Habilidades de Comunicación y Socialización y Su Vital Importancia en El Entorno Escolar
La sociedad está sobrellevando cambios que constantemente están acarreando procesos de trasformación acentuados en cada uno de los elementos que la constituyen, es por eso que, en la vida cotidiana los seres humanos establecen diferentes tipos de relaciones sociales, ya sea en el hogar, el colegio, el trabajo, entre otros.
Es allí donde se hace imprescindible el buen manejo de la comunicación, la necesidad de una escucha activa y las distintas habilidades sociales que faciliten la integración eficaz y eficiente de los pares en su contexto escolar. Es por esto entonces, que se tiene como objetivo en el presente trabajo establecer el estado del arte de las habilidades sociales en el contexto educativo en Colombia.
Peres 2008 (citando a Lazarus y Folkman, 1986), refiere que las habilidades sociales por el protagónico papel que cumplen de actividad social en la adaptación humana, constituyen un recurso imperante de afrontamiento. Entendiéndose, dichas habilidades como la capacidad de comunicarse y de actuar con los demás en una forma socialmente adecuada y efectiva, lo que facilita la resolución de problemas que involucren otras personas a partir de la cooperación, aportando al individuo mayor control sobre sus propias interacciones sociales como el de un entorno escolar.
Ahora bien, si tomamos en cuenta a Semrud-Clikeman (2007), quien sostiene que la integración del niño al ámbito escolar constituye una segunda socialización, pues el ámbito educativo se da en un contexto social. Esto nos lleva a que el tema de las habilidades sociales será más determinante e influyente en lo concerniente al contexto escolar por sus implicaciones dentro de todos sus procesos sociales.
El proceso de aprendizaje por parte de los estudiantes a medida que se va desarrollando manifiesta características propias, las cuales inevitablemente van asociadas de manera conjunta a comportamientos sociales, estos están entrelazados no sólo en la interacción con sus pares, sino también con los maestros lo que resulta en una esencial importancia dentro del proceso educativo potenciar el desarrollo de habilidades sociales en el contexto escolar para el logro de la competencia escolar.
La interacción con los pares por su parte, propicia el aprendizaje, desarrollo y la potencialización de numerosas habilidades si estas, están enfocadas y direccionadas constantemente con refuerzos de una práctica adecuada, la que supone enseñar a dominar o aprender a proteger a los pares, asumiendo responsabilidades de comportamiento, considerando los otros y valorando asimismo las habilidades de ellos.
Hoffman, Paris y Hall (1995), sostienen que estos aprendizajes son posibles a través de procesos como el refuerzo por parte de los padres, profesores y compañeros (por medio de halagos, imitación de la acción o la simple observación), el modelo de los pares y la comparación social.
Kimberly Schonert-Reichl catedrática en la Facultad de Educación de la University of British Columbia (UBC, Vancouver, Canadá. sf ). Se centra en la identificación de los procesos y mecanismos que promueven cualidades humanas positivas tales como la empatía, la compasión, el altruismo, y la resiliencia en niños y adolescentes, sus proyectos incluyen estudios que investigan la eficacia de los programas de aprendizaje socio-emocional implementados en la escuela, estudios aseveran que la promoción de habilidades sociales es necesaria no solo para tener éxito en el colegio sino en la vida.
Por lo que, el fortalecimiento o desarrollo de dichas habilidades sociales contribuye eficazmente al mejoramiento de la conducta interpersonal, el auto concepto, la autoestima, entre otros aspectos más, generando por ende la solución a diversos problemas de comportamiento y convivencia en la comunidad escolar, sin dejar de lado una formación que permita a los estudiantes estar preparados para afrontar circunstancias desfavorables o experiencias traumáticas y que tienen una serie de cualidades que les han permitido hallar un proceso satisfactorio de adaptación y transformación a la hora de afrontar tales riesgos y adversidades, «Todos nacemos con una resiliencia innata, gracias a la cual podemos desarrollar competencias sociales, habilidades para resolver problemas, conciencia crítica, autonomía y expectativas de futuro» (Benard, 1995).
Igualmente si se toma en cuenta que, “es en el colegio donde los niños y niñas adquieren diversas competencias tanto intelectuales como sociales y afectivas” (Sadurni, 2002, p. 13). La escuela, constituye elementos de cambios constantes que conducen hacia un proceso de trasformación, los que generan múltiples aspectos, desencadenando habilidades, pero también dificultades dentro de su propia estructura como lo es la convivencia, el conflicto en el entorno, la violencia, y demás.
Michelson y otros (1987), sostienen que las habilidades sociales no sólo son importantes respecto a las relaciones con los pares, sino que éstas también permiten que el individuo asimile los papeles y las normas del plantel educativo y del entorno social. Por lo que, dichas habilidades determinan no solo las interacciones interpersonales como tal, sino que también la definición del rol social que desempeña el individuo y como éste asume las normas de su entorno social para la manifestación de comportamientos socialmente aceptables dentro del contexto en el cual se encuentre.
Continuando, Kelly (2002), asevera que las habilidades relacionadas con la competencia social infantil y futura consisten en los saludos, la iniciación social, el hacer y responder preguntas, los elogios, la proximidad y orientación, la participación en tareas y juegos, la conducta cooperativa y la responsabilidad afectiva.
Un recurso muy importante para la aceptación del niño por parte de los pares son las habilidades que ayudan a aprender y a regular emociones, controlar las reacciones emocionales y las que a su vez le permite comprender y experimentar las diversas variables de una situación social y no sentirse abrumado por su propio estado emocional o su entorno escolar.
Denham y otros (1990), sostienen que aquellos niños que se relacionan satisfactoriamente con sus pares utilizan adecuadas estrategias de resolución de problemas, por lo que puede considerarse otra capacidad que potencia las habilidades sociales, estas mismas ayudan en el desarrollo de la vida escolar y permiten buscar otros recursos necesarios para la integración y la comprensión no verbal tan necesarias en el aula.
Por tal razón es importante tener en cuenta como lo que sostiene Asher y Williams (1987), que ciertas características individuales potencian el desarrollo de estas habilidades, entre las que se destacan el sentido del humor, la capacidad de tolerar las burlas, guardar silencio cuando otros estén hablando, la capacidad de esperar, la habilidad para entablar un dialogo, poder aprender a integrarse entre otras más.
Es así, como la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura UNESCO (2011), ha considerado múltiples formas de intervención en la promoción y el fortalecimiento de los procesos de formación del individuo y la articulación de las diferentes dimensiones de la persona en el ámbito del aula y la escuela, a partir de los pilares de la educación en conjunto con las HHSS, tales como: el aprender a ser, aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a convivir; de donde surge la integración del concepto de Habilidades para la Vida y el fortalecimiento escolar.
Es también como el Estado Colombiano mediante la Ley 1620 del 2013, creó el “Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención y la Mitigación de la Violencia Escolar”. El objetivo de esta Ley es, promover y fortalecer la convivencia escolar, pero también crear estrategias que permitan mediante un trabajo constante la prevención, la atención, la detección y el manejo de las conductas que vayan en contra de la convivencia escolar.
Por ultimo cabe destacar que el fin supremo de la educación está direccionado hacia la promoción del desarrollo integral de los niños desde la enseñanza, la cual no solo busca ampliar un conocimiento sino, construir seres integrales para la sociedad con buenos cimientos y habilidades sociales que los haga capaces de ser, seres de inclusión y adaptación formativa con mayores garantías de trasformación del ser y de interacción con sus pares.
Este tipo de intervención es potencialmente necesario fortalecerlo dentro del sistema educativo, generando un lugar óptimo de enseñanza y aprendizaje para el estudiante, convirtiendo este en un espacio apropiado e integral de conocimiento y habilidades que le permitirán al estudiante enfrentarse satisfactoriamente a los diferentes desafíos de la educación y los de la vida misma.
Finalmente, es necesario aclarar que el rol del psicólogo es vital en el establecimiento e implementación de estrategias multidisciplinarias para el desarrollo, aprehensión y aplicación de las habilidades sociales dentro del contexto escolar; puesto que no solo es quien desde la mirada psicológica y científica evalúa las necesidades y problemáticas propias de cada contexto educativo, sino que además es el encargado de articular la participación de los diferentes actores, como lo son estudiantes, maestros, padres de familia y directivos institucionales los cuales desde su propio saber y experticia contribuyen al mejoramiento de los resultados y alcances de las intervenciones.
Es así como el profesional en psicología debe promover espacios éticos, diseña, proyecta e implementa estrategias para la aprehensión de las habilidades sociales no como una asignatura más sino como una integralidad que permea todas las esferas del contexto escolar y sirven como herramientas en el afrontamiento de la vida como tal.