Experimentos Sobre la Hibridación de Plantas de Mendel
En 1866 Gregor Mendel publica los resultados de sus experimentos en un artículo titulado “Experimentos sobre la hibridación de plantas” donde demuestra sus estudios sobre la variación en las plantas de guisantes, basando su razonamiento mediante mediciones cuantitativas con repeticiones y datos numéricos en los diferentes cruzamientos de “pisum sativum” con distintas características, dando a conocer la transmisión de rasgos en estas especies y la comprobación de las leyes de la herencia. No obstante, en 1936 el científico y biólogo Ronald Aylmer Fisher anunció un análisis exhaustivo sobre los datos expuestos por Mendel donde comentó que “la mayoría de los datos de los experimentos, si no todos, habían sido falsificados para coincidir en gran medida con las expectativas de Mendel”. Ante lo mencionado surgió la siguiente duda: ¿Será posible que los resultados que Mendel presentó tengan esa precisión y exactitud perfecta para evadir los hechos lógicos expuestos por Fisher?
Ante todo, Fisher discutía que los experimentos de Mendel eran “un milagro de la probabilidad” ya que el experto en estadística exponía que los datos que Mendel presentaba eran muy perfectos para ser reales por lo cual surgió la duda si en verdad Mendel había sido capaz de alterar sus resultados para su propio beneficio y comprobar un experimento que no era válido. De hecho, Fisher si podía afirmar este argumento por medio de los dos experimentos de Mendel que consistían en cruzar los individuos híbridos (primera generación) relativos a la forma del fruto (liso-arrugado) y al color del fruto (amarillo-verde), ya que con el test estadístico de Pearson se podía comprobar si en verdad estaban bien los cálculos de Mendel. De acuerdo a Lluis Montoliu (Biólogo e investigador del CSIC en el Centro Nacional de biotecnología): En el primer experimento de Mendel de 7324 guisantes se obtuvo 5474 de forma lisa y 1850 de forma arrugada, por lo cual da a conocer una relación de números entre 2,96:1, resultando que si en realidad se fuera a dar la precisión de 3:1 entonces tendría que haber encontrado Mendel 5493 guisantes de forma lisa y 1831 guisantes de forma arrugada. En el segundo experimento de Mendel, se utilizó 8023 plantas de guisantes, de los cuales una porción de 6022 eran de color amarillo y la otra se componía de 2001 de color verde, resultando en una relación de números entre 3,01:1, sustentando otra vez que si en realidad fuera esta cifra de 3:1 entonces Mendel debería haber hallado 6017 guisantes de colores amarillos y 2006 de colores verdes. Los resultados expuestos demuestran que en los estudios de guisantes de Mendel sí había variaciones en los datos publicados, pero que los números variaron de manera mínima y que no había un tremendo desbalance en las cifras. En otras palabras, Mendel no estaba divulgando información que contenía referencias de la genética con un porcentaje alto de error, ya que en sus anotaciones sus números eran muy cercanos a lo que se tenía previsto para tener el resultado de 3:1.
En otra instancia, desde la perspectiva ética, las acciones que Mendel decidió tomar para que su teoría fuera aceptada no fueron moralmente correctas. Por lo que Mendel al intentar adaptar los resultados experimentales a lo que él estaba buscando para su teoría, cayó en lo más bajo al querer engañar a los demás con datos que fueron presuntamente omitidos en su investigación, causando más tarde dudas sobre los siguientes descubrimientos en la genética. Como consecuencia, De acuerdo a Vozpopuli (2018): Walter Frank Raphael Weldon en 1900 analizó los resultados de Mendel y notó que esta teoría en realidad no podía tener validez más allá de las especies con las que el botánico había trabajado: los guisantes de color verde y los de color amarillo y que era muy probable que los resultados de Gregor tuvieran muchas variaciones a simple vista. Por lo cual, Weldon de una vez determinó el error probabilístico de los resultados utilizando una de sus famosas fórmulas que era la fórmula estándar que calculaba lo que era la desviación de una predicción teórica a partir del número que se presentaba en las observaciones realizadas. El resto de datos muestran casualmente aproximaciones al valor ideal, dando a conocer resultados muy perfectos para ser reales. Por lo tanto, lo antes mencionado por Fisher y ahora por Wendel dan a conocer como las mentiras de Mendel podrían implicar en la decadencia y validez de muchos temas en las ciencias naturales y posteriormente el impacto de esta en las siguientes hipótesis y teorías de diferentes científicos alrededor del mundo.
En conclusión, a pesar de que existan argumentos éticos y científicos en contra de los experimentos de Mendel, podemos decir que tanto la teoría sobre sus tres leyes de la herencia genética, y sus experimentos con las plantas de guisantes, abarcan un razonamiento lógico en la área de Ciencias Naturales al poder proporcionar múltiples factores que posiblemente condujeron a los resultados que publicó Mendel. Por otro lado, hay que enfatizar que aunque de manera consciente o inconsciente Mendel dio pauta a la posibilidad de predecir las características que los hijos podrían obtener de sus progenitores, a saber las probabilidades de tener alguna enfermedad relacionado a nuestros padres e inclusive capacidades mentales, dando más conocimiento a fondo en las diversas ramas de las Ciencias como son: la genética clásica, la molecular, la evolutiva, y también la cuantitativa. Gracias a los descubrimientos iniciales de Mendel se podría decir que hoy en día hay diferentes enfermedades hereditarias y anomalías cromosómicas que han sido descubiertas y han podido ser investigadas rigurosamente para entender un poco más como humanidad lo que el mundo contiene.