La Eficiencia de La Educación Evaluativa en México

Introducción

Hablar de educación implica una serie de connotaciones dependiendo desde la perspectiva que se esté abordado, de modo que se puede considerar desde cualquier sentido, para fines de este trabajo, la educación será tomada como el proceso por el cual los individuos adquieren conocimientos de diversos tipos para irse formando y posteriormente hacer frente al mundo laboral y/o a situaciones de la vida cotidiana. Actualmente la educación es considerada como un derecho humano, ya que, a través de esta los individuos pueden acceder a una mejor calidad de vida; para la UNESCO (2020), la educación es uno de los objetivos principales para la Agenda 2030, en concordancia que lo ya mencionado, se busca el acceso a mejores oportunidades en los individuos para que puedan ir construyendo su propia vida y puedan así desempeñarse de una manera eficaz en las sociedades, es así que se pretende garantizar una educación inclusiva para que todos puedan acceder a las mismas oportunidades de desarrollo y aprendizaje.

En nuestro país la educación también es considerada como un derecho fundamental en los niños y además se encuentra estipulada dentro de la Constitución Mexicana, en donde la educación básica y obligatoria abarca desde la educación inicial hasta la educación media superior; al ser establecida como un derecho busca la permanencia de los individuos para una mejora continua en todos los ámbitos, además de beneficiar sus procesos de enseñanza y aprendizaje.

Por otro lado, conforme se va avanzando y progresando en los diferentes ámbitos que se encuentran implícitos en una sociedad y conforme a los parámetros internacionales, los planes de estudios, el currículo y el Modelo Educativo se va modificando, teniendo como objetivo el adaptarse a lo que demanda el mundo actual, pues los nuevos requerimientos exigen alumnos con mayores competencias, si bien, el Modelo Educativo que hoy se encuentra vigente busca el acceso a una educación de calidad e incluyente, la realidad ha demostrado lo contrario, pues a lo largo de este tiempo las brechas de desigualdad siguen estando presentes y lejos de proporcionar el acceso para combatir la pobreza y marginalización las remarcan aún más, cuestionándose así, si la educación básica realmente tiene la cobertura nacional que tanto se menciona.

Teniendo en cuenta que la educación en sí misma implica una serie de pasos y acciones para generar el proceso de enseñanza y aprendizaje y que de esta manera se pueda acceder a la llamada calidad de vida, todos los individuos requieren de la acreditación por medio de un proceso evaluativo, el cuál válida o invalida su promoción, sin embargo, pese a que Horbath y Gracia (2014) señalan que en México se han realizado procesos de mejoramiento en dichas prácticas, se ha observado que la evaluación sigue presentando una eficiencia muy baja.

Por lo tanto, el presente trabajo hablara acerca del proceso de enseñanza y aprendizaje, de la evaluación, la eficacia de la evaluación y la calidad educativa.

DESARROLLO

I. Enseñanza y aprendizaje

Previo a una evaluación existen ciertas acciones por el cuál tanto el docente como el alumno mantienen una interacción constante dentro del aula; el docente desempeña y despliega todos sus saberes a través de habilidades y competencias que durante su formación como profesional fue adquiriendo, mientras que el alumno pone en juego su estructura cognitiva y los conocimientos previos que tiene a través de la experiencia y su formación en niveles anteriores, a este se le denomina proceso de enseñanza y aprendizaje.

Para Abreu et al. (2018) este proceso consiste en una unidad dentro de todo el proceso educativo, la cual tiene como fin contribuir en la formación del alumno mediante la integración de diferentes saberes. De esta manera el objetivo meta de este, es que el alumno alcance los aprendizajes que han sido planteados, pero para llegar a estos hay una serie de factores de por medio los cuales influyen en gran medida para su cumplimiento.

Uno de los factores más importantes radica en las diferencias individuales que cada alumno de los diferentes niveles educativos poseen; la estructura cognitiva es una de ellas, esta hace referencia a las habilidades cognitivas que se tienen, es importante señalar que no todos presentan el mismo nivel de habilidades e incluso la manera en como ha sido moldeada también se vuelve determinante, pues de estas prácticas que han ido adquiriendo dependerá para que se dé un buen anclaje entre los conocimientos que ya posee y los conocimientos (asimilación).

Además, la planeación didáctica que el docente despliegue también se vuelve determinante, debido a que hace una selección de contenidos, metodología, recursos, disponibilidad de estos, estrategias y selección del proceso de evaluación, para ello es necesario que cuente con las habilidades técnicas, didácticas, de conducción e intelectuales, para que así pueda transmitir los aprendizajes y saberes de una manera eficiente y se puedan reflejar posteriormente en el proceso evaluativo, no obstante, en muchas ocasiones el docente carece de estas, ya que las metodologías y herramientas que usa no son las adecuadas y no están en sintonía con los procesos evaluativos, tal como Millares et al. (2012) lo señalan al decir que el profesorado presenta resistencias múltiples para hacer cambios y ajustes, careciendo de innovación para que existan experiencias enriquecedoras dentro del aula, así como que la selección de los instrumentos o procedimientos para evaluar no son los adecuados.

Asimismo, al no existir una claridad de cómo debe se debe ejecutar el proceso de enseñanza por parte del docente, llega a desconocer incluso los niveles de pensamiento que el alumno puede desarrollar y por ende el establecimiento de los objetivos puede no ser claro y puede no estar realizando prácticas que favorezcan la transferencia de los aprendizajes, pues no se debe de olvidar que de esta formación que el alumno reciba le es fundamental para posteriormente ingresar al mundo laboral.

II. Evaluación

Durante la trayectoria educativa hemos sido testigos del proceso de evaluación, por lo general la connotación que tiene dentro de las aulas y entre alumnos implica la verificación de los aprendizajes que a lo largo de un determinado período mediante la práctica docente se fueron impartiendo. De acuerdo con Córdoba (s.f.), la evaluación hace referencia a un indicador, el cual hace posible determinar el grado de avance del proceso de enseñanza y aprendizaje en los alumnos, pero que a la vez le permite al docente reflexionar sobre su labor.

Otro significado que se le atribuye al proceso de evaluación es el de ser un medidor del grado en que se han logrado los objetivos curriculares previamente establecidos por las instancias a un nivel macro (Harborth y Gracia, 2014; Wolf, 2006). Por lo anterior deja de manifiesto que dicho proceso pone en evidencia la práctica docente, así como el desempeño que cada uno de los alumnos tiene.

Para el alumno la evaluación es vista como un aspecto negativo, pues los resultados que esta arroje repercute en su proceso de aprendizaje y sobre todo en la acreditación de un determinado grado escolar, en el caso de los docentes este proceso pone en evidencia las decisiones que previamente toma para el desarrollo de su enseñanza; siendo estipulada mediante un diseño instruccional, no obstante, la evaluación como tal no es el único elemento por evaluar, sino también se están valorando todas las interacciones que el docente lleva a cabo y valorando de igual manera las habilidades y competencias que este tiene en su quehacer docente.

Sin embargo, pese a que dentro de un salón de clases se encuentran como principales protagonistas el alumno y el docente, no son los únicos sujetos a evaluación, sino hay más personas involucradas e instituciones de por medio, ya que están son quienes rigen y establecen los planes y modelos que la educación debe de tener, esto se puede observar gracias a los niveles de concreción curricular (macro, meso y micro) y por consecuente el proceso de evaluación está encaminado también a evaluar a estas instituciones y al mismo currículum.

Los requisitos técnicos y los procesos que articulan dicho proceso manifiestan ser poco realistas y llevados a cabo de una manera deficiente, pues pese a que existen los pasos a seguir y la manera en como se va desarrollando la realidad demuestra que solo arrojan resultados, quizás no de una manera arbitraría, pero si encaminada a lo esperan escuchar o demostrar, más no de una realidad cercana. Es así como pareciera que los requisitos y procesos son tomados en cuenta como un requisito meramente administrativo dentro de los Componentes del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, dejando de lado las acciones de mejora que pueden emprender. Pues tal como lo señalan Martínez y Blanco (2010) al mencionar que el proceso de evaluación aún enfrenta desafíos debido a que no está claramente defina y hay una carencia por parte de todos los agentes con respecto a la rigurosidad que deben de seguir.

En términos generales pareciera que dicho proceso es fácil de ejecutar, sin embargo, evaluar es una tarea exhaustiva y es un proceso extenso, pues ya como ya se mencionó hay varios involucrados y para poder considerar todas las evaluaciones hay una serie de pasos y todo un proceso técnico detrás el cual requiere de tiempo.

Por ello, resulta indispensable tener otra mirada a todo el proceso de evaluación y es aquí en donde nos damos cuenta de que la participación de otros profesionales es poca, debido al poco presupuesto que existe en materia de la educación, por la tanto en la mayoría de las instituciones no existe una labor psicopedagógica, es decir, no es tomada en cuenta la evaluación psicopedagógica y su función es poco valorada dentro de todo este proceso o es vista como elemento que va a poner en evidencia la eficiencia del profesorado, pese a los grandes aportes que esta evaluación pueda tener y a las acciones de mejora que se pueden realizar en el proceso evaluativo.

III. Eficiencia de la evaluación y calidad educativa

Cuando se habla de eficiencia en términos generales denota que algo o alguien cumple con ciertos criterios establecidos, mientras que la calidad significa que algo tiene muy buenos estándares y satisface ciertas necesidades. Ambos términos hoy en día se encuentran inmersos en nuestras sociedades y cuando se habla de educación no son la excepción.

Tal como se ha mencionado anteriormente la educación es un derecho fundamental en todos los individuos y en nuestro país se busca impartir una educación de calidad e incluyente a toda la población nacional. La calidad educativa tiene como finalidad asegurar en todos los alumnos la adquisición de conocimientos, habilidades, capacidades y competencias necesarias para que de esta manera cuenten con los recursos y herramientas en edades posteriores y sobre todo para que puedan hacer frente en la sociedad.

Para poder conocer el nivel de calidad que existe en la educación se requiere de un proceso evaluativo en todos los niveles, tal como ya se mencionó, pero de qué manera se puede tener certeza de los resultados sí los procesos evaluativos no son los adecuados, de qué manera esta siendo medida ya que, la educación sigue siendo insuficiente y desigual y basta como mirar a la situación actual.

La eficiencia de los resultados con respecto a los procesos evaluativos denota solo mostrar un interés por resultados cuantitativos, pues tal como Horbarth y Gracia (2014) mencionan, tanto el alumno como docente y demás instituciones son vistas como insumos para datos estadísticos, en dónde importa más la acreditación, permanencia y promoción que los resultados en sí mismos. Resulta preocupante que las instituciones de educación a nivel nacional hablen de resultados positivos cuando la pandemia hizo visible las deficiencias que existen en este sector, demostrando que siguen existiendo grandes desafíos (Martínez, 2020).

Los resultados que se obtienen no muestran el verdadero avance que los procesos de enseñanza y aprendizaje están teniendo, debido a que como ya se mencionó anteriormente, al no existir claridad con respecto a lo que debe de ejecutar el docente, los instrumentos o herramientas que utilizan para los procesos evaluativos, no se ajustan a las prácticas que llevan a cabo dentro de las aulas, no están encaminadas a medir el proceso que lleva a la apropiación de los aprendizajes, incluso llegan a utilizar instrumentos reciclados de periodos anteriores, en donde “ la evaluación se basa en malos hábitos, copiados del pasado” (Cáceres et al., 2018; Moreno, 2017).

Es así como se pone en evidencia que tanto la eficiencia de los procesos evaluativos es pobre debido al poco conocimiento que se tiene de estos, carece de rigurosidad y es vista no con la finalidad que tiene sino más bien como un proceso que se debe de llevar a cabo, por lo tanto, no se puede hablar de una calidad educativa.

CONCLUSIONES

La evaluación es un proceso de suma importancia dentro del ámbito educativo, ya que, a través de este se puede conocer el impacto que la práctica docente está teniendo en los alumnos, permite conocer si estos se están apropiando de los aprendizajes, además permite conocer cuáles son los avances o progresos que se están teniendo en materia de educación a nivel nacional. Sin embargo, este proceso resulta aversivo para todos los involucrados por las repercusiones que puede tener, ya que por lo general solo se hace énfasis a lo que esta mal en caso de que los resultados resulten desfavorables, no obstante, pese a que existan resultados favorables o desfavorables no existe un punto de partida hacia la mejora.

A pesar de que este proceso es un medio que permite conocer que pasa dentro de las aulas y de que manera los alumnos están adquiriendo los aprendizajes, denota que no cumple con los requisitos, debido a que el profesorado desconoce los procesos evaluativos, instrumentos, momentos para evaluar y estrategias a utilizar. En la mayoría de los niveles se evalúa al final y se deja de lado que es un proceso que debe de estar en todo momento.

La evaluación no debe de ser vista como el resultado final, sino como el resultado de todo el proceso por el cual el alumno se fue formando, debe de ser relacionable con los visto en las sesiones, centrado en el proceso que existe para que se llegue al aprendizaje y ser visto como un requisito de medición sí del aprendizaje y por el aprendizaje, para que así el docente pueda reflexionar acerca de su práctica y de todas las acciones que realiza, teniendo presente las mejoras y cambios que puede realizar en su quehacer docente para que no caiga en las mismas prácticas.

El evaluar se vuelve un proceso de acompañamiento con los alumnos, en su transito por los diferentes niveles escolares y por los niveles de pensamiento por los cuales debe de pasar e ir adquiriendo, requiere que los docentes conozcan e identifiquen los diferentes instrumentos de evaluación y su función, desde simples exámenes escritos, de opción múltiple, hasta diarios de clase, bitácoras, portafolios, rúbricas y la famosa evaluación sumativa y formativa de la que se habla, para que así se pueda garantizar evaluaciones eficientes.

El proceso de evaluación se tiene que ver y considerar como un elemento indispensable en el ámbito educativo, pensado para la toma de decisiones encaminadas a realizar cambios. Habría que decir entonces, que este proceso conlleva una responsabilidad compartida, la cual también debería pensarse para que no solo docentes puedan intervenir en el procesos y buscar mejoras, sino que también puede participar otros profesionales para que se lleve a cabo un trabajo intermultidisciplinario y es aquí en donde la evaluación psicopedagógica toma un papel relevante, tanto para identificar las barreras que se puedan estar haciendo presentes en el proceso de aprendizaje de los alumnos, identificar las necesidades inmediatas de manera general dentro de aula, pero también para generar estrategias de la mano con docentes e intervenir de manera oportuna (Álvarez, 2010).

Se requiere de una reflexión por parte de todos los involucrados, pero más que de una reflexión pasos encaminados a la acción, solo así se podrán realizar cambios; “una evaluación pobre, da lugar a una enseñanza pobre” (Cáceres et al., 2018; Moreno, 2017).

REFERENCIAS

  1. Abreu, Y., Barrera, A., Breijo, T. y Bonilla I. (2018). El proceso de enseñanza-aprendizaje de los Estudios Lingüísticos: su impacto en la motivación hacia el estudio de la lengua. MENDIVE Revista de Educación, 16 (4), 610-623. Disponible en: http://mendive.upr.edu.cu/index.php/MendiveUPR/article/view/1462
  2. Álvarez, J. (2010). La evaluación psicopedagógica. Revista Digital Para Profesores de la Enseñanza, 7. Disponible en: https://maristas.org.mx/gestion/web/articulos/evaluacion_psicopedagogica.pdf
  3. Cáceres, M., Gómez, L. y Zúñiga, M. (2018). El papel del docente en la evaluación del aprendizaje. Conrado, 14 (63). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1990-86442018000300196
  4. Córdoba, F. (s.f.). La evaluación de los estudiantes: una evaluación abierta. Revista Iberoamericana de Educación. Disponible en: https://rieoei.org/historico/deloslectores/1388Cordoba-Maq.pdf
  5. Hortbath, J. y Gracia, M. (2014). La Evaluación Educativa en México. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, 9 (19, 59-85.
  6. Martínez, G. (2020). Los docentes de educación básica en México ante el COVID-19 ¿La emergencia como principio de innovación docente?. COMIE. Disponible en: http://www.comie.org.mx/v5/sitio/2020/05/26/los-docentes-de-educacion-basica-en-mexico-ante-el-covid-19-la-emergencia-como-principio-de-innovacion-docente/
  7. Martínez, F. y Blanco, E. (2010). La Evaluación Educativa en México: Experiencias, Avances y Desafíos. Educación, los grandes problemas de México, 89-123. Disponible en: http://www.fmrizo.net/fmrizo_pdfs/capitulos/C%20047%202010%20Evaluacion%20Educativa%20en%20Mexico_FMR-EB%20COLMEX.pdf
  8. Millares, P., Maquilión, J., Hernández, F. y García, A. (2012). Dificultades de las prácticas docentes de innovación educativa y sugerencias para su desarrollo. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 15 (1), 19-26. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/2170/217024398001.pdf
  9. UNESCO. (2020). Liderar el ODS 4- Educación 2030. Disponible en: https://es.unesco.org/themes/liderar-ods-4-educacion-2030.
10 October 2022
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