Factores de Surgimiento del Movimietno Estudiantil en Tlatelolco del Verano de 68
Tlatelolco verano del 68 ensayo histórico: Desde sus inicios hasta la modernidad, el leitmotiv de la historia mexicana ha sido caracterizado por dos elementos: la violencia y el sometimiento. Dichos elementos no se dan de manera aleatoria, siempre se han manifestado por parte de aquellos que detentan el poder hacia el resto de la población. A efecto, no hace diferencia el momento histórico que se ponga bajo revisión para ejemplificar esta circunstancia: antes de la conformación del Estado; durante la hegemonía Azteca y posteriormente durante la conquista; el preámbulo de dicha conformación durante la Independencia; de manera subsecuente, ya entrada la vida nacional del Estado Mexicano, durante la Revolución. Todos estos hechos históricos se caracterizan por llevar como estandarte la violencia y el sometimiento del grueso de la población por parte de clases privilegiadas sobre ello será el ensayo de la matanza de Tlatelolco.
En la historia reciente el sometimiento de la población mexicana se ha vuelto más sutil. Ahora es realizado bajo el disfraz y cobijo de un estado democrático, donde toda decisión es justificada por ser voluntad del pueblo, bajo la idea del supuesto interés nacional. El Estado Mexicano sin temor a duda, hace honor a la perspectiva weberiana, reclamando el monopolio de la violencia para la defensa del statu quo. Dicho de manera más clara, el Estado Mexicano tiene como antecedente histórico estar al servicio de la clase política mexicana y de todos sus intereses, sin consideración al bienestar social y colectivo integral.
Es tradición mexicana el repudio a la crítica política y su intento de reprimirla a través de la fuerza. Desde el Porfiriato, pasando por la institucionalización de la Revolución y, a consideración personal, aún en la actualidad, la crítica política siempre ha logrado ser subversiva y se han tomado esfuerzos por silenciarla. Como hace mención Carlos Fuentes, la tarea de la crítica es atormentar al poder con sus palabras. Por otro lado, también es parte de la idiosincrasia del mexicano un agravado desenfado hacia la muerte y una pasión arraigada hacia sus creencias. Esta combinación toma importancia cuando se tratan los movimientos sociales, inclusive es posible especular que en esas circunstancias son potenciadas dichas características, puesto que siempre han existido personas dispuestas a desafiar el statu quo, aún a pesar de su integridad. Dada la peculiar circunstancia mexicana, esto es una tarea necesaria y muy loable. Este fue el caso de la movilización estudiantil de 1968, mejor conocida como el Movimiento del 68 o, poniendo énfasis en su calidad de parteaguas histórico, simplemente como el 68.
Existen varios factores por los cuales puede ser explicado el Movimiento del 68 en el presente ensayo del 68. El clima político y cultural que presentaba el mundo es lo que principalmente se considera que avivó el movimiento. Con importantes sucesos como el aniversario de la Revolución Cubana, la Guerra Fría, el Mayo Francés, las bien conocidas tensiones políticas internas e inclusive los juegos olímpicos que se celebrarían en México durante 1968 formaban parte del panorama político y cultural que ese año mostraba. Con todo esto, durante esos días se respiraba descontento por parte de un sector poblacional que buscaba una forma de expresión con respecto a su sentir, sector particularmente integrado por jóvenes, estudiantes.
La juventud era vista como el enemigo, el enemigo que alzaba la voz y que fue silenciado con balas, con violencia en todas sus formas, los jóvenes encabezaban un despertar de la sociedad, que clamaba por justicia, por eliminar la represión, lucha que reclamaba a los presos políticos y que a su vez era aliada de otras luchas justas que velaban por intereses reales de las dolencias del pueblo mexicano.
La juventud, los estudiantes, no eran vistos por el poder como “un simple grupo”, era la fuerza que pretendía despertar la conciencia del pueblo mexicano, pueblo golpeado por la violencia, la pobreza, la dominación y la represión, esto claramente atentaba a la imagen que México podía dar al mundo, imagen que siempre intentaba decir que todo estaba bien cuando no era así.
Los medios de comunicación, al servicio del poder se encargaron de descalificar a este movimiento, como era la costumbre; llamándolos “revoltosos, comunistas, golpeadores, etc.” y es algo que hasta la fecha podemos observar, descalificar a un movimiento siempre ha sido arma para doblegar, aquí es cuando podemos ver la resistencia que toda lucha requiere para sobrevivir y en el mejor de los casos, triunfar.
La matanza de Tlatelolco, ocurrida en la Plaza de las Tres culturas fue un hecho cobarde y cruel, cuando las condiciones del que ataca y el que se defiende no son iguales, es una guerra donde claramente el que tiene la superioridad, ganará.
Es importante tener en cuenta los sucesos revolucionarios en la vida de nuestro país y del mundo, pues nos lleva a una lectura más clara del presente que vivimos, forman parte de la memoria histórica y el papel que las instituciones cumplen para con la sociedad.
Cabe subrayar en este ensayo sobre la matanza de tlatelolco que el 2 de Octubre no se olvida, no se olvida porque corrió mucha sangre, sangre que formaba parte de un grito, un grito de libertad, de justicia, un grito que clamaba por una reconstrucción más justa de la vida pública y política de México, el grito de miles de jóvenes con sueños, con esperanzas, grito que se vio callado por el poder y sus intereses, el poder que buscaba mantener la imagen de superioridad moral, poder que nunca se tienta el corazón para actuar contra quienes lo critican, al querer callar aquellas voces, se propició lo contrario, un eco eterno en las generaciones siguientes, que no debemos olvidar que solo a través de la lucha por la justicia se podrá construir una sociedad más saludable y sustentable, es importante que nos reconozcamos como sujetos históricos, que no solo viven una realidad, tienen el poder de construir nuevos presentes, encaminados al bien común.
Referencias
- Cerón, A (2012) El movimiento del 68 en México, interpretaciones historiográficas 1998-2008, Andamios, 9 (20) 237-257