La Democracia Y La Votación: Comparando Países
Juan Bautista Alberdi una vez dijo: “La ignorancia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y de la indigencia es asegurar la pureza y acierto de su ejercicio. Algunos dirán que es antidemocrático pero la democracia, tal como ha sido ejercida hasta ahora nos ha llevado a este triste destino.”
En España, el mundo de la política es extremadamente complejo y un gran número de ciudadanos diría que también es injusto, especialmente cuando se elige al presidente y exigen una mayoría absoluta, pero uno de los problemas más graves es que los ciudadanos en sí, no saben a quién están votando. El método que se usa en España para determinar un sistema electoral para elegir presidente es diferente al utilizado para elegir las legislaturas.
Cuando se trata de las presidencias, casi siempre son cargos unipersonales (una persona) y, por tanto, el gobierno dice que pretender una proporcionalidad entre la mayoría y las minorías no es posible, cosa que es debatible. En esta redacción, he decidido concentrarme en lo que afecta más directamente a la población, las elecciones presidenciales y los diferentes partidos del país.
Los presidentes pueden ser electos por uno de tres sistemas:
- Mayoría relativa (MR)
- Voto preferencial (VP)
- Mayoría absoluta mediante el sistema de doble vuelta (DV).
La mayoría relativa es el primer sistema que explicaré. La mayoría relativa es la forma más directa que España tiene de elegir un presidente y ésta consiste simplemente en que el candidato que logre el mayor número de votos, se le es otorgado el triunfo. Este es el procedimiento que se usa también para las elecciones presidenciales en países como México, Kenia, Filipinas, Zambia, Corea del Sur, Malawi. Islandia y Zimbabwe.
Definitivamente, este sistema es simple, barato y eficiente. Sin embargo, en una competencia multipartidista altamente disputada deja abierta la posibilidad que el presidente sea elegido con tan bajo porcentaje de la votación emitida que el grueso del electorado no haya votado en su favor o, peor aún, que haya votado en su contra. Ese fue el caso en Venezuela en 1993 cuando Rafael Caldera ganó la presidencia con el 30.5% del voto popular. De igual forma, en las elecciones presidenciales filipinas de mayo de 1992 Fidel Ramos fue elegido entre siete candidatos con sólo 25% del voto popular.
En sociedades divididas, las elecciones presidenciales por MR pueden exacerbar los problemas de la política de ‘el ganador se lleva todo’. En Angola en 1992, el líder de UNITA, Jonas Savimbi, perdió una elección directa por mayoría relativa frente a José dos Santos del MPLA por 49% a 40% de los votos e inmediatamente re-inició la guerra civil, ya que tenía pocos motivos para cumplir con el papel de oposición democrática.