablemos pues del principio moralista que se le atribuye a Sócrates, padre de la filosofía, que si bien no dejó textos en los cuales se demostraría que él fue pionero de las dudas que acontecen al hombre, podemos decir que a través de su enseñanza oral hacia su alumno Platón dejaron los ecos de su voz en las marcas de la historia que aún, sigue siendo parte fundamental y base en las sociedades modernas. Ahora bien, nuestro tema central es la “ética” pero ¿qué es? La ética según el “Diccionario filosófico abreviado” nos dice que: Es la ciencia que trata de la moral, de su origen y de su desarrollo, de las reglas y de las normas de conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, la patria, el Estado, &c. A veces se atribuye al término “ética” el mismo sentido que al término “moral”. Pero hemos de entender que la ética es el estudio de la moral, aquí podríamos decir que entramos en un conflicto ética y moral pero no es nada similar, debemos de aprender a diferenciar los significados y más, significados como lo son las pautas de nuestro sistema de valores, pues no es lo mismo el estudio de un tema para determinar desde una perspectiva mayor a lo bueno o malo según nuestra “moral” determinando si hay un bien común medio al cual se pretende alcanzar. Ahora bien, hablemos de la ética en los distintos ejes que componen nuestras vidas y demos una reflexión a cada uno de ellos para poder dejar en claro el verdadero significado de moral.
“Cuando el deber se ve con claridad, dudar sobre la línea de conducta que se debe seguir es ya caer” – Víctor Hugo.
La ética en el aspecto socio-personal lo vamos a definir como “la ética en mi vida” y para mí la ética es sobreponer mi pilar de valores ante mis deseos, creencias y buscar un bien común para mi sociedad directa; siendo alguien que ante las normativas morales a establecidas busca la manera de desempeñarse de la mejor manera posible y también, el mejoramiento de estas ante las nuevas problemáticas sociales y controversias.
La ética en la políticas tal vez uno de los temas más profundos de los que podemos hablar, a través de las épocas podemos ver a las sociedades tan cambiantes en diferentes aspectos sociales, desde sus levantamientos, revoluciones, arte, cultura siempre hay algo que conecta al hombre y es la política, porque entre todos los países sólo 48 están bajo algún tipo de régimen dictador o socialista, y aún en estos países el tema que mueve al mundo ha sido la corrupción, la impunidad, la vida lujosa de aquellos quienes tienen el poder y buscan la manera de aprovecharse de ellos sin algún tipo de miedo a salir perjudicados, en esto, el hombre ético ante una problemática como lo es la corrupción, que es tan real que nadie puede negar el hecho de que es sólo la imaginación de aquellos que no tienen las oportunidades, alguien ético lucha en pro de detener estos abusos, de buscar a los responsables de vender su patria para darse vida, de castigarlos y anexarles como recuerdo de su traición al servicio social una condena justa a lo que se ha cometido, bien nos comentaba Fernando Savater en su libro “Ética en urgencia.” que “Lo grave no es la corrupción, sino, la impunidad.” y mientras nosotros, que sabemos que hay corrupción y somos nosotros mismos quienes la fomentamos excusándose con frases como “El que no tranza no avanza.” nunca avanzaremos como sociedad, jamás lograremos alcanzar ese sueño de un mundo libre, justo, honesto pues es el mismo humano quien interfiere con eso, es el mismo humano quien niega rotundamente su progreso.
La ética en las religiones es también, controversial en los aspectos morales que han sido defendidos durante generaciones y los ecos de las conquistas que aún retumban y reclaman justicia pero, sólo estoy centrándome en la doctrina católica porque es la mayor conocida y practicada a través del mundo y los tiempos; comencemos planteando que esta religión tiene un sistema de valores bastante fuerte desde la creación de los “10 mandamientos” en el éxodo de Egipto, en el cual están implícitos los peores pecados que uno puede llegar a hacer o las reglas que debemos de seguir para una verdadera convivencia, el ser ético es reflexionar en nuestra actualidad si estos mandamientos aun serían funcionales en nuestra sociedad, ser ético implica que a pesar de ser católico yo debo anteponer mis valores y realmente buscar en la balanza moral si las doctrinas que me están dando son las adecuadas y correctas.
Concluyo con la bandera de la libertad que nos dejó en legado Sartre al decir que “La moral es un asunto de humanos y Dios no tiene que intervenir en ellos.” y somos nosotros que a través de la reflexión ética debemos buscar más allá de lo establecido, proponer nuevas normativas que competen las necesidades del aquí y ahora, que realmente el hombre pueda gozar de su existencia, libertad y su sueño de un mundo honesto, donde el hombre pueda ser el hombre.