La Conquista De La Felicidad En Las Actividades Laborales
Es difícil precisar si el trabajo es motivo de desgracia o de felicidad en lo general, pero ciertamente es mejor que malo. Las ventajas del trabajo son: evita el aburrimiento, empleo inteligente del tiempo, exime responsabilidades (a muchos les gusta que les digan qué hacer), da posibilidades de éxito, da comodidades, crea buena reputación, encauza la ambición y da propósitos continuados (muy importante para la felicidad. No todo trabajo (de importancia) hace feliz a un hombre, pero sí lo hace menos desgraciado. En la vida es importantísimo el ejercicio independiente del talento (sin llegar a los extremos). Sin autoestima es casi imposible la felicidad: aquel que se avergüenza de su trabajo difícilmente tendrá autorrespeto.
Hay que tener actividades, ajenas al trabajo, que se puedan desarrollar con desinterés y sin criticismo. Estas actividades han de ser subsidiarias, sin responsabilidades, y deben ser capaces de llenar huecos o hacer a la persona sentirse mejor en épocas malas. El interés en cosas exteriores se debe caracterizar por no debe absorber las mismas cualidades que el trabajo diario, no exigir voluntad y decisión rápida, no aparejar complicaciones monetarias, no producir fatiga emocional y no ocupar o preocupar por igual al consciente y al subconsciente. · Hay que buscar proyectos remotos, más allá de lo personal, que vayan más allá de la propia vida y ayuden a fomentar la «civilización». Olvidarse del trabajo periódicamente permite hacerlo mejor. Hay que evitar sobreestimar nuestra propia importancia y buscar una comprensión de la vida lo más amplia posible.
Con frecuencia, la gente cree estupideces o mentiras solo porque son interesantes. Tanto el esfuerzo como la resignación tienen algo de verdad, pero nunca deben tomarse en exceso. La felicidad «natural» es poco frecuente en la vida de las personas, por ello se dice que se conquista. Se requiere esfuerzo para vivir y lograr el éxito (si bien el éxito es un concepto personal). La mayoría de las actividades humanas, aun las más altruistas, buscan lograr algún tipo de poder o dominio, y ello siempre supone esfuerzo. Siempre hay que evitar enojarse por lo inevitable y evitar el exceso emocional. La resignación puede tener dos vertientes: desesperación (evitarla por negativa), esperanza inaccesible (implica acceder a la ayuda de un círculo amplio, civilizar). Toda persona suele hacer un retrato de sí misma y odia cualquier cosa que lo estropee. Lo mejor es tener varios retratos y usar cada uno según la ocasión. La energía que la gente pierde en cosas triviales sería suficiente, bien dirigida, para hacer y deshacer imperios.
Para ser feliz es indispensable la Autoestima. La felicidad depende de las cosas simples (salud, comida, casa, amor, respeto) y de los propios pensamientos. Hay que dirigir las pasiones e intereses hacia fuera, evitando la abnegación y la excesiva concentración en uno mismo. Hay que evitar el miedo (al pecado, a la opinión pública) y debe haber variedad en la vida. Hay que tener simpatías legítimas por cosas y personas. Debe considerarse al «yo» como parte del mundo, tenerse congruencia y consciencia.
Como tercer argumento, es importante destacar la cualidad del texto en su aplicación. ¿Cuál es el fin de aprender la teoría si esta no se lleva a la práctica? Más aún si estamos repasando lecciones de vida para alcanzar la felicidad, es necesario probarlo en carne propia y darse cuenta de si es o no lo que se esperaba. Por ejemplo, aprender de estas nuevas actitudes conllevan a ser mejor observador u observadora, puesto que ayudan en el análisis de la vida cotidiana de la persona. Además de ser un aporte personal y/o espiritual, favorece la identificación de buenas y malas actitudes en los demás, para acceder –voluntariamente- a corregirlos, felicitarlos o cuestionarlos por lo que hayan dicho o hecho, claramente de una forma respetuosa y libre de prejuicios.
