La Crisis En Venezuela Provocada por el Chavismo
Introducción
Un proceso de reconciliación nacional no meramente se decreta, es un trabajo complicado como necesario, e igualmente la necesaria sanación de la psiquis colectiva requiere de un trabajo conjunto bien profundo, que debe ser abordado desde ya por especialistas multidisciplinarios, además como política de estado. Con el chavismo, se acentuó la división y el odio entre clases. El pueblo contra el anti pueblo, como lo dice Gloria Álvarez repetidamente. El resentimiento fue leña para el fuego de la guerra populista que a Chávez le logró el apoyo definitivo de las masas.
Esos odios, esos resentimientos, esa sed de venganza, ese sentimiento de división hay que sanarlos para poder reconstruir nuestra nación. Si se retoma el poder y el orden democrático con revanchas pendientes en el subconsciente, estaremos condenados a repetir la historia, tarde o temprano. Las verdades a la medida elaboradas fantásticamente por el chavismo, les ha permitido dividir y casi anular los esfuerzos de sus oponentes, además de confundir profundamente a la sociedad en general, tanto a nivel nacional como a nivel mundial, convirtiendo la realidad venezolana en un verdadero realismo mágico, del cual, como no sabes cómo carajo entraste, mucho menos puedes atisbar la vía de escape.
Desarrollo
Salir de este caos es como salir del laberinto del minotauro, tal vez sea una empresa posible, sobre todo si se cuenta con la ayuda externa de una figura como Ariadna y su ovillo de hilo de oro, pero el laberinto está dominado por el terrible minotauro, que es realmente el monstruo a aniquilar primero, para poder escapar, y luego para eliminar la permanente amenaza del minotauro. Pero también necesario es destruir el laberinto, una vez aniquilado el temible monstruo.
Hoy por hoy, no se trata solo de salir del Chavismo y de Maduro, eso es solo un paso, aun cuando no es nada sencillo, como lo sería salir del laberinto del minotauro, despojar del poder a esta banda de delincuentes, narcotraficantes y corruptos que se apoderaron del gobierno y de todas las instituciones del poder, montados sobre la ola populista de Chávez con su máscara de demócrata, es solo parte de la apoteósica batalla.
La tarea más ardua a la que nos enfrentaremos, será la de la recuperación de la cultura, de la moral, del buen vivir, como cualquier país democrático desarrollado del mundo. Recuperar la degradación de la psiquis colectiva no será una tarea fácil, pues la infección de la inmoralidad y la corrupción fue impregnada hasta los tuétanos.
Por mera supervivencia, el venezolano humilde debió aprender de la viveza, del oportunismo, de la trampa, debiendo conformarse solo con recibir miserias del estado, miserias que debía agradecer como si fueran grandes dotes. Se creó con esto, además, una cultura de facilismo miserable, de conformismo, pero increíblemente de forma paralela se generó una cultura de canibalismo entre conciudadanos, un sálvese quien pueda, donde el fin justifica los medios, y el fin es simplemente sobrevivir.
En el libro La Rayuela de Pablo, un laberinto de reflexiones sobre Venezuela, escrito por Francisca Gil y Vladimiro Mujica, se ahonda en profundas reflexiones necesarias como venezolanos, que nos invita a asumir responsabilidades como individuos y como colectivo, para empezar a sanar el inconsciente colectivo de la nación ante la gran empresa de la restauración de la democracia y la libertad en Venezuela.
Salir de esto, sin antes reconocer como venezolanos que todos hemos jugado, consciente o inconscientemente este juego macabro como en el film de los juegos del hambre, es jugar al temerario quehacer de una recaída latente. La nación entera, en su psiquis colectiva está enferma, está herida, y no tratar de sanarla a tiempo, nos puede traer más males que beneficios. Los resentimientos y venganzas que fueron implantadas, deben ser extirpados del sentir colectivo.
Esto no implica para nada, que debamos dar cabida a la impunidad. Por supuesto que debe reinar la justicia, y debe ser aplicada duramente ante tantos crímenes cometidos. Y ante esto, de aplicarse algún tipo de amnistía, no debería considerarse para los individuos que cometieron crímenes contra el pueblo y contra la nación. Así como también es ilógico que se abra la puerta a una cohabitación en el poder a los actores del genocidio que nos diezma como venezolanos, como lo plantean algunos sectores en la actual coyuntura.
Es importante resaltar, que las últimas generaciones de venezolanos tienen comprometido su desarrollo psíquico y emocional, dada la mala alimentación y nutrición que están recibiendo nuestros niños antes de los cinco años de edad, y a la realidad de distorsión moral y social que viven en su día a día de supervivencia. Eso es un tema que habrá que enfrentar responsable y arduamente una vez recuperada la soberanía nacional.
La pérdida de valores generalizada a la que fuimos llegando progresivamente, y a niveles metastásicos actualmente, fue producto, esencialmente, del poco interés por la inversión en el ámbito de la educación de quienes ostentaron el poder y la influencia política durante décadas en Venezuela. Durante los inicios del chavismo, se trató de crear una sensación de impulso a la educación, pero se centró básicamente en presentar números altos de matrícula académica, para llamar la atención nacional e internacionalmente, pero sin un proyecto claro, ni orientado a una educación real ni de pensamiento crítico, por el contrario, enfocado en la siembra de ideología comunista.
Diversas personalidades de la intelectualidad venezolana advirtieron hasta el cansancio la necesidad de impulsar la educación, como por ejemplo Renny Ottolina, el Dr. Arturo Uslar Pietri, Luis Alberto Machado con su revolución de la Inteligencia o el profesor Luis Beltrán Pietro Figueroa que decía: Hay quienes quieren a un magisterio sumiso, arrinconado, incapaz de levantar la voz; pero un pueblo que tenga maestros de esa categoría tendrá que ser un pueblo de esclavos.
La educación debe ser uno de los ejes centrales del proceso de reconstrucción de la nueva Venezuela. Una educación de calidad, crítica, planificada, que sea política de estado, puede llevarnos más lejos que toda la esa reserva petrolera subyacente en nuestro suelo patrio. Y un proyecto político con especial enfoque en la educación, aplicado en su momento, nos hubiese ahorrado toda esta tragedia que nos ha dejado el moribundo chavismo.
En el proceso de reconstrucción de la nación, la moral y la ética deben ponerse en un lugar privilegiado e infundirse desde los niveles más básicos de la educación. El nuevo sistema educativo debe mantenerlas como eje. La ignorancia es como la inmoralidad y la corrupción son las grandes enfermedades a erradicar.
La democracia en Venezuela como en toda Latinoamérica, sucumbió gracias a la ignorancia de sus actores políticos y empresariales, al populismo y a los caudillos mesiánicos que supieron engañar a unos y otros, y manipular el inconsciente colectivo que nos impulsó a un socialismo salvaje, de convicciones y presupuestos anacrónicos y desfasados, orientados cínicamente al autoritarismo más perverso.
Conocer al enemigo
Se debe reiterar que para enfrentar a este régimen y recuperar la democracia, se debe tener conciencia de la clase de monstruo al que nos enfrentamos. El Chavismo, no es un régimen autoritario convencional, no es una tradicional dictadura de derecha o de izquierda, sino una macabra mezcla de marxismo, con sus toques castristas, enfocados por encima de todo en mantener el poder, sin atender a costos políticos, sociales o violación a las libertades y los derechos humanos, aliado de facto a la delincuencia organizada, el narcotráfico, guerrillas y grupos de terrorismo internacional.
Conclusión
Utilizan el poder absoluto para saquear como parásitos todos los recursos del estado, por lo que odian la propiedad privada, el libre mercado y sobre todo el libre pensamiento. Manipulan a sus seguidores con mentiras, manejo psicológico y con absurdas y permanentes teorías de conspiración, atentados autoinfligidos de los que siempre salen victoriosos, para darse ese toque de ungidos, de elegidos por una divinidad, con el fin anular el criterio personal, y convertir al individuo en servil y dependiente del estado.
Conociendo el perfil de este enemigo, se deben tomar las todas las medidas adecuadas, ante las diversas tácticas dilatorias practicadas por la dictadura para ganar tiempo y anular toda acción de lucha opositora, como hasta ahora ha logrado. Solo una nueva estrategia, con base en esto, podrá tener éxito ante esta banda de delincuentes a cargo del gobierno de Venezuela. Contra un enemigo no convencional, no se pueden usar métodos convencionales ni ingenuos, ni con baile terapia se tumba la derroca un gobierno de extremistas.