Importancia De Las Pruebas Diagnósticas Del Herpes Genital
La confirmación del diagnóstico clínico es importante para el manejo. Se debe tomar un hisopo de la piel del líquido de la vesícula o la base de una erosión para la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de HSV. El cultivo viral era anteriormente el estándar de oro para la detección de HSV, pero hoy en día rara vez se realiza en la práctica clínica. La prueba de PCR es práctica y útil para el diagnóstico de herpes genital, con alta sensibilidad y especificidad. Una biopsia de piel de una vesícula o úlcera puede ser útil si no es posible la prueba de ADN viral. La histología no distingue rutinariamente entre HSV-1, HSV-2 o el virus varicela zoster (VZV). La serología específica de tipo puede distinguir entre HSV-1 y HSV-2 pero no puede distinguir una infección primaria de una infección recurrente ni diferenciar la infección oral por HSV genital.
La serología específica de tipo no se usa de forma rutinaria para el tratamiento de las infecciones genitales por VHS, pero puede ser clínicamente útil si un paciente quiere saber si está en riesgo de contraer VHS de una pareja con antecedentes de herpes genital. Los ensayos serológicos dirigidos a las inmunoglobulinas anti-HSV confirman una infección primaria por HSV y descartan la exposición viral previa. Los sueros agudos y convalecientes se obtienen dentro de los primeros 3 a 4 días y varias semanas después del inicio de los síntomas, respectivamente. Debido a la respuesta humoral retrasada, los anticuerpos contra HSV están ausentes de las muestras tomadas durante el inicio agudo de la infección por HSV, pero aparecen gradualmente; aumentar en las siguientes semanas; y permanecer de por vida.
Diagnóstico diferencial
Los diagnósticos diferenciales importantes de la ulceración genital incluyen causas infecciosas (p. Ej., Sífilis, chancroide) y no infecciosas (p. Ej., Aftas, enfermedad de Behçet). El herpes genital puede tener presentaciones atípicas en pacientes inmunodeprimidos (p. Ej., Placa persistente). La detección de otras enfermedades de transmisión sexual es importante, en particular sífilis, hepatitis B, hepatitis C, clamidia y VIH.
Tratamiento
Antivirales
El objetivo del tratamiento es disminuir la duración de los síntomas y la gravedad de éstos, acelerar la curación de las lesiones y acortar la excreción viral y, por último, disminuir el riesgo de recurrencias. Los agentes disponibles para el HSV-1 y 2 son Aciclovir, valaciclovir, famciclovir y penciclovir.
Tanto aciclovir como penciclovir son análogos inactivos del nucleósido guanosina, cuyos metabolitos van a ser usados con preferencia sobre los nucleósidos naturales, en concreto sobre el deoxiguanosin trifosfato, para la síntesis de ADN viral, pero en lugar de continuar dicha cadena de ADN producen una terminación con la consiguiente inhibición de la replicación viral.
Una vez que aciclovir o penciclovir entran en una célula infectada, la enzima viral timidina kinasa convertirá el aciclovir en aciclovir monofosfato en un primer paso, quedando “atrapado” dentro de la célula y será luego trifosforilado por otras enzimas celulares del huésped. Por último, competirá con la guanosina trifosfato (GTP) para ser utilizado por la ADN polimerasa viral con preferencia sobre ésta última. Es por ello que son solo efectivos en fase replicativa del virus, cuando se encuentran activas las enzimas virales.
El aciclovir produce mayor inhibición de la ADN polimerasa pero el penciclovir presenta mayor concentración intracelular y por un tiempo más prolongado, lo que se traduce en una diferencia entre ellos -y sus profármacos- en biodisponibilidad y dosificación, además de en precio. La ventaja añadida de ambos, sobre otros antivirales disponibles, es la escasa toxicidad, ya que son usados por las enzimas virales pero no humanas, por lo cual, aunque penetren en células sanas, permanecen inactivos y no interfieren con la síntesis de ADN humano. El único autorizado en niños de cualquier edad es el aciclovir.
Valaciclovir, aunque en ficha técnica se autoriza su uso sólo para herpes genital y ocular en mayores de 12 años, también se ha usado en niños mayores de dos años para el tratamiento de la varicela. Su presentación en comprimidos limita su uso, y en otros países, como en Reino Unido, disponen de la posibilidad de realizar formulaciones magistrales en presentación líquida triturando y disolviendo los comprimidos. Famciclovir no está autorizado en menores de 18 años y penciclovir se autoriza por encima de los 12 años.