Explotación Y Comercialización En La Era Del Guano

 

Con las rentas obtenidas de la explotación del guano, el principal objetivo del Estado peruano era construir nuevas infraestructuras como por ejemplo, el ferrocarril. Con esto, se pretendían mejorar las conexiones entre las regiones dentro del país y prepararlo para el desarrollo económico. Pero los ferrocarriles no lograron el objetivo establecido, debido a la gran fragmentación del mercado interno peruano y como veremos, al hecho que el Estado se especializara únicamente en la explotación de guano y como consecuencia, bajara la productividad de muchos otros sectores igual o más importantes.

A partir de ese momento, el gobierno peruano decidió que podría sacar grandes beneficios con la explotación de este producto. Perú se especializó únicamente en la producción de guano y olvidó otros sectores y productos con los cuales también pudo haber obtenido grandes beneficios. Pero que es lo que vio el gobierno peruano en la explotación del guano? Principalmente la fijación del precio del producto. Es decir, no había otro lugar en el mundo que se dedicara a la explotación del guano y por lo tanto, el estado peruano decidía el precio de dicho producto. Además, era un recurso que se encontraba en grandes cantidades y se necesitaba una mínima inversión para llevar a cabo su explotación, básicamente mano de obra que se encargara de la extracción y de cargar el producto en los barcos.

Durante la Era del guano, el gobierno del Perú utilizó distintas formas de explotación y comercialización del producto. En los inicios, la explotación se llevaba a cabo mediante el arrendamiento de yacimientos guaneros, que se alquilaban durante un determinado tiempo y un pago anual al Estado. Entre 1842 y 1847, se comercializaba mediante la venta directa del producto a compañías extranjeras y locales. El gobierno peruano era el encargado de fijar el precio de la tonelada del guano y se quedaba un tanto por ciento de ese precio como beneficio. Durante 1847 y hasta 1869, la explotación y comercialización se produjo con el llamado sistema de consignaciones. Se trataba de un acuerdo entre el Estado peruano y un grupo de empresarios (locales o extranjeros) a los cuales se les daba un lugar para que pudieran explotar el recurso natural durante un tiempo determinado. El consignatario o empresario era el encargado de organizar el proceso de explotación, exportación y venta del producto. El acuerdo consistía en que al ingreso bruto se le descontaran los gastos y el producto neto se dividía entre el fisco y los consignatarios. Este sistema acabaría convirtiendo al gobierno peruano en deudor de los empresarios, dado que estos adelantaban los beneficios que aún no se habían obtenido, en calidad de préstamos y con intereses muy elevados, al Estado peruano.

El enfado y la ruptura final con los consignatarios llegaría en 1869, cuando el Estado vendió sin previo aviso a los consignatarios, dos millones de toneladas de guano a la firma francesa Dreyfus y Hermanos. La casa Dreyfus ofrecía un contrato con mejores condiciones, como por ejemplo, cubrir la deuda externa de cinco millones de soles que tenía Perú. El descontento con los empresarios fue tan grave que llevaron el caso ante el Poder Judicial. Aún así, El Estado peruano no anuló su contrato con la firma francesa. El desengaño llegó, cuando se dieron cuenta que las condiciones establecidas en el contrato no se estaban cumpliendo, lo que culminó con el default de la deuda del Perú y en 1875 se anuló por completo el contrato con la firma Dreyfus. Esto significo el fin de la expansión guanera.

La cuestión que la mayoría de estudios se plantean sobre la explotación del guano es si fue una bendición o más bien una maldición para el Perú encontrar este recurso natural. Como se dijo anteriormente, la fijación del precio, el hecho que el guano se encontrara en grandes cantidades y que era necesaria una inversión mínima, eran todo ventajas para el país. Pero qué hay de las desventajas? Perú quedó endeudado debido a los prestamos que nunca pudo devolver; las malas condiciones en las que se encontraban los trabajadores, que en un inicio fueron los esclavos encargados de la extracción del guano, hasta la abolición de la esclavitud. A partir de ahí, hacia 1850, empezó la inmigración asiática que terminó por trabajar en condiciones infrahumanas y esto, creó malestar, quejas y revueltas. Por último, y lo peor para el país, fue que el guano se agota.

Podemos decir, que tener recursos naturales como el guano, para el Perú fue una maldición. Pero no una maldición por tenerlo, sino más bien por como se gestionó su explotación y comercialización. Es decir, que las instituciones del momento no supieron como gestionar el producto de manera que les ofreciera los mayores beneficios a largo plazo, en lugar de corto plazo como sucedió. Hay que añadir, que la aparición de los fertilizantes artificiales ayudó en la caída en picado de la producción de guano, ya que ahora si que tenía otro producto con el que competir. El guano, más caro, tenia que transportarse desde Perú hacia Europa y esto hacía que hubiera más gastos. En cambio, los fertilizantes artificiales podían ser fabricados en un mismo país y por lo tanto, los gastos de transporte eran menores. El guano se convirtió en la principal fuente de desarrollo del país a corto plazo. Los ingresos que se obtuvieron de la explotación y comercialización del guano, permitieron atenuar, aunque no pagar por completo, las deudas que se arrastraban des de la independencia. “Bonanza fugaz” podría ser el nombre perfecto para definir este período de la historia peruana.

Durante las décadas de 1930 y 1940, la economía peruana y en conjunto, la de América Latina, estuvo marcada por las secuelas de la Gran Depresión y más tarde, por el resultado económico de la Segunda Guerra Mundial. Durante este período, las exportaciones peruanas cayeron en picado. Por ejemplo, la exportación de azúcar disminuyó un 22%. La dependencia de productos básicos a la que estuvieron sujetos los países latinoamericanos, fue un rasgo esencial en la inserción de la región dentro de los mercados económicos internacionales. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Gran Depresión, la expansión de estos productos y el auge de las exportaciones, llegaron a su fin. El síncope que sufrieron los mercados, llevó a los países de América Latina hacia una nueva etapa de desarrollo, nombrada por Bértola y Ocampo (2013) como una “ industrialización dirigida por el Estado”.

La industrialización dirigida por el Estado, destacó por su importante dependencia de los mercados internos, el elevado proteccionismo y la caída, de América Latina, en la participación dentro del comercio internacional. Asimismo, se restringieron las llamadas inversiones extranjeras directas (IED), en algunos países, sobretodo en los sectores de recursos naturales y en infraestructuras. Otra peculiaridad de este momento, fue el aumento de la participación de empresas propiedad del Estado.

Pero este sistema de industrialización, pronto recibiría sus primeras críticas. En algunos casos, criticaban la estructura arancelaria demasiado proteccionista y elevada, en otros casos, criticaban el excesivo intervencionismo estatal en la economía. Con la instauración se esperaban reformas en el orden social, pero lo único que se hizo fue la construcción de nuevas infraestructuras, asociadas a requerimientos de divisas y de inversores. América Latina quedaba fuera de los mercados mundiales y eso, se empezaba a notar. Así, en 1960, el sistema de industrialización dirigida por el Estado llegaba a su fin. Se inició entonces, un proceso de reconstrucción de reinserción en el mercado internacional de capitales y más tarde, en 1970, los países latinoamericanos habían aumentado su financiamiento externo para llevar a cabo dicha reconstrucción. Por este motivo, la principal preocupación de los países de la región fue intentar colocar recursos de bancos nacionales, transformados en internacionales, y que generalmente lo hacían en forma de créditos colocados a tipos de interés variables que se modificaban con la tasa LIBOR (Bértola y Ocampo, 2010). Este sistema permitía la participación de bancos pequeños, que operaban con alto riesgo. Así, debido a una serie de irregularidades que se produjeron a mediados de 1970, en algunos bancos internacionales, los países deudores entraron en la que será llamada como “década perdida”. Esta década tuvo su momento más álgido en 1980, cuando una gran mayoría de países latinoamericanos no pudieron hacer frente a los intereses de los préstamos que habían pedido y la deuda externa de dichos países superaba su poder adquisitivo.

Como se observa, el hecho de colocar recursos dentro del mercado internacional de capitales, propició el aumento de financiamiento externo. Pero dicho financiamiento iba acompañado de grandes déficits comerciales y fiscales. Hay que añadir, que la situación y los recursos que cada país disponía para gestionar ese financiamiento, fueron factores clave en el desarrollo de las crisis. Además, la decisión a finales de 1979 por parte de la Junta de Reserva Federal de Estados Unidos, de aumentar las tasas de interés para frenar la inflación que estaba sufriendo su país, provocó el punto de inflexión y un efecto negativo en el déficit en cuenta corriente de la mayoría de los países de América Latina, causando que la crisis en estos países fuera aún peor.

En efecto, los países en proceso de desarrollo, tienen una serie de carencias, principalmente la falta de infraestructuras. Para poder suplir dichas carencias, buscaron ayuda en el financiamiento externo. De esa manera, muchos países de América Latina, entre ellos Perú, se convirtieron en demandantes de capital. El financiamiento externo se utilizó para crear nuevas infraestructuras, tal y como se esperaba que se hiciera. Infraestructuras, que supuestamente iban a permitir que el país se desarrollara. Pero no se tuvo en cuenta si financieramente o socialmente serían obras rentables o no. Finalmente, resultó que no eran del todo rentables, el déficit fiscal del Perú se volvió incontrolable y el país, otra vez, se vio endeudado. Pero, ¿qué pasa entre que un país pide crédito y el déficit fiscal se vuelve incontrolable? Como se explicará más adelante, durante este período de crisis, Perú sufrió grandes cambios dentro del gobierno y en poco tiempo pasaron muchos presidentes por el poder, cada uno de los cuales, como también se verá más adelante, quisieron aplicar las políticas económicas que creyeron más adecuadas para mejorar la situación del país. Esta alta volatilidad dentro del gobierno no fue de ayuda para poder recuperar la situación del país.

Para poner en situación de como estaba el Perú durante este período, vamos a repasar una rápida cronología con los momentos más relevantes de dicho período. A principios de 1980, el PIB per cápita era de 2. 569$. Perú ya acumulaba una deuda de 473 mil millones de dólares. Además, para empeorar la situación, Perú pidió préstamos al Fondo Monetario Internacional, de ahora en adelante FMI, considerado como un “prestamista de último recurso”, ya que en el momento en que un país pedía préstamos al FMI, inmediatamente se convertía en un país donde era muy arriesgado invertir. Esto acabó provocando que muchos de los inversores se marcharan del país. Otro factor negativo para la recuperación económica, fue la aparición del grupo insurgente Sendero Luminoso, que provocó grandes revueltas y muchos muertos, entre la población peruana.

En 1983, el PIB per cápita bajó a 2.244$. Hay que tener en cuenta pero, que este PIB puede no ser real, ya que la brecha que había entre pobres y ricos era bastante alta. En este momento también, se produjeron una serie de desastres naturales que tampoco ayudaron, al contrario, generaron más y más gasto para el Estado. Cabe añadir, que la inflación de los productos básicos de consumo aumentó a un 52%. Inflación que, por suerte, a finales de la década de los 80′ volvió a disminuir a un 25%.

Una vez ya entrada la década de 1900, observamos como el PIB per cápita sigue disminuyendo hasta llegar a los 1908$. Y a pesar de que la inflación de los productos básicos de consumos siguió disminuyendo, las condiciones de vida de los peruanos también iban a peor. Entre mediados y finales de los 90′, vemos como poco a poco, la situación del Perú va mejorando. El PIB per cápita había aumentado hasta alcanzar los 2344$, la inflación disminuyó hasta un 4% y gracias a la incorporación del Perú en el Plan Brady en el año 1997, la recuperación económica parecía que se hacia realidad.

A continuación, se desarrollan las políticas económicas que aplicaron los presidentes que estuvieron en el gobierno durante este período de crisis de la deuda. En primer lugar, encontramos a Fernando Belaúnde que gobernó en dos ocasiones: un primer período entre 1963 y 1968, y un segundo período entre 1980 y 1985. Durante su primer gobierno, Belaúnde tenía como objetivo principal, liberalizar las empresas y crear una economía orientada básicamente a la explotación. En su segundo período de gobierno, intentó de nuevo liberalizar las empresas y la economía. Pero en ninguno de sus gobiernos consiguió que su política liberal recuperara la economía, ya que al final, las riquezas solo llegaban a los ricos y no a la población más desfavorecidaPara empezar, eliminó por completo los aranceles impuestos por los anteriores presidentes y el resultado que obtuvo fue que en un primer momento, la población peruana tuvo que pagar un precio mucho más elevado de lo normal por los productos básicos de consumo. Como resultado de su política aperturista, entre 1990 y el 2000, las exportaciones aumentaron un 85%. Fue una recuperación lenta, pero que a largo plazo generó crecimiento para el país.

Una de las principales prioridades del gobierno instaurado en 1990 fue que Perú volviera a reinsertarse en la comunidad financiera internacional. El primer paso que se llevó a cabo para conseguir la reinserción del país fue la aprobación de un programa económico por parte del FMI y que con la creación de un grupo de apoyo liderado conjuntamente por Estado Unidos y Japón, se pudiera proveer al Perú de aquellos recursos financieros internacionales necesarios para que se pudiera cumplir con el programa del Fondo Monetario Internacional. Estados Unidos y Japón aportaron un total de 350 millones de dólares y 400 millones de dólares, respectivamente, para saldar la deuda externa peruana. Además, la mejora del precio de los productos que Perú exportaba a otros países, como la papa o el azúcar, hizo también que tuviera más opciones para recuperarse. Cabe señalar también, la intervención del Club de París. Un club la principal función del cual era la renegociación de las deudas externas de los países con dificultad de pago. Gracias al Club de París, Perú logró reestructurar y reprogramar los pagos de su deuda.

Es importante destacar también, el papel que jugó para el Perú, que este se incorporara en 1997 en el Plan Brady. Se trata de un procedimiento de pago de deuda a partir de una serie de bonos, los cuales permiten a los acreedores cobrar deudas de difícil recuperación y que además, facilita a los países deudores el pago a largo plazo, ya que no se añaden recargos por intereses. En ese momento, la deuda nacional del Perú giraba entorno a los 6.000 y 7.000 millones de dólares. Entre las soluciones que se llevaron a cabo para la recuperación económica peruana, figuran, entre ellas distintas formulas: los pagos en los llamados bonos Brady, la recompra de papeles de la deuda y, el canje de deuda por privatización.

Después de analizar el período de crisis de la deuda del Perú, se puede observar que existe una gran dificultad para el gobierno, de abordad los déficits económicos. Como hemos visto, el hecho de que se produjeran tantos cambios en cuanto a los presidentes que estaban al poder y que cada uno aplicara una política distinta a la del anterior, hacia que la recuperación económica del Perú fuera imposible. Aún así, es importante destacar el hecho de que tanto Belaúnde como Fujimori tuvieran prácticamente las mismas ideas y aplicaran también, casi las mismas medidas y políticas, uno pudo conseguir llevar al país hacia la recuperación, mientras que el otro no. Esto puede ser porque durante los gobiernos de Belaúnde, no se dieron las condiciones adecuadas para aplicar estas medidas o que simplemente no supo aprovecharlas ni como aplicarlas de manera oportuna para que fueran efectivas. En cambio, con Fujimori, podemos decir que las condiciones fueron favorables a la aplicación de políticas económicas de carácter más liberal. Gracias a la recuperación económica, Perú pudo volver a integrarse en el mercado económico internacional; entre 1998 y el 2000, gastó 350.000.000$ menos en préstamos del Fondo Monetario Internacional. Así, queda claro que el principal desencadenante, aunque no el único, de la crisis de la deuda era el problema fiscal, concretamente el excesivo gasto generado por la abundancia de financiamiento externo.

A manera de resumen general, durante las pasadas décadas, no solo en el Perú, sino también en América Latina en general, la deuda creció de forma explosiva. Los gobiernos de los países de América del Sur, sin ningún tipo de restricción en cuanto a presupuestos, gastaron más de lo que podían permitirse. Pensaron que podrían mejorar las condiciones económicas de sus países pidiendo préstamos internacionales, pero en el momento en que las condiciones de los países internacionales cambiaron, los países latinoamericanos se vieron sumergidos en una crisis difícil de superar.

Por consiguiente, todos estos datos anteriormente explicados, nos indican claramente que perú no fue un caso aislado ni en el período de expansión de las exportaciones ni tampoco, durante la crisis de la deuda, respecto el resto de países de América Latina. Como bien indican Bértola y Ocampo (2010), el aumento de la crisis y de la deuda debido a la inestabilidad era un problema que afectaba Latinoamérica en general. Los factores negativos producidos por los cambios en las economías de los países internacionales, la mala gestión del financiamiento externo, la bajada del precio de los productos exportados por Latinoamérica y políticas riesgosas, llevaron de frente a estos países a una crisis muy dura y de larga duración. A pesar de que la crisis de la deuda fue diferente en cada país, podemos señalar que hubo semejanzas o por lo menos, los factores que condujeron a estos países a la crisis fueron similares.

Igual que el Perú, el resto de países latinoamericanos, fueron superando poco a poco este período a finales de 1900 y principios del 2000, volviéndose a integrar en el mercado internacionales de capitales. En definitiva, la aplicación de políticas liberales y aperturistas a los mercados externos, todavía tienen efectos hoy en algunos países de la región.  

04 April 2021
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