Historia Del Arte: Pasado Y Presente En Diálogo
¿Qué es el arte? ¿Qué requisitos debe tener una obra para ser considerada arte? A lo largo de la historia se han intentado dar diversas respuestas a estos interrogantes, pero, al igual que el arte mismo ha ido evolucionando y transformándose, los conceptos en los que se basa su definición —como la noción de mímesis que resultaba vital en el mundo clásico, pero ya no se considera relevante en el arte moderno— también han ido cambiando según las diferentes culturas y los distintos períodos tanto sociales e históricos como artísticos. El filósofo e historiador Władysław Tatarkiewicz en su libro Historia de seis ideas explica que la mayoría de las teorías que han surgido para explicar qué es el arte han contenido alguna parte de verdad y que, aunque sean «parcialmente erróneas, históricamente fueron necesarias».
A pesar de los cambios que ha experimentado el arte a lo largo del tiempo, existían ciertos conceptos y definiciones bien establecidos que quedaron obsoletos con la aparición de La fuente de Marcel Duchamp. De igual manera que la aparición de la fotografía facilitó el origen del impresionismo al permitir a los pintores desvincularse de la representación más fidedigna posible de la realidad y experimentar con nuevas técnicas y conceptos, la obra de Duchamp dinamitó el concepto de arte que se tenía hasta entonces, ya que abandonó la estética, la técnica y lo bello y abrió la posibilidad de que cualquier objeto pudiese ser considerado arte.
Este ready-made, que consistía en un urinario de porcelana blanca de la marca Bedfordshire colocado al revés y con la firma R. Mutt, provocó un escándalo al ser presentado en la primera exposición el Salón de los Independientes de Nueva York. Esta iniciativa de la Sociedad de Artistas Independientes rechazaba los jurados y comités de selección y buscaba la democratización del arte, ya que todo el que pagase la cuota tenía derecho a exponer, pero La fuente fue retirada al ser considerada indecente por los organizadores. Es probable que Duchamp simplemente buscase provocar y desconcertar al mundo artístico, pero, en el momento en el que se retiró la obra de la exposición, se volvió relevante.
¿Por qué un objeto industrial de uso cotidiano era considerado una obra artística? Según Nelson Goodman, «un objeto se convierte en obra de arte solo cuando funciona como símbolo de una manera determinada». La fuente es una obra de arte simplemente porque el artista lo había declarado como tal al elegir este objeto en concreto para transmitir su idea y porque lo había desplazado de su contexto habitual y situado en un lugar privilegiado como es una galería de arte.
Años más tarde, los artistas pop art seguirían trabajando sobre el concepto de que cualquier objeto descontextualizado puede ser una obra de arte, aunque no lo hacen de la manera crítica y combativa de los dadaístas que buscaban la provocación y el rechazo del espectador. Las Cajas Brillo de Andy Warhol era idénticas en su apariencia a las cajas de jabón de la marca que se podían encontrar en el supermercado; lo que les diferenciaba era su significado, no su estética. El objeto abandona su condición original al colocarlo en el contexto del mundo del arte, donde adquiere significado y exige una interpretación de la misma manera que lo hacía el urinario de Duchamp.
Gracias a Duchamp surge la noción de que la esencia de una obra de arte no está en la creación, sino en la idea. Este pensamiento libera al artista tanto de la técnica como de la belleza, que eran dos de los conceptos de los que hablábamos al comienzo y que se consideraban indisolubles al arte. El rechazo a la belleza es uno de los aspectos que definen a los dadaístas, ya que estos artistas decidieron deliberadamente hacer arte antiestético y no someter su trabajo al gusto de la clase dominante en un acto de indignación y protesta ante la situación social y política en la que vivían. El dadaísmo, movimiento al que pertenecía Duchamp, sostenía que nuestra realidad es un cúmulo de convenciones que pueden –y deben– ser cuestionadas y, por lo tanto, no existen reglas inmutables. Partiendo de esta premisa, podemos afirmar que la elección del urinario por parte de Duchamp no fue aleatoria, si no que se buscaba el desagrado e indignación tanto del mundo del arte como del público y se pretendía utilizar la fealdad y lo ordinario del objeto como instrumento de toma de conciencia y de crítica a la tradición estética reinante hasta ese momento. El rechazo a lo bello continuó en el siglo XX e influyó en las vanguardias como el surrealismo o el expresionismo abstracto: un ejemplo claro es el cuadro Mujeres de Willem de Kooning en el que el rechazo es inmediato y perdurable.
Al restar importancia a la creación, la destreza del artista también queda en un segundo plano. Las obras de arte expresan ideas, pero si el artista puede crear un significado con objetos ya manufacturados, sin estar limitado por su pericia técnica, este adquiere una libertad que no había tenido hasta entonces. El artista ya no tiene que saber hacer, solo debe tener un buen concepto y encontrar una manera de expresar esta idea. Si como sostiene Duchamp el valor del arte no está ligado a la manufactura del objeto, la excelencia artística se determina por la potencia de la idea que encarna la obra, por su discurso subyacente y las reacciones y actitudes que provocan en el espectador. Un ejemplo claro de la libertad que se le ofrece al artista al no tener que demostrar su destreza artística es la obra de Cy Twombly. Cold Stream recuerda a los garabatos que pueden hacer los niños en la pizarra de su aula, es una obra que genera desaprobación y repulsa y que una parte importante del público no considera arte porque ‘lo podría haber hecho un niño’.
El arte contemporáneo consiguió cambiar la mirada del espectador, ya que supone un reto de interpretación mucho mayor que el que debía hacer con las obras anteriores a La fuente que cumplían unos cánones bien asumidos. El arte siempre había explicado historias utilizando los recursos necesarios para que la gente de la época pudiese entender el mensaje: al igual que poemas épicos como La Odisea de Homero que estaban compuestos para ser recitados y transmitir relatos de manera oral, el arte religioso, por ejemplo, tenía la función de atraer a los creyentes y explicar las enseñanzas bíblicas a la población que no sabía o podía leer.
Antes de Duchamp, se relacionaba lo artístico con lo estético, pero ahora el arte ya no es solo una cuestión estética. La fuente buscaba el impacto intelectual y requería un interés por parte del espectador por comprender la idea detrás de la obra. Ya no solo vale con ir al museo y contemplar la obra, se necesita hacer el esfuerzo de conocer el lenguaje y reflexionar sobre el concepto que el artista quiere transmitir al público. Las obras que surgen en los siglos XX y XXI no buscan satisfacer el gusto imponente del momento por lo que hacen sentir cierta incomodidad al espectador; lo retan y lo exhorta a que haga el esfuerzo de reflexionar sobre la obra y, así, completarla. Esta línea artística necesita la colaboración del espectador, intenta crear un diálogo entre el artista y su público.
Duchamp consiguió tambalear todas las definiciones de arte que lo precedieron hasta el punto de que diversos estudiosos se plantearon si era factible definirlo o era una tarea imposible. Paul Ziff determinó que la labor de encontrar un conjunto de condiciones mínimas y necesarias que una obra debe cumplir para ser considerada arte, de definir qué es el arte era una tarea imposible ya que la definición cambiará con cada estilo artístico. Aunque estoy de acuerdo con la naturaleza cambiante tanto del arte como de su definición, considero que hay ciertos aspectos que toda obra de arte cumple: debe ser fruto de la actividad intelectual del ser humano, tiene la finalidad de transmitir algo y tiene un carácter simbólico y, por último, requiere la experiencia del espectador.