Guerra De Narcotráfico En Colombia Y La Relación Con Estados Unidos
Ha quedado demostrado que la guerra que llevó a cabo Washington con el beneplácito de Bogotá contra el tráfico de drogas no dio los resultados esperados sino que además ha sido contraproducente en sí misma. En el momento en que más empeño se puso para su erradicación era cuando más circulaba la droga y más éxito tenían los cárteles.
El narcotráfico desde su origen ha estado ligado a la corrupción tanto de las organizaciones como de forma estatal, aunque esta ya se producía en décadas anteriores
A pesar de los intentos por reducir el tráfico, los productores colombianos siempre encontraron otras rutas para poder introducir la mercancía sin problema. Si bien es cierto que en la década de los 90 se produjo una importante reducción de la actividad, sobretodo en el cartel de Medellin y en el de Cali, en el de Medellin principalmente tras el asesinato de su líder, Pablo Escobar en 1993.
El desmantelamiento de los cárteles colombianos más importantes significó un importante logro tanto para la organización estadounidenses como para las colombianas, aunque hay que destacar que trabajaron de manera contraproducente, la operación estaba enfocada al desmantelamiento de los cárteles desde arriba, sin contar que a medida que avanzaban en la desarticulación se iban creando pequeñas organizaciones con la escisión de sus miembros, más pequeñas y de menor alcance y violencia pero que han conseguido mantenerse hasta día de hoy.
En los peores años de la crisis institucional, en torno a las décadas de los 70-80, los narcotraficantes consiguieron amasar grandes cantidades de dinero con el tráfico internacional, lo que les permitió financiar a grupos paramilitares, como las AUC, que a través de sobornos a funcionarios y a políticos consiguieron operar libremente. En torno a los 90 pocos miembros del gobierno no habían recibido algún tipo de soborno por parte de estas organizaciones. Además ha quedado más que confirmado el acercamiento de las AUC, con el poder estatal. (Human Rights Watch, 1996; revista Cambio, 1999).
Del gran negocio de la droga en Colombia se lucraron todos los grupos guerrilleros, tanto los de extrema derecha como los de extrema izquierda.
Estados Unidos por su parte ha jugado un importante papel en la continuidad tanto del conflicto como que de Colombia no consiga salir a flote por sí sola, este ha sido uno más en la evolución del conflicto, pero el carácter encubierto de la mayoría de sus operaciones pone muy difícil que se le pueda acusar directamente.
Colombia mantuvo y mantiene una relación prácticamente de subordinación con EEUU. Con Clinton en la presidencia de EEUU se procedió al uso de la diplomacia coercitiva, que produjo serias pérdidas en la inversión extrajera a partir de 1996, un par de años después se produjo la recesión económica más grave de la historia del país (Torres. G, 2011), lo que a su vez aumentó los índices de criminalidad ya altos de por sí.
En torno a 1998 Estados Unidos permitió la entrada de ayuda económica, pero no se empezaría a ver su flujo hasta que Pastrana ocupó el cargo de presidente tras la destitución de Samper, fue entonces cuando las buenas relaciones entre las dos administraciones empezaron a florecer.