La Crisis De Refugiados, MigraciÓn Forzosa

RESUMEN

Se dice que la crisis de los refugiados, que se vive actualmente en los países europeos, es una de las mayores migraciones forzadas desde la Segunda Guerra Mundial; pues cada vez son más los refugiados que se dirigen a este continente, a pesar de que tiene la fama de ser un viaje peligroso en el que han muerto miles de personas, las cuales han tenido que enfrentarse a condiciones muy inhumanas con el único anhelo de llegar a su destino. Lo anterior ha forzado a la Unión Europea a adoptar medidas para ayudar a controlar la afluencia de refugiados, que a su vez ha dejado a la vista las falencias que tienen sus políticas migratorias, lo cual ha creado también una profunda división dentro de la Unión. Por ello, el presente trabajo intentara estudiar la crisis migratoria del 2015 en Europa y como esta ha influido a bien o mal en los países miembros de la Unión Europea. Para este fin se pretende, primeramente, hacer un análisis breve de la crisis de refugiados del 2015; posteriormente se analizarán la respuesta que tuvo la Unión Europea frente a la crisis y por último las consecuencias que tuvo la crisis dentro de los países miembros de la UE.

INTRODUCCIÓN

En el 2015, más de un millón de migrantes entraron en la UE en el mayor éxodo hacia Europa de las últimas décadas; lo que incito a la Unión Europea a entrar a un debate sobre cuáles serían los posibles escenarios para resolver el problema de los inmigrantes; encontrándose en una posición única, pues pusieron en manifiesto las dificultades que tenían para desarrollar y aplicar una respuesta eficaz para hacer frente a este reto, provocando una crisis política dentro de la UE.

Es decir, la crisis de los refugiados aumento las diferencias ya existentes entre los países miembros, provocando nuevos conflictos y perturbando las relaciones mutuas. Al mismo tiempo, ha avivado las opciones políticas nacionalistas radicales, la xenofobia, la intolerancia hacia los inmigrantes y las minorías en general. Esta situación ha llevado a reexaminar la eficacia de las estructuras existentes y el funcionamiento de las instituciones de la UE. Poniendo en evidencia que tal vez la crisis de los refugiados es más como una crisis estructural de la UE.

Crisis de refugiados e inmigrantes 2015

La crisis de los refugiados y los inmigrantes ha sido una de las cuestiones políticas más importantes y más divisorias en los últimos tiempos, pues año tras año, millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio de los conflictos, la violencia, las violaciones de los derechos humanos, la persecución y los desastres naturales. Por consecuencia estas personas que han sido desarraigadas de sus hogares a menudo se enfrentan a mayores dificultades en su viaje como lo es la falta de acceso a necesidades esenciales como agua limpia, alimentos, refugio, seguridad personal y atención de la salud. Ahora bien, para entender mejor el contexto de la crisis del 2015 es importante tener conocimiento de quién o qué es un refugiado u/o inmigrante. Según la ACNUR:

Los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o persecución. A menudo, su situación es tan peligrosa e intolerable, que cruzan fronteras nacionales para buscar seguridad en países cercanos, y así, ser reconocidos internacionalmente como “refugiados”, con asistencia de los estados, el ACNUR y otras organizaciones. Ellos son reconocidos precisamente porque es demasiado peligroso para ellos el regresar a casa, y necesitan asilo en otros lugares. Estas son personas, a quienes negarles el asilo, puede traerles consecuencias mortales. Mientras que los migrantes eligen trasladarse no a causa de una amenaza directa de persecución o muerte, sino principalmente para mejorar sus vidas al encontrar trabajo o por educación, reunificación familiar, o por otras razones. A diferencia de los refugiados, quienes no pueden volver a su país de forma segura, los migrantes continúan recibiendo la protección de su gobierno. 

Entonces la conocida crisis Europea de Refugiados/ Migrantes fue más bien un movimiento mayormente de refugiados, pues en el 2015, un número sin precedentes de solicitantes de asilo llegaron a Europa, principalmente huyendo de la guerra civil en Siria. A mediados de ese año, Eurostat (2015) había registrado más de 400.000 personas como solicitantes de asilo. En comparación con el año anterior, esta cantidad era el doble. Como resultado, la UE se enfrentó a la cuestión de cómo gestionar esta afluencia masiva. Sin embargo, en lugar de comprometerse, la UE parecía incapaz de encontrar una respuesta satisfactoria a la crisis, mientras millones de personas de Siria, Irak, Afganistán y varios países africanos seguían solicitando asilo en su continente. Realmente no hay un consenso sobre los orígenes de la crisis, sin embargo, para muchos de los expertos esto se dio por los flujos de migración mixta, los cuales se caracterizan por ser;

movimientos de población complejos que comprenden diferentes grupos de personas que se encuentran en el contexto de la migración internacional, tales como migrantes por causas económicas o ambientales, migrantes en situación regular o irregular, solicitantes de asilo o refugiados, víctimas de trata, niños, niñas o adolescente no acompañados o separados de sus familias, así como otras personas con necesidades de protección.  

Muchas de estas personas no tienen la documentación necesaria, como pasaportes y visados, y a menudo utilizaban cruces fronterizos no autorizados, como lo eran las fronteras marítimas europeas.

Esta es una crisis que se ha ido gestando durante varias décadas y que se ha vuelto precaria debido al diseño y las aplicaciones incompletas de las políticas de la EU. En efectos los flujos han desafiado a los gobiernos europeos y a la Unión Europea, pues dentro de este hay que tener en cuenta las distinciones entre grupos de flujos migratorios mixtos lo cual suscita dudas sobre la determinación de su situación y los derechos de cada quien.

Ahora bien, años anteriores a la crisis, ya habían señales las cuales indicaban que se estaba gestando una crisis y pedían a gritos que se les prestara atención, pues después de los levantamientos árabes de 2011, el número de personas que iban a Europa a buscar asilo a través de Turquía, o a través del Mediterráneo central desde el norte de África empezaba a aumentar; sin embargo, Europa siguió dando prioridad a la seguridad, en lugar de la protección de las personas vulnerables. (Oroza Busutil & Puente Márquez, 2017) Ya para finales de 2013, se levantaría una alerta en los gobiernos europeos sobre el aumento desmesurado y rápido de los flujos migratorios, como también de las pérdidas de vidas humanas que, a través de rutas vulnerables y peligrosas, trataban de alcanzar el territorio europeo. No obstante, seria hasta el 2015 donde todo se saldría de control pues se vería un alza en las solicitudes de protección internacional; pues en este año

llegaron 1.257.030 nuevas solicitudes; una cifra que representaba un aumento considerable con respecto a las solicitudes del año 2014 (562.680), un 123% de crecimiento, y a las del año 2013 (372.855), años en los que las solicitudes ya habían experimentado un crecimiento significativo con respecto al periodo anterior. 

Está claro que los factores más importantes que obligaban a las personas a abandonar sus hogares y a buscar protección en Europa eran la guerras, conflictos y persecuciones que se desarrollaban en sus países. Por lo anterior es importante hacer hincapié en que uno de los factores más relevantes de la crisis del 2015 era la guerra en Siria, pues afínales de este año, según El Informe Global del 2015 de la ACNUR ya había 7,6 millones de desplazados internos sirios y 4,9 millones de refugiados sirios en todo el mundo. Los cuales constituyeron la mayoría de los migrantes irregulares de la UE en 2015, realmente la UE no podía hacer mucho para detener estos flujos pues contaba con una influencia, una voluntad política y unos recursos limitados para poner fin a este conflicto tan complejo, en que intervenían diversos actores.

En este año los veintiocho países que conforman la Unión Europea alcanzaron a recibir una cifra aproximada de 333.350 solicitudes de asilo, 913 cada día, Según la ACNUR entre Europa y África Subsahariana acogieron:

A 4,4 millones de personas respectivamente. En el caso europeo, la cifra creció en 1,3 millones (el 41%) respecto al año 2014. Sin embargo, en el 2015 el 58% de los refugiados que estaba en Europa residía en Turquía (2,5 millones), procedentes en su mayor parte de la República Árabe Siria y de Irak. Además de Turquía, otros países europeos que albergaban a gran número de refugiados eran Alemania (316.100), la Federación Rusa (314.500), Francia (273.100), Suecia (169.500), el Reino Unido (123.100) e Italia (118.000). (Anonimo, 2016)

Asimismo se dice que entre Suecia y Alemania sopesaron el 55% de las concesiones de asilo de la UE, entre el 2015 y el 2016 (Sánchez, 2016). El aumento de las cifras se debe en gran medida al fuerte aumento de las personas que utilizan la ruta del Mediterráneo oriental de Turquía a Grecia, la mayor parte de las cuales son refugiados que huyen de las guerras en Siria e Iraq. Desde el comienzo de la guerra civil siria, el número de refugiados en Turquía ha aumentado a más de 2 millones. (Kirisci, 2018). Como señala el ACNUR (2015), esto ha ejercido una enorme presión sobre la infraestructura y la economía del país y ha dificultado cada vez más el acceso, el trabajo, la vivienda y la educación de los refugiados. Ante el deterioro de las condiciones en Turquía, un número cada vez mayor de refugiados ha optado por pagar a los contrabandistas de personas para que les ayuden a realizar el peligroso viaje a través del Egeo hacia Grecia.

Respuesta de la Unión Europea frente a la crisis

Este trayecto dejo una gran cantidad de muertes, tanto así que en el mes de abril del 2015 el número de muertos alcanzó su punto máximo, cuando se perdieron 1.308 refugiados y migrantes en el mar. (ACNUR, 2015) Después de esta tragedia se celebraría una Cumbre Europea de emergencia en la que se establecerían cuatro ámbitos de actuación prioritarios, que observaremos en la próxima tabla.

Lucha contra los tratantes de personas

Los dirigentes de la UE le pidieron a Federica Mogherini, alta representante de la UE, que proponga medidas que permitan la captura y destrucción de las embarcaciones de los pasadores de fronteras antes de que lleguen a utilizarlas. Asimismo, le pidieron a la alta representante que iniciara los preparativos para una posible operación de la PCSD, con arreglo al Derecho internacional. También acordaron medidas como el refuerzo de la cooperación contra las redes de tráfico ilícito con la ayuda de Europol y el destino de funcionarios de inmigración a terceros países.

Refuerzo en la presencia en el mar

El Consejo Europeo ha acordó triplicar los recursos a disposición de Tritón, la misión fronteriza de la UE en la zona central del Mediterráneo, y mejorar su capacidad operativa. Asimismo, se ha anuncio un apoyo concreto a la misión con la aportación de más embarcaciones, aeronaves y expertos por parte de los Estados miembros.

Prevención de los flujos de migración ilegal

La Unión Europea limito la afluencia y luchar contra las causas de la migración ilegal. Reforzando la cooperación con los países de origen y de tránsito, sobre todo con los que se encuentran en torno a Libia. Los dirigentes de la UE también acordaron poner en marcha un nuevo programa de repatriación para la repatriación rápida de los migrantes irregulares.

Refuerzo de la solidaridad y la responsabilidad internas

La UE ofrecerá más protección a los refugiados procedentes de regiones en conflicto y establecerá un primer proyecto piloto voluntario de reasentamiento en toda la UE que ofrecerá plazas a las personas que

tengan derecho a protección.

Nota. Fuente Consejo de la Unión Europea (2015). Reunión extraordinaria del consejo europeo. Obtenido de: https://www.consilium.europa.eu/es/meetings/european-council/2015/04/23/

Aun así, estos enfoques fallaban puesto que los objetivos de estas operaciones no eran los migrantes o refugiados, sino más bien los contrabandistas y traficantes de personas, los cuales ganaban dinero con sus vidas y, con demasiada frecuencia, con sus muertes. Es decir, los retos que se planteaba la UE, no iban dirigidos 100% a aquellos seres humanos cuyas vidas se seguían perdiendo en el mar; un ejemplo de ello fue que, durante el verano de 2015, el número de llegadas por mar de Turquía a Grecia seguía aumentando exponencialmente, seguido de un movimiento masivo de solicitantes de asilo y migrantes a través de los Balcanes Occidentales y de ahí a los Estados miembros de la UE. (Athens, 2015)

Este cambio en el flujo migratoria cambió la naturaleza de la crisis y su profundidad. Aunque la migración marítima mixta era comparable a los flujos anteriores, la escala de los fenómenos que seguían sucediendo en el Mediterráneo oriental puso en tela de juicio la capacidad de respuesta de la Unión Europea en múltiples frentes, desde la gestión de las fronteras hasta la ayuda humanitaria.

Por otro lado, también estaba la presión que tenía la UE en el caso de los refugiados quienes, a su llegada, enfrentan nuevos retos en relación con los procedimientos de asilo, la vivienda, la falta general de terapia psicológica y las cuestiones relacionadas con la educación, el trabajo y los valores culturales. Estos factores de alguna forma ponían en peligro su proceso de integración en el país de acogida. También estas situaciones visibles y angustiosas tenían un impacto duradero en la confianza de la ciudadanía en las políticas nacionales y la capacidad de los líderes de la UE para gestionar los flujos migratorios actuales y futuros. Al mismo tiempo, se evidencio que había unos límites para cómo y hasta qué punto las instituciones de la UE podían intervenir directamente en la crisis, incluso cuando los impactos de la misma se extienden a través de las fronteras, aun así, la Unión Europea no dejo de sacar políticas para frenar la crisis, y es por esto que se celebraría la Cumbre de La Valeta sobre migración; la cual quiere

reunir a los países africanos y de la UE para trabajar juntos en un espíritu de asociación y encontrar soluciones comunes a desafíos compartidos. Tiene por objeto aprovechar las actividades y los marcos de cooperación existentes, centrándose en cinco ámbitos específicos, que son; abordar las causas profundas de la migración, establecimiento y organización de canales de migración legal, potenciar la protección de los migrantes y solicitantes de asilo, combatir la explotación y el tráfico de migrantes y por ultimo mejora de la cooperación en materia de retorno y readmisión. (Consejo de la Unión Europea, 2015)

Por otra parte, la UE no estaba acostumbrada a gestionar un número tan elevado de personas desplazadas y, como tal, no disponía de un sistema bien adaptado para absorber a los inmigrantes. La respuesta europea a los problemas de los desplazamientos prolongados a escala mundial ha pasado a primer plano, ya que su público nacional se ve afectado por ello. Entonces para finalizar esta sección del trabajo se mostrará una tabla que contiene las normas comunes en materia de asilo que la Unión Europea ha propuesto y ha implementado, según la Comisión Europea en su documento La EU y la crisis migratoria dice que es la más estricta del mundo.

Salvar vidas

La UE ha aumentado su capacidad para llevar a cabo operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo y para hacer frente a las redes delictivas. Al triplicar los recursos disponibles, ayudó a salvar más de 400 000 vidas en 2015 y 2016. Se capturaron más de 2.000 traficantes y contrabandistas y se retiraron 375 buques.

Abordar las causas profundas de la migración

La UE está trabajando con cinco países clave de origen y tránsito en África (Etiopía, Malí, Níger, Nigeria y Senegal). Por ejemplo, la cooperación de la UE con Níger está ayudando a reducir el flujo de tránsito a través del Sáhara, con financiación de la UE para apoyar el autoempleo en las zonas de tránsito y seis centros de migrantes vulnerables, así como apoyo práctico de la UE sobre el terreno para ayudar a combatir el contrabando y la trata de seres humanos.

Reducción de los caudales

La Declaración UE-Turquía de marzo de 2016 tiene por objeto detener el flujo incontrolado de inmigrantes a través del Mar Egeo. También proporciona vías legales para que los refugiados entren en Europa. Como resultado, el número de refugiados y migrantes procedentes de Turquía se ha reducido considerablemente. De un máximo de 10 000 en un solo día en octubre de 2015, las llegadas a Grecia han sido en promedio de menos de 74 al día desde marzo de 2016.

La UE ha aumentado la tasa de retorno de migrantes irregulares sin derecho a permanecer en la UE a su país de origen. Los Estados miembros han acordado aplicar más activamente las normas sobre retorno y la Agencia Europea de Fronteras y Guardacostas (Frontex) les ayudará coordinando los vuelos de retorno. La UE también está apoyando a los Estados miembros mediante la celebración de acuerdos de retorno con países no pertenecientes a la UE.

Proteger nuestras fronteras

La nueva Guardia Costera y Fronteriza Europea se puso en marcha en octubre de 2016 para garantizar que Europa pueda proteger sus fronteras exteriores comunes y hacer frente conjuntamente a los nuevos retos en materia de migración y seguridad. Se han desplegado más de 1 550 agentes para apoyar a los Estados miembros en las fronteras exteriores, además de los 100 000 guardias de fronteras existentes en los Estados miembros.

Solidaridad en el país y en el extranjero

En total, se han asignado 17 700 millones de euros del presupuesto de la UE para hacer frente a la crisis de la migración en el período 2015-2017, de los cuales 10 300 millones de euros para la financiación prevista fuera de la UE, incluidos 2 700 millones de euros en ayuda humanitaria, 600 millones de euros para el Fondo Fiduciario para Siria (también conocido como Fondo MAD) y 2 400 millones de euros para el Fondo Fiduciario de Emergencia para África.

La ayuda humanitaria proporcionada por la UE ayuda a los refugiados y migrantes en países fuera de la UE, como Iraq, Jordania, Líbano y Turquía. Con el fin de apoyar un Fondo para los Refugiados en Turquía, la UE y sus Estados miembros ya han asignado 2 200 millones de euros para ayuda humanitaria y no humanitaria. En junio de 2017 se habían firmado contratos para 48 proyectos por un valor de más de 1.600 millones de euros, y ya se habían desembolsado 811 millones de euros.

Abrir caminos seguros

En 2015 se estableció un plan de reubicación de emergencia, y los Estados miembros de la UE se comprometieron a trasladar a personas de Grecia e Italia a otros países de la UE. Para el 21 de julio de 2017, más de 24.000 personas habían sido trasladadas -16.774 de Grecia y 2.675 de Italia- a 24 Estados participantes. Los Estados miembros deben poder reubicar a todas las personas que reúnan las condiciones para ello antes de finales de 2017.

La UE también quiere crear vías seguras y legales para que los solicitantes de asilo y los refugiados entren en la UE para que no tengan que arriesgar sus vidas recurriendo a contrabandistas y traficantes. Un programa de reasentamiento voluntario acordado por los Estados miembros prevé el traslado de 22 500 personas desde fuera de la UE. En julio de 2017, unas 16.500 personas habían sido reasentadas en 21 estados de reasentamiento.

Repercusiones de la crisis en la Unión Europea

Como ya se mencionó anteriormente (y como es de esperarse también), la crisis migratoria que ha tenido lugar en la Unión Europea ha tenido múltiples repercusiones a nivel económico, pero sobre todo en el ámbito político. Así mismo, es posible afirmar que estas consecuencias o efectos colaterales son susceptibles de ser considerados negativos en su gran mayoría.

Una primera consecuencia de la crisis migratoria en la UE, tiene que ver con la reintroducción temporal de controles fronterizos en el espacio Schengen; medida que consiste en una limitación parcial impuesta sobre la capacidad de desplazamiento al interior del territorio de esta comunidad. En concordancia con el Departamento de Seguridad Nacional de España (s.f.), ‘‘la Comisión Europea ha manifestado que se trata de medidas excepcionales que no vulneran la legalidad comunitaria, siempre que se cumplan los requisitos establecidos en la normativa reguladora. El Código de fronteras Schengen prevé la reintroducción de controles en el caso de eventos de gran magnitud que requieran mayores medidas de seguridad, o bien en situación imprevistas de emergencia’’ (DSN, s.f.).

Este fenómeno permite notar que probablemente la Unión Europea se encuentre parcialmente fragmentada, o encuentre su solidez política bastante debilitada. A pesar de que la comunidad en cuestión se encuentra haciendo sus máximos esfuerzos por mantenerse firme ante las adversidades. Sin embargo, esta situación ha puesto de manifiesto las debilidades que tienen las instituciones de la UE. Por ejemplo, una de las consecuencias del fracaso de las políticas de migración y asilo fue la suspensión del Sistema de Schengen anteriormente nombrado, pues el logro político y funcional más significativo de la integración europea cayo y sin lugar a duda esto indico que había una falta de solidaridad y de voluntad por parte de los estados miembros de encontrar una solución conjunta a la crisis, en la que en realidad se estaba dando prioridad a los intereses particulares por encima de los comunes.

Además, de que la distribución desigual de los derechos y obligaciones de los mismo condujeron a un colapso de la igualdad entre los miembros de la UE, así como a la violación de los derechos humanos y de los ciudadanos de los migrantes, especialmente de los solicitantes de asilo. Incluso existen países de la EU que llegan a promover políticas xenófobas y también llegan a poner resistencia a las instituciones más importantes de la UE, rechazando sus decisiones como impuestas e injustas. Por lo tanto, no se trata sólo de rechazar las obligaciones impuestas por el sistema, sino también de adoptar y aplicar otras leyes y reglamentos que no se ajustan a los valores y normas de la UE; socavando directamente el funcionamiento de las instituciones y la cooperación de la UE y, al mismo tiempo, en el que se violan los derechos de los migrantes, no permitiéndoles transitar hacia Europa. Todo esto pone en juicio el funcionamiento de las autoridades del gobierno central de la UE, así como el propósito y la fuerza de los valores fundamentales de la UE, mostrado que realmente puede haber una fragmentación dentro de la Unión.

Conclusiones

En 2015, la UE se enfrentó a la mayor afluencia de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. La crisis de los refugiados seguirá siendo el año en el cual miles de personas llegaron a Europa para huir de la guerra y del terror, pero también es el año en el que la falta de coherencia de la UE se hizo más evidente que nunca. Pues esta falta de coherencia mostrada dentro de la concepción de las políticas, evidencio lo poco preparada que estaba la Unión Europea para semejante crisis pues muchas de estas políticas llegaron a ser disfuncionales e infructuosas para resolver la crisis de los refugiados. Además de que su aplicación resultó ser una grave aberración de los valores fundamentales de la UE, lo que, por consiguiente, tuvo un efecto en el proceso de toma de decisiones políticas, así como en el difícil funcionamiento y debilitamiento de la cooperación entre los miembros de la UE.

Concretamente, se demostró que las políticas de migración y asilo condujeron a una posición desigual de los propios miembros de la UE en el sentido de la distribución de las obligaciones y responsabilidades en la resolución de la crisis, especialmente el tránsito y la aceptación de una parte alícuota de los refugiados que llegan. Sin embargo, parece paradójico que, mientras que por un lado se reconoce a los refugiados como las víctimas de esta situación, por otro lado, se los considera como migrantes ilegales, lo que supone una amenaza para la seguridad y el bienestar nacional. Con todo esto La Unión Europea tiene el deber de abrir un proceso de revisión sobre las estructuras institucionales existentes, así como de las relaciones mutuas entre los Estados miembros, especialmente los más grandes y los más pequeños, los más desarrollados y los menos desarrollados. Realmente la crisis de los refugiados ha demostrado sin duda alguna toda la amplitud y profundidad de la crisis en el funcionamiento de la UE y en el proceso democrático de toma de decisiones políticas.

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