Frutos Del Bosque Para Una Alimentación Saludable
Introducción
Se estaba poniendo el rímel cuando, por un instante, vio reflejada en el espejo a aquella niña que jugaba a ser madre mientras peinaba a sus muñecas. Sonrió ligeramente. De aquellos días hasta entonces, los años se le habían ido comiendo los sueños, uno a uno, despacio. Los había ido sustituyendo por un agradable orden, un lugar seguro para poder sentirse en su casa. Pero el paso de los años no solo se llevan consigo nuestra infancia… Cuidarse es, en cada etapa de la vida, aprender a reconocer las necesidades del cuerpo y a escuchar las del alma. Somos una mezcla de genética y ambiente, aunque en una proporción difícil de precisar.
Pero lo que sí está claro es que, a través de la alimentación, podemos influir positivamente en la persona que somos. Reponer ciertos nutrientes esenciales de nuestro organismo que disminuyen con el paso de los años nos permitirá continuar nuestro camino y quizá, sin que seamos conscientes de ello, puede que nos lleve a cumplir alguno de nuestros sueños, solo que mezclado con los de quienes amamos. ¿Por qué envejecemos? Una de las teorías más populares acerca del envejecimiento afirma que es consecuencia de daños y alteraciones en nuestras células ocasionados por los radicales libres.
Estos compuestos se originan cuando el organismo utiliza el oxígeno del aire que respiramos para convertir los alimentos en combustible. A fin de protegernos de los radicales libres, el cuerpo fabrica sus propias defensas: los antioxidantes. Pero en épocas de estrés, el cuerpo produce más radicales libres y, por tanto, necesita un plus de antioxidantes para neutralizarlos. Estos antioxidantes los podemos obtener a través de los alimentos. En este sentido, según la prestigiosa revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, de entre una larga lista de más de cien alimentos, los frutos del bosque aparecieron entre los diez primeros que más antioxidantes nos aportan.
Apostemos, así pues, por las fresas, los fresones, las moras, los arándanos.Para evitar un envejecimiento prematuro, debemos dirigir la terapia nutricional hacia cada célula de nuestro organismo, poniendo especial atención en las del cerebro, pues es uno de los órganos que más acusa el estrés en nuestra vida. De este modo, sentiremos el paso del tiempo como un privilegio del que disfrutar y no como un peso que acarrear. Como añadir más antioxidantes a la dieta. La vitamina C, el aceite de oliva o el chocolate son también buenas fuentes. Comer, una vez al día, frutos de bosque. Además de su capacidad antioxidante, facilitan la penetración de otros nutrientes al interior de las células.
Una buena opción es añadirlos al yogur. Pero si estamos fuera de temporada y nos cuesta encontrarlos, existen otras posibilidades. Enriquecer la ensalada con varios ingredientes, de modo que tenga al menos tres colores. Así nos aseguramos un abanico más amplio de vitaminas. Tomar cada día una fruta de temporada. Son fuente indiscutible de vitamina C, uno de los antioxidantes más potentes contra los radicales libres. Aliñar con aceite de oliva virgen extra las ensaladas. Sin un medio graso. Algunas de las vitaminas que desempeñan un papel importante en la prevención del envejecimiento prematuro no son absorbidas, como el licopeno del tomate (para la prevención del cáncer de próstata) o los carotenos de la zanahoria (para proteger la piel).
Conclusión
Comer dos veces por semana pescado azul aporta omega-3, grasa esencial para proteger las neuronas frente al estrés. De 10 a 20 gramos por día de chocolate que contenga un mínimo de un 70 % de cacao; cuida el sistema cardiovascular. Una copa de vino tinto en cada comida. Las variedades que proceden de lugares donde el clima es extremo suelen tener más antioxidantes. En caso de no beber vino, la uva es una opción excelente. Tras un exceso gastronómico, una manzana ayuda a contrarrestar el depósito de colesterol en las arterias. Un puñado de frutos secos diarios. Los podemos mezclar con los frutos del bosque en el yogur. Y no olvidemos que leer aporta los nutrientes más importantes para alimentar nuestra alma.