Ético Del Reciclaje Y Situación Ambiental Actual
Introducción
El presente artículo constituye un breve análisis, de la situación ambiental actual del país con respecto a la contaminación causada por las grandes cantidades de desechos de plástico que se producen todos los días. El ser humano debería comenzar a reflexionar sobre su actitud ante el ambiente y para eso la ética juega un papel primordial y, por ende, debe ser pilar fundamental en todo proceso de educación ambiental. Incidir en la sensibilización y en la concientización de los colectivos para que su comportamiento genere nuevas formas de relación con su ambiente particular y global es uno de los propósitos más importantes de la educación para el ambiente, al mismo tiempo es de suma importancia que se establezca un código de ética ambiental que de respuesta a la problemática emergente que se vive en la actualidad.
Las generaciones anteriores sabían la importancia de cuidar sus procesiones y usar los recursos de la tierra con cuidado. Sin embargo, el aumento de la riqueza y la abundancia de bienes materiales y de consumo han cambiado el sistema de valores de muchas personas en todo el mundo. Damos por sentados estos recursos, utilizando y descartando materiales sin pensar. Muy a menudo, olvidamos que estos recursos no solo son nuestros para usar, sino que están destinados a durar mucho tiempo para las generaciones venideras. En el camino del progreso material y tecnológico, a menudo olvidamos que somos responsables de lo que estamos creando y destruyendo en el proceso. Consumimos productos plásticos como envases, popotes, envolturas, cubiertos, etc.
A causa de esto hoy en día, el planeta se ha vuelto más densamente poblado, contaminado y menos verde, en comparación con lo que era hace 20 a 25 años. Pero ¿Quién es responsable de esto? Nosotros, como raza, tenemos que asumir la responsabilidad, ya que ninguna otra criatura viviente podría haber logrado esto en tan poco tiempo. El daño ya está hecho y ya no podemos permitirnos mirar hacia otro lado. De lo contrario, las generaciones futuras tendrán que pagar un precio enorme por lo que estamos haciendo. Cada uno de nosotros está obligado moral y
éticamente a restablecer cierta cantidad de equilibrio que hemos destruido en el mundo que habitamos. Si todos toman en serio este compromiso y hacen un esfuerzo consciente, podemos ayudar a deshacer algunos de los daños que hemos creado, aunque no todos.
Considerando la condición actual de nuestro medio ambiente y agotando los recursos naturales, la importancia del reciclaje no puede ser subestimada. Por ejemplo, al comprar y utilizar plástico reciclado, nos aseguramos de que se necesite producir menos plástico nuevo y que se desvíe más plástico viejo del sistema de eliminación. Esto es importante porque el plástico no es biodegradable y crea mucha toxina cuando se quema o entierra. Al reciclar más de nuestras cosas, también estamos reduciendo nuestros desechos, por lo tanto, reduciendo la contaminación y los costos involucrados en la eliminación de nuestros desechos en los vertederos e incineradores.
Aristóteles y su relación con el reciclaje
El reciclaje es éticamente correcto basándonos en la clasificación de Aristóteles, haciendo referencia a su obra llamada “Ética a Nicómaco”. Dicha categorización comprendía el carácter virtuoso, el moderado, el intemperante y el vicioso. Esta clasificación sirve para diferenciar y etiquetar los distintos comportamientos que cada uno de nosotros presenta respecto al reciclaje.
- El reciclador virtuoso sería aquel que separa de forma consiente sus diferentes residuos, y además lo hace con gusto. Para esta persona, el cuidado del medio ambiente tiene una gran importancia en su escala de valores y, en cierta forma, reciclar le hace “feliz”. En definitiva, su decisión y su acción son consecuentes con sus deseos, de ahí su satisfacción personal, pues nos encanta hacer aquello que deseamos hacer.
- En segundo lugar, nos encontramos con el carácter moderado. El moderado en realidad desearía tirarlo todo al mismo cubo y librarse de separar los residuos, pero sabe que reciclar es una acción correcta. Por lo tanto, decide hacer lo que se debe, aunque para ello ha de luchar contra sus propios deseos.
- En el caso del intemperante, su voluntad es débil, le falta decisión, y finalmente acabará cediendo a sus deseos de no complicarse la vida clasificando sus residuos, pese a saber que su acción es incorrecta. En este caso, su decisión no corresponde con sus deseos, pero tampoco con lo que finalmente hace.
- Por último, tenemos al vicioso, quien, en realidad, no deberá luchar contra sus propios deseos pues estos serán satisfechos por su decisión y su acción. Esta persona no considera el reciclaje un valor deseable y actuará en consecuencia, tirándolo todo al cubo de basura. En este caso, por tanto, se puede decir que su decisión y su acción son consecuentes con sus deseos. Esta coherencia pudiera parecer deseable, pues, como hemos dicho en el caso del virtuoso, hacer lo que
deseamos hacer nos proporciona felicidad. Sin embargo, Aristóteles aclara que la decisión del vicioso es siempre moralmente errónea, por lo que esa “satisfacción” se asentaría sobre una base equivocada.
Dicho esto, el reciclaje es una acción correcta y deseable, estas categorías nos ayudan a analizar y relacionar porque mucha gente realmente tiene las ganas de reciclar para solucionar problemas ambientales que tenemos y como otras no tienen esa preocupación ni responsabilidad por los desechos que producen. Recordando que las virtudes, según Aristóteles, no son inherentes al ser humano, sino que se adquieren con la práctica. Si las incorporamos a nuestro comportamiento diario, nos será cada vez más sencillo ejecutar acciones virtuosas, hasta llegar finalmente al punto en que nos resulte satisfactorio. Esta satisfacción será la consecuencia de que nuestras decisiones y acciones estén en línea con nuestros deseos.
Conclusión
Finalmente, la ética es uno de los ejes centrales para poder valorar el ambiente y el entorno del ser humano. La visión integral del hombre debe estar acorde con la transformación educativa, que pretenda consolidar nuevos caminos, crear actitudes y normas de comportamiento frente a los demás y hacia la naturaleza, que haga posible la realización de todo hombre en la sociedad y contribuya en forma significativa a la formulación de una toma de decisiones razonables en lo ambiental, ya que esto supone el análisis cuidadoso de los aspectos ecológicos, económicos, sociales y técnicos; además deben examinarse, antes de tomar una decisión, diversas alternativas políticas, acciones y prácticas.