Inmigración De Mujeres En España y su Exclusión

“El movimiento migratorio de mujeres migrantes hacía España ha sido y es una realidad social. Es importante considerar la inclusión social de las mujeres migrantes en la sociedad de acogida como un reto a conseguir, dentro del concepto más amplio de integración social” (Morcillo et al., 2017).

Según Ruiz (2004) los inmigrantes constituyen unos de los grupos con mayor riesgo de exclusión. El hecho de no poder participar en el conjunto de la sociedad, tiene como consecuencia directa la inclusión de la categoría de “no ciudadanos”. Para Molero et al. (2001) el hecho de no poder integrarse en la nueva sociedad, implica el riesgo de padecer exclusión social. Las personas inmigrantes no tienen una serie de derechos tanto de carácter político, como laboral, económico o social.

Martínez (2010) en su trabajo explica la doble exclusión de las personas inmigrantes, estas personas están fuera del alcance de la justicia y también, quedan al margen de las preocupaciones morales del resto de la población. La población mayoritaria, traza fronteras entre las personas que pertenecen a una comunidad y la que quedan excluidas de este grupo. En el trabajo de Martínez, encontramos los factores de exclusión que afectan a las personas inmigrantes, definidos por Tezanos (2006): ausencia de arraigo familiar; carencia de vivienda; diferencias lingüísticas y culturales; prejuicios de la población; desempleo o empleo estacional; precariedad laboral; tendencia a formar comunidades aisladas; dificultades educativas; limitación del derecho a voto; falta de representación; accesos restringidos; carencias administrativas y de ciudadanía.

En España, el acceso a derechos sociales que son universales está vinculado al empadronamiento municipal. El hecho de tener o no un contrato de alquiler legalizado, ocupar o no una vivienda, se convierte en un criterio que delimita la frontera entre los que tendrán derecho o no a la asistencia sanitaria básica y a la educación. En este sentido, la condición de estar empadronado de los inmigrantes les da derecho a los derechos universales defendidos por el Estado. No poder registrar un empadronamiento, implica no tener los derechos sociales del ciudadano (Lube, 2013)

Lube (2013) en su trabajo explica que la precariedad de la vivienda es uno de los principales factores de riesgo social para los colectivos de inmigrantes, relacionado con otros elementos que agravan la situación de riesgo de exclusión como, la inestabilidad laboral, la indocumentación, falta de acceso a los derechos sociales básicos, la xenofobia o racismo, en la sociedad de acogida.

Para Camacho (2014) el empleo, es una de vías de inclusión social, pero no es la única vía que garantiza un nivel de integración social. Aunque sigue siendo un elemento central de la inclusión social, ya que la ausencia de empleo es uno de los principales factores que pueden desembocar en una situación de exclusión social y pobreza. Según Martínez (2010) los inmigrantes que trabajan en la periferia de la legalidad, sin contrato ni derechos laborales, están siendo empujados hacia la marginalidad. Las personas que no tienen su situación administrativa regulada, en general, están obligados a aceptar aquellos empleos menos deseables. Es decir, aquellas actividades generalmente precarias, mal consideradas socialmente y muy afectadas por la evolución del mercado.

Según Solé et al. (2013) el acceso al trabajo, incluido el irregular, constata que tras la inserción laboral de mujeres inmigrantes se crean relaciones y redes de apoyo con personas de diferentes culturas, que contribuyen a la inclusión social y de la familia. También, acelera el aprendizaje de la lengua del nuevo país, que repercute en el establecimiento de nuevas amistades y en la ampliación de redes sociales. Según los resultados del estudio que realizan “tener redes de amistad autóctonas puede ser una importante fuente de información sobre los derechos y deberes ciudadanos, necesaria y complementaria a la actuación de profesionales (trabajadores sociales), organismos (servicios sociales) y entidades sociales.”

Según Herrero et al. (2012) “El proceso de integración social y su relación con el bienestar psicosocial es particularmente importante entre inmigrantes, especialmente para los recién llegados a la comunidad”. Señalan que los inmigrantes son un grupo particularmente vulnerable al estrés psicológico por la adaptación a la nueva sociedad. En la investigación que realizan se encuentran niveles bajos de satisfacción vital y bienestar subjetivo moderados por factores como la afinidad lingüística, el nivel educativo, el tiempo de residencia o la situación administrativa y laboral. Se constata la importancia de apoyo social para la integración social. Las personas con pocos o ningunos vínculos sociales padecen aislamiento social y le perjudica a su salud. Syme (1989) citado en Herrero et al. Explica que las personas que no están implicadas en una comunidad, reducen sus oportunidades para enfrentarse satisfactoriamente ante situaciones difíciles.

En el estudio de Soriano (2006) también se da una gran importancia en las redes informales de apoyo. Estas redes pueden ser familia, amistades o conocidos que estas dispuestos a ayudar.

La exclusión también se relaciona con el aislamiento social y la “falta de acceso a las condiciones necesarias para llevar una vida digna o acumulación de problemas que impiden a las personas su plena participación en la vida de la comunidad” (Borroso et al., 2011). Laparra (2000) en Borrosso et al. “La exclusión es un proceso social de pérdida de integración que incluye no sólo la falta de ingresos y el alejamiento del mercado de trabajo, sino también un descenso de la participación social y, por tanto, una pérdida de derechos sociales”.

En el trabajo de Rodríguez (2014) encontramos que las mujeres migrantes pueden sufrir una doble invisibilización en el país de destino, que agrava la exclusión social. Son mujeres que tienen una dependencia del núcleo familiar masculino y tienen una incapacidad para relacionarse con el exterior. Esta situación de invisibilización les dificulta el bienestar individual y la integración a la nueva sociedad. Por otro lado, “La decisión de emigrar puede tener efectos positivos de empoderamiento que han fortalecido su autoestima, su formación y expectativas, sus ganas de ser mujeres libres e independientes, además de mejorar el nivel de bienestar personal y familiar”.

Como podemos ver, para las personas inmigrantes, el acceso al empleo, a la vivienda, tener vínculos sociales con la sociedad receptora participando en esta y teniendo redes de apoyo informal, es fundamental para una integración social en el territorio. Además, de tener los derechos sociales obtenidos mediante el empadronamiento, y la regularización administrativa de su estatus como ciudadano.  

17 August 2021
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