Falta De Creatividad Por Falta De Sueño
Introducción
Desde hace cerca de 40 años, los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los compromisos de ajuste del gasto público promulgados por el Gobierno Nacional han copado el escenario económico y político del país. Así, desde el año 1981 varios regímenes han optado por definir su política fiscal basándose en los requerimientos del organismo internacional.
El gobierno actual, dirigido por el licenciado Lenin Moreno Garcés, no es la excepción; denotando así, las todavía existentes, simplicidad y falta de creatividad con que los gobiernos de turno desarrollan sus políticas públicas; además del quemeimportismo concerniente a los agravios sociales que las mismas ocasionan.
De esa manera, las dos políticas que han compuesto el denominador común en las nueve Cartas de Intención presentado al FMI desde 1981 son: reducciones parciales o totales del subsidio a los combustibles y debilitamiento del sector público a través de despidos masivos y restricciones laborales. En la décima Carta de Intención, redactada en marzo del presente año, se evidencian nuevamente, 38 años después, los mismos compromisos tan caducos como simplistas que han promovido los distintos gobiernos a lo largo de las últimas décadas.
Desarrollo
Así, por ejemplo, las medidas económicas anunciadas el pasado martes 1 de octubre, entre algunas cosas, señalan: liberalización del precio del diésel y la gasolina extra y ecopaís; con lo que el precio que desembolsa el consumidor por estos bienes aumenta en un 120% en el caso del diésel y en un 24% en el caso del extra y el ecopaís. Del mismo modo, en el caso de los contratos laborales del sector público, se busca, entre algunas cosas: obligar a los servidores públicos el aporte mensual de un día de su salario y reducir sus vacaciones anuales de 30 a 15 días. Además, como el ministro Martínez afirmó el pasado jueves 3 de octubre, el plan incluye, la existencia de un cronograma de desvinculaciones (despidos) que el Gobierno pretende acometer Lo que se sumaría a los más de once mil ciudadanos despedidos hasta inicios de este año; demostrando la facilidad con que nuestros gobernantes disminuyen el valor y los derechos del trabajador público respecto al privado.
Parecería que, en una visión bastante reducida de la realidad, se busca suplir las necesidades del fisco a través de mecanismos contables simples preocupaciones a gastos e ingresos, sin tener en cuenta todo lo que aquello acarrea. Al contrario, una visión global adecuada buscaría idear estrategias que no excluyan los intereses de las grandes mayorías y armonicen en su conjunto a los agentes dentro de la economía.
Hablando de las graves consecuencias sociales causadas por dichas medidas, basta echar un vistazo a nuestra propia historia. Así, en la mayoría de casos, los efectos negativos sobre la economía fueron persistentes en los siguientes años a la aplicación de las políticas, con desaceleraciones y decrecimientos de hasta el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) como en la década de los 80; así como, tasas de desempleo crecientes. Esto último ocurre, en buena medida, como consecuencia de la masiva desvinculación de servidores públicos que, en pocas ocasiones, consiguen de inmediato un trabajo en el sector privado. Por supuesto, como en toda desaceleración, el aumento de la pobreza y la desigualdad es inminente.
Conclusión
Con todo lo mencionado, se puede evidenciar con claridad el desinterés del Gobierno Nacional por hallar soluciones que aboguen por el bienestar en conjunto de la población, al mismo tiempo que deshecha alternativas promovidas por distintos sectores como el mejoramiento de la recaudación tributaria, la aplicación de impuestos progresivos o la focalización de los subsidios. Después de todo, hoy en día los economistas actuales y futuros debemos entender que el desafío no solo consiste en saldar cifras y cerrar déficit numéricos; sino también en ser creativos e incluyentes en la implementación de políticas que más allá de lidiar con números inertes, involucran la vida de muchos seres humanos.
