Importancia de la Radio como Método de Communicación en Colombia

El 12 de abril de 1923, como parte de la ceremonia oficial de inauguración de la nueva estación de telecomunicaciones, el Presidente colombiano Pedro Nel Ospina, envió mensajes por radio al presidente norteamericano de ese entonces, Warren Hearding, el rey de Inglaterra, George V, y a Guillermo Marconi. En su respuesta personal al presidente colombiano, Marconi afirmó: Excelentísimo señor Presidente: Al inaugurarse la estación que desde hoy pone a Colombia en comunicación inalámbrica con la capital del Imperio Británico y con el resto del mundo, es motivo de especial complacencia para el inventor del sistema haber coadyuvado al mayor acercamiento de esa joven y rica nación a las grandes corrientes de la civilización. (Ferreira y Straubhaar, 1988)

Luego, en 1925, Wilson White, técnico de la compañía Radiotelefónica de Colombia, acompañado de los Ministros Francisco Carbonel y Laureano Gómez, hizo una nueva transmisión. “El programa incluyó cuatro piezas musicales interpretadas por artistas de la capital, un saludo del director de la compañía y la lectura de un poema” (Pérez y Castellanos, 1998, pg.44).

Las versiones sobre el origen de la radio en Colombia se chocan entre Barranquilla y Bogotá, cada una de ellas tiene algo de verdad, pues en ambas ciudades se encuentra la génesis de este medio de comunicación. En Bogotá se dieron los primeros esfuerzos en el gobierno de Miguel Abadía Méndez, el político conservador que estuvo en el poder entre 1926 y 1930. Varios receptores y transmisores de baja frecuencia habían llegado al país hacia 1923, acercando y poniendo sobre la mesa la creación de estaciones transmisoras de perifonía que desde hacía un par de lustros habían llegado a otros rincones del mundo (Osorio, 20219).

El periodista y arquitecto José de Jesús García fueron nombrados en 1926 como ministro de Correos y Telégrafos. Bajo su ministerio, se emitió el Decreto N.° 1.182 el 18 de junio de 1928, en el que se establecían las condiciones para que el Gobierno concediera los permisos necesarios para la instalación de las estaciones transmisoras de perifonía (Osorio, 2019).

El 8 de diciembre de 1929 salió al aire La Voz de Barranquilla y el 14 de enero de 1930 HKC; el auge de las emisoras se veía como un negocio lucrativo. También, como señala Osorio, el hecho de que la radio sea un medio inmediato provocó una cierta preferencia por parte de la gente y competencia para otros medios (2019).

Osorio (2019), afirma que cuando el escritor Daniel Samper Ortega asumió la dirección de la HJN, El Espectador escribió una editorial que resulta precisa para comprender el rol que le fue adjudicado a la radio: “Orientadas con un criterio razonable que alterne el sentido práctico y el buen gusto, las estaciones radiodifusoras pueden desempeñar en el desarrollo de la cultura del país un papel tan importante como el de los colegios y universidades; y acaso más ameno que el de estos, especialmente en las clases trabajadoras, que no disponen de dinero ni de tiempo para asistir a los establecimientos de educación, oficiales o particulares, el radio llena una misión didáctica cuyo alcance benéfico difícilmente podríamos meditar”.

Justamente este fue uno de los logros de la radio en Colombia: acercar la educación y la cultura a todas las clases sociales, erigiendo, tal vez, una manera de educar mucho más democrática, que aunque utópica y finalmente incierta logró un alcance que décadas anteriores no se había observado.

La aparición de Radio Sutatenza, en 1947, y de la HJCK, en 1950, respectivamente, reafirmó ese propósito de la radio por democratizar la educación y la cultura. Sus esfuerzos por inclinar los contenidos hacia una formación integral de los oyentes se reflejaron en ejercicios pedagógicos asociados a la alfabetización y lectura, que interesó a un número importante de personas por el lenguaje y las artes como canales de identidad (Osorio, 2019).

En 1944 ya se habían creado 71 estaciones en 27 centros urbanos. Doce en Bogotá, nueve en Medellín, nueve en Barranquilla, siete en Cali, cuatro en Pereira, tres en Armenia, dos en Buga, Bucaramanga, Cartagena, Manizales, Popayán y Santa Marta, y una en Buenaventura, Calarcá, Cartago, Cúcuta, Girardot, Ibagué, Jericó, Neiva, Palmira, Pasto, Sincelejo, Sonsón, Quibdó, Tuluá y Villavicencio (Osorio, 2019).

La Cadena Radial Colombiana (Caracol), fundada en 1948 por William Gil Sánchez, y la Radio Cadena Nacional (RCN), fundada por Roberto y Enrique Ramírez Gaviria y Rudesindo Echavarría en 1951, surgieron como sociedades comerciales que estaban compuestas por varias emisoras y que por su poderío empresarial empezaron a establecer tendencias importantes en cuanto a contenidos y parrillas de programación en el escenario radial (Osorio, 2019).

Como un suceso ineludible, muchos de los medios de comunicación, en este caso de la radio, surgieron por el apoyo de grandes grupos económicos o de sectores del Estado. Así, de una forma u otra, la programación de muchas de las emisoras se veía supeditada, para bien o para mal, a los intereses de sus dueños. De allí la importancia de la llegada de emisoras públicas, de emisoras comunitarias que no nacieron siendo parte del establecimiento y de lo oficial.

Osorio, finaliza su investigación con lo siguiente:

La radio ha sido el primer contacto del ciudadano con la noticia, quizá podríamos atribuirle a la radio la mala costumbre, pero también la ineludible necesidad, de la inmediatez, de la curiosidad por la información de primera mano, por las voces y los testimonios de los sucesos históricos. La radio ha construido otro modo de literatura, también otros espacios de ocio encumbrados en la música que mueve fibras y evoca gritos desgarrados; en la sátira a una política cada vez más rapaz y a una sociedad que se reafirma en lo indolente. De la radio se puede decir mucho, y de su historia también, y no hace falta decirla, pues ella misma se encargará de recordarla y difundirla por medio de los micrófonos y ondas que rompieron fronteras y también algunos paradigmas (Osorio, 2019)

Bibliografía

  1. Ferreira Leonardo & Straubhaar Joseph. (1988). Journal of popular culture (22.a ed., Vol. Recuperado de https://search.proquest.com/openview/dca6e5e2fb41d3f47f25988fa1374bca/1?pq-origsite=gscholar&cbl=1819044
  2. Documento PDF (s.f.). Recuperado de https://historiadelperiodismo1.files.wordpress.com/2013/04/la-historia-de-la-radio-en-colombia.pdf
  3. Osorio Guillot, Andrés. (2019). Sintonizando el origen de la radio en Colombia. Recuperado de https://www.elespectador.com/entretenimiento/medios/sintonizando-el-origen-de-la-radio-en-colombia-articulo-879641
  4. Conclusiones:
  5. La radio marcó un nuevo inicio de los medios de comunicación en Colombia al igual que en otros países; en este, particularmente, tuvo conexión inmediata con la gente, no solo por ser un medio nuevo y novedoso; sino, porque con él también se buscaba brindar cultura, educación a la población.
08 December 2022
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