Isabel La Católica Como Primera Mecena De EspaÑa
Isabel la Católica está considerada como una de las primeras mecenas de la historia de España. Su gusto por el arte le llevó a ser la propietaria de cientos de piezas de joyería, pintura, escultura, cerámica, tapices, relicarios y libros, sobre todo de los iluminados. ¿Quieres saber dónde encontrar la mayor parte de ellos?
Su museo en la Capilla Real de Granada
El último reducto de Al-Andalus, el Reino de Granada, fue la obsesión de los reyes católicos y en especial de Isabel hasta su fallecimiento. Y enamorada de la ciudad, dejó como una de sus últimas voluntades el ser enterrada en ella. En concreto en una austera capilla para la que dejó dinero en su testamento.
Esta capilla terminó siendo algo más suntuosa de lo que ella habría querido, debido a los deseos de su marido Fernando ‘El Católico’ y de su nieto el Emperador Carlos V. Y en ella, además de su impresionante sepulcro tallado por el italiano Doménico Fancelli, podemos encontrar un pequeño museo destinado a exponer parte de su colección de arte.
Este museo es también resultado del testamento de la reina pues, en él dejó claro que las reliquias que poseía y sus joyas personales debían depositarse en la Catedral de Granada. Y tras la apertura de la capilla Real a la visita pública se abre este pequeño museo para que el público en general pudiera disfrutar de una de las colecciones de arte más importantes de España.
La colección de Isabel ‘La Católica’
Así, en él se exponen no sólo su corona real y su cetro, sino también una serie de relicarios personales entre los que destaca el relicario del Lignum Crucis. Un preciosa pieza de arte en la que el árbol de Jesé se abre para abrazar la cámara en la que se encuentra la reliquia de la Santa Cruz.
Su espejo y su cofre para joyas son otras de las maravillas que se custodian en la Capilla Real de Granada. Pero lo que más destaca es la gran cantidad de tablas flamencas de los mejores artistas del momento. De esta manera, en su colección privada tenía obras de artistas de la talla de Hans Menling y Rogier Van der Wyden, entre otros.
Destacando La Adoración del Niño de Roger Van der Weyden y el Descendimiento de Hans Memling. Además, Isabel ‘La Católica’ también puso su mirada en Italia, donde el estilo renacentista estaba en boga. Siendo así, que en su colección podemos encontrar dos obras de insignes pintores italianos.
La Oración en el huerto, un pequeño cuadro atribuido a Sandro Botticelli y Cristo de Pietro Perugino. Pero Isabel no miraba solo fuera de España, sino que también realizaría peticiones a artistas españoles como Pedro Berruguete y Bartolomé Bermejo. Del primero se expone un San Juan Evangelista en Patmos, mientras que del segundo una tabla pintada por ambos lados. De uno La Epifanía y de otro La Santa Faz.
De su gran pasión, los tapices, de los que llegó a tener más de 300 quedan pocos en Granada. Destacando los que sirvieron como altar portátil en los viajes que realizaron los reyes a lo largo de los años que duró la reconquista de España.
El resto de sus bienes
El resto de los objetos que formaban sus colecciones sufrieron distintos destinos. La mayoría fueron devueltos a aquellos que se los habían regalado a la Reina. Otros los heredó su hija Juana, otro quedaron en el Alcázar de Segovia donde la Reina pasaba largas temporadas y otros muchos fueron vendidos.
Así, desafortunadamente su colección quedó dispersa y muchos objetos se han perdido. Como ha ocurrido con los más de 300 tapices que a lo largo de toda su vida había coleccionado Isabel. De ellos, pocos quedan en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.
Siendo estos, dos anónimos de estilo flamenco titulados El Nacimiento de Jesús y El árbol de Jesé y uno atribuido a Pierre Van Alest, titulado la Misa de San Gregorio. Que en la actualidad forman parte de Patrimonio Nacional.
Otras piezas, se custodian en iglesias, catedrales, conventos y monasterios de toda España al haber sido donaciones expresas de la Reina o compras póstumas. Como es el caso de la gran custodia del Corpus Christi que regaló a Granada o la comprada por Cisneros para Toledo.
