Influencia de la Iglesia en la Matemática como Ciencia
Introducción
Desde su origen, la ciencia parecía estar de acuerdo con la biblia y sus distintas creencias en algunas o en su gran mayoría de teorías. Pues las teorías de la época se ajustaban a la práctica, es decir, nacían a partir de acciones o acontecimientos vividos en la cotidianidad. Sin embargo, con los avances de estas junto con el paso del tiempo se llegó a cuestionar todo lo explicado en el texto sagrado que hoy llamamos, Biblia. ¿Qué sería de las matemáticas y demás ciencias ligadas, si la iglesia no hubiese aprobado sus postulados desde un inicio?
Desarrollo
En el libro, “¿Es Dios un matemático?” por el escritor e investigador Mario Livio, en este nos presenta como las matemáticas son tan antiguas como nuestra propia humanidad, en su libro se presentan diecinueve veces la palabra “iglesia”, seis veces la palabra “religión” y siete veces palabras relacionadas con el cristianismo tales como “cristiana”, “cristiano” y “cristiandad”. Aunque estas palabras no son muy significativas en cuanto a cantidad en el libro anteriormente mencionado, cada vez que estas son nombradas, nuestro escritor nos da a conocer una vez más que la religión, fue influyente para el desarrollo de las matemáticas y demás ciencias ligadas a esta.
Pues bien, la Iglesia tenía algunas preferencias con algunos de estos postulantes. Ya que la comunidad religiosa determinaba indirecta o indirectamente la permanencia de algunas teorías. Mario Livio (2009), “El tercer motivo de la increíble capacidad de permanencia de la teoría incorrecta de Aristóteles era que la iglesia cristiana adoptó su teoría como parte de la ortodoxia oficial, lo que actuó como agente disuasorio contra cualquier intento de cuestionar las afirmaciones de Aristóteles.” (pág. 57 – 58).
Pues la teoría que fue aceptada por muchas décadas fue sobre la “ley del movimiento cuantitativa”, en la cual Aristóteles sostenía que la velocidad en la que caían los objetos era directamente proporcional a su peso; por lo tanto, una piedra caía más rápido que una hoja pequeña de un árbol. Esta teoría es extraída de los fenómenos naturales vistos en nuestra cotidianidad; o como se explica al inicio de libro, de tipo activo. Mario Livio (2009), “«activo». Cuando los físicos deambulan por el laberinto de la naturaleza, utilizan la matemática para iluminar su camino: las herramientas que emplean y desarrollan, los modelos que construyen y las explicaciones que conjuran son de naturaleza matemática.” (pág. 10).
Sin embargo, Aristóteles en absoluto examinó este argumento a una altura matemática, ya que encontraba estas deducciones como obvias; por consecuente, esta teoría formaría el claro ejemplo de una teoría “tormenta”. Mario Livio (2009), “tres fuerzas distintas combinadas para crear una doctrina incuestionable. En primer lugar, (…) ausencia de medidas precisas, (…). En segundo lugar, tenemos el colosal peso de la inigualable reputación de Aristóteles y su autoridad como erudito. Después de todo, estamos hablando de la persona que estableció los cimientos de una gran parte de la cultura intelectual de Occidente.”
Al igual, la comunidad religiosa tenía algunos favores con otros estudiosos, pero en esta ocasión hablaré de personajes como: Isaac Newton y Descartes. Pues estos eran reconocidos por este grupo religioso gracias a que eran creyentes y cada descubrimiento o teoría, ellos consideraban que estaban descubriendo y entendiendo cada vez más la creación de Dios.
Para Isaac Newton, las matemáticas eran prueba máxima de la existencia de Dios. Mario Livio (2009), “En su libro Óptica, Newton dejó claro que no creía que las leyes de la naturaleza bastasen por sí mismas para explicar la existencia del universo; Dios era el creador y el soporte de todos los átomos que constituían la materia cósmica.” (pág. 144).
Sin embargo, Descartes buscaba la forma de demostrar la existencia de Dios por medio de la filosofía y sus primeras postulaciones formaban según sus colegas en esa época un “círculo vicioso”. Mario Livio (2009), “Este Dios, afirmaba, era el origen último de toda verdad, y el único garante de la Habilidad del razonamiento humano. Este argumento de sospechoso aspecto circular (conocido como Círculo cartesiano) fue criticado incluso en la época de Descartes, especialmente por parte del perspicaz filósofo Antoine Arnauld (…) ¿cómo podemos confiar en tal demostración, que es a su vez un producto de la mente humana? Descartes hizo varios intentos desesperados de huir de este círculo vicioso, (…). La «prueba adicional» de Descartes para la existencia de Dios también era cuestionable. Desde un punto de vista filosófico general se puede denominar un argumento ontológico.” (pág. 145).
La postulación de Descartes no tuvo mucho convencimiento para sus compañeros filósofos y como consecuencia fue acusado de ateísmo; por consecuencia, sus libros entraron a la lista de los textos prohibidos según la iglesia católica. Mario Livio (2009), “su argumento es que la lógica por sí sola no basta para establecer la existencia de cualquier cosa que tenga consecuencias en el mundo físico, en particular un ente de la grandiosidad de Dios. Curiosamente, Descartes fue acusado de fomentar el ateísmo, y sus (…) libros prohibidos de la Iglesia Católica en 1667.” (pág. 145 – 146).
La principal oportunidad para iluminar mi entrenamiento en esta grímpola fue por Nicolas Copérnico (argumento heliocéntrico del sistema solar) y Galileo Galilei (telescopio), ambos con sus grandes aportes numéricos y argumentativos fueron obligados a demostrar que estas no fueron ciertas. Nicolas Copérnico durante el siglo XVI, en su libro titulado “Sobre las revoluciones de los orbes celestes” como muchos sabemos proponía que la tierra giraba alrededor del sol, a lo que él hacía llamar la “teoría heliocéntrica del sistema solar”; por lo tanto, buscaba corregir el geocentrismo -teoría que afirma que la tierra es el centro del sistema solar-. Debido al querer reemplazar la idea que había adoptado la iglesia, del geocentrismo, surgieron algunos inconvenientes en cuanto a su enfoque y claramente la iglesia. Según el texto, La ciencia y la religión. Nace el conflicto (2005), “un temeroso editor redactó el prefacio, en el que presentaba la teoría heliocéntrica —el concepto de que la Tierra gira en torno al Sol— como un ideal matemático, no necesariamente como una verdad astronómica.” (2005). Como consecuencia, la comunidad católica tuvo que prohibir las obras de Copérnico en el año 1610.
Galileo, años después como principal defensor de esta idea. Mario Livio (2009), “Los jueces acusaron a Galileo de «haber creído y sostenido la doctrina —que es falsa y contraria a las sagradas y divinas Escrituras— de que el Sol es el centro del mundo y no se mueve de este a oeste, y que la Tierra se mueve y no se halla en el centro del mundo».” (pág. 105).
Esto fue principalmente porque era una propuesta innovadora y “en contra” de la biblia. Pues Anthony Gottlieb (2018), “La Iglesia Católica no estaba tan comprometida con el fundamentalismo bíblico y tardó algo más en emitir su condena oficial (…) Uno de los motivos de que el copernicanismo pudiese eludir al principio la censura de la Iglesia Católica fue que sus implicaciones tardaron un tiempo en asumirse. Sólo cuando la nueva astronomía hubo sido adoptada abiertamente por algunos pensadores, se hizo evidente lo desestabilizadora que podía llegar a ser.” (para la revista, el viejo topo).
Sin embargo, después de todas las complicaciones e infinidad de inconvenientes con estos estudiosos. Según, Mario Livio (2009), “El 31 de octubre de 1992, la Iglesia Católica decidió por fin «rehabilitar» a Galileo. Tras reconocer que Galileo siempre estuvo en posesión de la razón, pero evitando una crítica directa a la Inquisición” (pág. 106 – 107). Con base en todo lo explicado anteriormente y hacer una respuesta a mi pregunta problema formulada al inicio de este ensayo, es claro que la iglesia marcó un gran protagonismo en el desarrollo de esta ciencia. Sin embargo, desde sus inicios ha existido la constante discusión con la iglesia y la determinada ciencia, con respecto a nuestra historia y cotidianidad claramente no permite encontrar una afinidad entre estos.
Conclusión
En mi punto de vista, probablemente sin el permiso de la comunidad católica; en efecto, si hubiesen surgido las matemáticas y su gran desarrollo. Con la excepción de que su ritmo no hubiese sido el mismo, esto principalmente por la prohibición de algunos libros -tal como lo hicieron con Copérnico-. Así mismo, opino que por medio de protestas y unión por parte del mismo pueblo; solo así, se podrán liberarse de este “ligamiento incoherente” de la ciencia y la biblia.
Bibliografía
- http://www.librosmaravillosos.com/esdiosunmatematico/pdf/Es%20Dios%20un%20Matematico%20-%20Mario%20Livio.pdf
- https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Descartes/Descartes-ArgumentoOntologico.htm
- https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102003284
- https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2005240?q=cop%C3%A9rnico&p=par
- https://www.elviejotopo.com/topoexpress/copernico-y-la-iglesia-catolica/
- https://www.lavozdegalicia.es/noticia/informacion/2013/02/19/nicolas-copernico-galileo-injusta-condena/00031361264484386590505.htm
- https://es.catholic.net/op/articulos/11146/cat/483/la-iglesia-y-la-ciencia.html