Inteligencia Artificial Aplicada En El Derecho
La tecnología juega un papel importante en la globalización sobre todo en la comunicación, antes de contactaba a un abogado directamente en su oficina o por un número telefónico, hoy en día se puede hacer a través de su pagina web o redes sociales que incluso pueden pagar dinero a la plataforma para que su nombre sea visible de manera destacada y atraer clientes.
Una alternativa de soporte y complemento al ejercicio de los abogados es el diseño y revisión de contratos a través de software que brinda la posibilidad de estar instalado en cualquier parte del mundo, inclusive existen programas donde se puede estudiar y analizar la posibilidad ganar o perder un caso, hasta la indemnización que se entregaría. Uno de los beneficios de la inteligencia artificial en el derecho es que ésta permite la transformación total del sector jurídico e incremento del conocimiento de este en la sociedad, así como la reducción de los tiempos que se emplea en investigación de documentos, trámites y recolección de material probatorio. Una situación donde se ve reflejado lo expresado anteriormente es el caso de Prometea en la Corte Constitucional, esta modalidad de inteligencia artificial pretende decidir, clasificar y agilizar los casos de tutelas en materia de salud, ya que ha sido diseñada para tratar casos urgentes y prioritarios, tiene dos tipos de desarrollo ya sea por chat o por sistema de reconocimiento de voces, esta herramienta combina inteligencia artificial, asistencia inteligente, automatización y blockchain para mayor seguridad jurídica, a medida que el funcionario va respondiendo lo que Prometea le pregunta, esta le va arrojando datos específicos que permite un trámite ágil y eficaz. En la Corte Constitucional no sería necesario tener una gran cantidad de personas realizando la función de seleccionar día a día cada tutela sino que se les redistribuirían sus funciones para su cooperación en otras áreas.
Hoy en día es evidente como el mundo no solo está necesitando abogados sino analistas de datos jurídicos, supervisores de programas automatizados, desarrolladores de software jurídicos, es decir profesionales íntegros en el campo tecnológico. A estas personas que no son profesionales en el derecho se les abren las posibilidades laborales porque se busca constantemente personal capacitado en desarrollo de programas de asistencia jurídica.
El trabajo complejo de los abogados cada día va cambiando gracias al apoyo total de la tecnológica, en la actualidad, muchos exigen digitalización de procesos y otros no están de acuerdo con estas acciones y es algo fundamental porque estamos en una época donde existe una gran cantidad de información de manera digital que muchas veces resulta imposible de procesar por un ser humano sin ayuda de tecnología. Los despachos deben adaptarse a las nuevas tendencias de tecnología y servicios jurídicos de manera que se facilite el aprendizaje de términos y conceptos jurídicos así como, se debe invertir en estas nuevas herramientas y avances para fortalecer el desarrollo de la profesión puesto que se necesitará apoyo conjunto de análisis, uso de datos para toma de decisiones y facturación automatizada. El abogado debe aceptar el avance tecnológico y con el su beneficio, no visualizarlo como un reemplazo si no como en realidad es, una herramienta de colaboración a su trabajo.
Una discusión que se ha incrementado con el pasar de los años es la sustitución total de jueces por programas que al escuchar a los implicados en un proceso, dicten sentencias, incluso en Estados Unidos esto ya ha sucedido y con ello, un sin número de críticas y posturas en contra.
Un caso relevante de aplicación de inteligencia artificial en el derecho es Ross, el primer abogado robot que litiga utilizando todas las nuevas tecnologías, fue desarrollado en Canadá, es capaz de rastrear hasta 10.000 páginas por segundo, responde numerosas preguntas en segundos dada su capacidad de entender y escuchar el lenguaje humano. Ross, puede advertir cualquier riesgo que represente una amenaza para sus clientes y corregirlos, así mismo, siempre ofrece la herramienta más adecuada para resolver el caso en concreto. Todo este proceso de análisis, estudio y solución de un proceso, es sin duda alguna supervisado por un ser humano de manera que se verifique el correcto funcionamiento y resultado de este robot. Esto ha traído muchos beneficios en Estados Unidos y Canadá como lo es el caso de trabajo conjunto con abogados de la firma Baker Hostetler y demás despachos, Ross fue contratado para formular hipótesis y analizar citas jurídicas.
Finalmente, se puede concluir que el propósito de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial es positivo y acertado dado que buscan fortalecer el sistema jurídico para conseguir una aplicación de la ley más eficiente, eficaz y rápida, también brindarle a los profesionales del derecho los instrumentos necesarios para evitar entorpecer las labores del día a día en este sector, agilizar tiempos de solución de casos, siempre y cuando el abogado no sea reemplazado en su totalidad. La tecnología ha permito que los países replanteen sus objetivos nacionales, se ha generado un panorama más complejo de orden global que va más allá de versiones convencionales de trabajo.
