Pensamiento Filosofico y Su Desarrollo en el Renacimiento
Introducción
Fue una época muy importante y trascendental para la filosofía, el renacimiento surgió con diversas ideas, principalmente humanistas que transcurrió desde finales del siglo XIII durante la edad media, y tuvo su finalización en el siglo XVII. ¿Por qué se le llama renacimiento? Porque durante estos dos siglos, se produce un renovado interés por el mundo greco-romano, un “renacer” de la cultura antigua, especialmente por la figura de Platón.
Desarrollo
Este movimiento que comenzó en Italia y se expandió por toda Europa en el siglo XV, impulsó un renovado interés en el saber y los valores clásicos. Filosóficamente hablando, los siglos XV y XVI, son un periodo de transición entre la edad media y la edad moderna, y es que durante el renacimiento hay una ruptura con la tradición y la autoridad que impregnó la reflexión filosófica durante la edad media empezó la valoración positiva de la experiencia, es decir, del conocimiento empírico, de lo que cada cual podía conocer directamente sin necesidad de recurrir a autoridad alguna
Al referirnos a la época renacentista inmediatamente nos surge un pensamiento trascendental que constantemente nos está dando una cuestión, nos referimos a la libertad y dignidad humana, estas ideas dieron como resultado un sin número de pensamientos diferentes, recurrentemente relacionados con nuestra libertad y el cómo hay que hacer justicia debido a que este está relacionado con nuestro humanismo. Este pensamiento ha sido de gran importancia para esta época por su gran popularidad y lógica que abordaba, aun en la actualidad sigue teniendo un impacto esencial para todos y cada uno de nosotros, debido a que surgió este nuevo modo de pensar, algo que no es común y sin duda nos beneficia a todos
La Edad Media consideraba que Dios estaba por encima de todas las cosas por ser el creador del universo. Así pues, estaba por encima del hombre y que a su vez, este último, estaba por encima de las sociedades que era su creación. El Renacimiento no residió solo en un mero renacer de la literatura o de la filosofía greco-romana o en una prosaica imitación de las formas artísticas de la Antigüedad. Aunado a ese concepto aparece aquel otro, el Humanismo, que completa la imagen inicial de que nos encontramos en una época nueva y, en consecuencia, distinta de aquella, la antigua, que se tomaba como modelo inherente. Efectivamente, fue la renovación de la cultura el aspecto más notoriamente enfatizado por sus propios protagonistas, aquellos que discutieron por primera vez de Renacimiento.
Los filósofos más importantes fueron Marsilio Ficino, Pico della Mirandola, Giordano Bruno, Maquiavelo, Campanella, Erasmo, Tomás Moro, Vives, Cornelio Agripa entre otros. Cada uno de ellos aporto algo, y no solamente un pequeño punto de que hablar, aportaron grandes pensamientos que incitaban a todos a razonar. La filosofía en aquella época nos abrió un panorama completamente nuevo, vivíamos en total esclavitud, el pueblo no tenía voz, las personas empezaron a especular y a utilizar su capacidad de raciocinio. Si no hubiese sido por estos filósofos no habríamos tenido una vida plena, gracias a este tipo de pensamientos pudimos abrir los ojos y defendernos.
Cae el rígido sistema, la sociedad se encontraba en cierto modo con mayor libertad, todos tenían una nueva oportunidad, una que les daba la vida plena y feliz. Políticamente, continúa la emergencia de la burguesía. Durante el siglo XVI se inicia un periodo de guerras, que continuará a lo largo del siglo XVII. El pensador político por excelencia del renacimiento fue, sin duda, Nicolás Maquiavelo, para muchos, el primer pensador político de la modernidad.
Conclusión
El Renacimiento es la consecuencia de un interés por el pasado grecorromano, con el cual se buscaba volver a dar vida a los ideales que habían inspirado a aquellos pueblos. De este movimiento surgieron las grandes figuras. Es la manifestación ideológica y literaria del Renacimiento. Los hombres del Renacimiento trabajaron con mucho entusiasmo en estudiar metódicamente las obras de la antigüedad, explorando ruinas, exhumando manuscritos y salvando de su destrucción valiosos documentos.