La Esquizofrenia Y Su Complejidad Dentro Del Mundo De Los Trastornos Mentales

Introducción

La esquizofrenia se encuentra dentro del grupo de los trastornos mentales, ha sido analizada y estudiada a profundidad desde muchos años atrás. Este trastorno mental se ha podido reconocer desde hace muchos años, dentro de la sociedad en las diversas culturas; es una enfermedad mental llena de mitos y que a la final termina siendo bastante compleja que a pesar de todos los estudios que se han realizado sobre dicha enfermedad aún no se han encontrado causas precisas de su origen y mucho menos una cura para esta. Pero gracias a los avances y creación de distintas técnicas y modelos de intervención, además de los avances en la medicina y creación de medicamentos, se ha podido tratar este trastorno por medio de intervenciones tanto terapéuticas y farmacológicas.

La sociedad todavía no ha logrado aclarar las dudas sobre el origen y naturaleza de dicho trastorno, y la precisión de su etiología, lo que a la final sigue siendo un gran reto para la sociedad científica. Gracias a la aplicación de los fárdmacos cada vez más eficientes y eficaces, además de las nuevas aportaciones de las terapias psicológicas y sociales, se ha conseguido disminuir los efectos que produce dicha enfermedad y brindar una mejor calidad de vida a los pacientes (Belloch, Sandín, & Ramos, 1995)

Desarrollo

Según la OMS, “la esquizofrenia se caracteriza por un desorden principal de la personalidad, una distorsión del pensamiento, delusiones bizarras, percepciones alteradas, respuestas emocionales inapropiadas y un grado de autismo. Dichos síntomas se experimentan cuando la persona se encuentra absolutamente consciente y además demuestra una capacidad de intelecto conservada (Berdasco Berdasco, Pérez Aguilera, Barranco Martos, Vargas Fernández, & Casas Rodríguez, 2010).

A lo largo de las décadas han existido diferentes autores que han definido a este trastorno de la esquizofrenia, entre ellos tenemos:

Emilio Kraepelin, considerado como el “definidor” fue el primer psiquiatra en conceptualizar la esquizofrenia, este profesional de la psiquiatría realizó una descripción detallada de los síntomas que pudiese presentar la esquizofrenia, entre ellos están: las alteraciones del pensamiento, alteraciones de la atención, alteraciones emocionales, negativismo, conducta estereotipada y alucinaciones. Este trastorno fue considerado por el autor como “demetia praecox” el cual tenía una concepción unitaria en la que se reunía varios trastornos descritos anteriormente, como: catatonía (descrito por Kahlbaum), demencia paraniode (descrito por Sander) y hebefrenia (descrito por Kecker) (Belloch, Sandín, & Ramos, 1995).

Por otro lado, Bleuler clasificó de nuevo este trastorno, en el que alega que una de las características más llamativas es la desintegración de las diferentes funciones psíquicas y no tanto la progresión hacia un estado latente. Consideró este síndrome no como una progresión hacia la demencia, sino como una situación particular caracterizada principalmente por el trastorno de la asociación y por el desdoblamiento de las funciones básicas de la personalidad; destaca que en la esquizofrenia no falta la afectividad y que tiene más importancia de lo que se pensó (Arieti, 1965).

Adolfo Meyer alegó que la demencia praecox es resultado de una acumulación de desórdenes habituales o hábitos falsos de reacción, en donde el individuo no es capaz de enfrentarse a los problemas y dificultades de la vida y tiene que encararse con los fracasos; a esto Meyer lo llamó reacciones sustitutivas. Meyer tuvo razón en considerar a la esquizofrenia como un ajuste patológico progresivo (Arieti, 1965).

Carlos Jung fue el primero que contribuyó de manera sobresaliente a la esquizofrenia. Concibe la posibilidad de un mecanismo psicosomático en la enfermedad metal. Según Jung no es un trastorno orgánico el que produce el desorden psíquico; todo lo contrario, el desorden emocional produce un metabolismo anormal que causa daños físicos al cerebro; también manifestó que la base de nuestra personalidad es la afectividad. Desde su pensamiento la esquizofrenia se debía a una fuerza no habitual, y que un número habitual de tendencias atávicas no se ajustan a la vida moderna (Arieti, 1965).

Diagnóstico de la esquizofrenia

Para establecer un diagnóstico se establece que deberá pasar un mínimo de seis meses para poder diagnosticar esta enfermedad; esta enfermedad se diagnostica por sus efectos y por el comportamiento del paciente (Berdasco Berdasco, Pérez Aguilera, Barranco Martos, Vargas Fernández, & Casas Rodríguez, 2010).

Los criterios de diagnósticos son:

Tener dos o más síntomas de los que se presentan a continuación:

  • alucinaciones
  • ideas delirantes
  • lenguaje desorganizado
  • síntomas negativos
  • comportamiento catatónico o desorganizado (Berdasco Berdasco, Pérez Aguilera, Barranco Martos, Vargas Fernández, & Casas Rodríguez, 2010).

Este trastorno suele empezar al final de la adolescencia y a principios de la edad adulta la media de la edad suele ser a los 23 años en los varones y 28 en las mujeres. Afecta aproximadamente al 1% de la población (Lieberman, Stroup, & Perkins, 2010).

Las observaciones realizadas mediante estudios longitudinales y transversales han llevado a la concepción de dos ámbitos psicopatológicos de síntomas reproducibles: el de los síntomas positivos y el de los síntomas negativos. Los síntomas positivos son las alucinaciones, ideas delirantes, leguaje desorganizado, comportamiento y síntomas catatónicos; mientras que los síntomas negativos son embotamiento afectivo, pobreza de lenguaje, anhedonía y abulia (Lieberman, Stroup, & Perkins, 2010).

Aporte personal

El esquizofrénico suele presentar una personalidad pre mórbida con rasgos esquizoides o paranoides, es decir el sujeto va desarrollando ideas y conductas extrañas, aislamiento social, pérdida de interés, problemas escolares o laborales, etc., los cuales pueden llegar a ser incapacitantes (Cuevas, 2006).

La esquizofrenia ha sido y sigue siendo un tema lleno de incertidumbre, ya que, debido a la falta de información sobre su origen complejo, además de que se desconozcan sus causas y una posible cura, crea preocupación en la sociedad. Una vez que se haya manifestado el trastorno en un individuo, este comienza a perder progresivamente sus funciones y capacidades. Las personas que sufren esta enfermedad manifiestan síntomas terroríficos, comienzan a escuchar voces, pueden llegar a pensar que alguien más puede controlar o manejar su mente, que alguien está conspirando contra él.

La gravedad de la enfermedad puede llegar a incapacitar de alguna manera a una persona, debido a que los síntomas con el paso del tiempo se vuelven más y más severos, tanto el tratamiento terapéutico como el tratamiento farmacológico son de vital importancia para el control de dichos síntomas, pero estos tratamientos deben seguirse al pie de la letra.

Una de las causas muy importante para el posible desarrollo de la esquizofrenia es el componente hereditario, ya que si un pariente cercano con dicho trastorno puede aumentar las posibilidades de que a la persona pueda adquirir esta enfermedad. Se debe indagar los antecedentes familiares para tener una idea más clara acerca de la enfermedad.

Por otro lado, el factor ambiental en el que se desarrolle un individuo es fundamental para el desarrollo de dicha enfermedad, si bien un individuo puede desenvolverse adecuadamente en alguna parte de su vida evolutiva, puede ir presentando algunos síntomas a medida que vaya evolucionando.

Conclusión

El hecho de abordar esta enfermedad tan compleja, llena de estigmas sociales y culturales, que a pesar de todos los estudios y esfuerzos por encontrar tanto las causas como una cura, nos hace reflexionar sobre el papel de la ciencia en dichos estudios, si bien ha habido muchos avances en el ámbito científico en relación con este trastorno, la esquizofrenia sigue siendo un tema lleno de incertidumbre. En general la esquizofrenia supone un desorden o anormalidad en la estructura y fisiología del cerebro, lo que produce estas alucinaciones y pensamientos irracionales. La persona no puede ejecutar de manera organizada muchas actividades lo que produce desconcierto y caos en su conducta.

Bibliografía

  • Arieti, S. (1965). INTERPRETACIÓN DE LA ESQUIZOFRENIA. (R. Brunner, Ed., & E. Riesco de Valdivieso, Trad.) Calabria, Barcelona: LABOR S. A. Recuperado el 24 de abril de 2019
  • Belloch, A., Sandín, B., & Ramos, F. (1995). MANUAL DE PSICOPATOLOGÍA. Volumen 2 (Vol. 2). Aravaca , Madrid: Lavel, S. A. Indistria Gráfica.
  • Berdasco Berdasco, N., Pérez Aguilera, M. M., Barranco Martos, A., Vargas Fernández, D., & Casas Rodríguez, R. (2010). TUTORIAL DE ENFERMERÍA (Vol. 2). Humades de Madrid, Madrid: PUBLICEP S. L. Recuperado el 24 de Abril de 2019
  • Cuevas, A. M. (2006). Relación entre personalidad y esquizofrenia: Modelo de Cloninger. Pensamiento Psicológico, 2. Recuperado el 24 de Abril de 2019, de https://search-proquest-com.ucuenca.idm.oclc.org/docview/750061875/239EBEA001CC4BE4PQ/3?accountid=36749
  • Lieberman, J., Stroup, S., & Perkins, D. (2010). TRATADO DE ESQUIZOFRENIA. (L. Editores, Ed., E. Carreras Goicoechea, M. Codony Bodas, E. Morós Marín, O. Rafart de Nadal, F. Rodríguez Vida, & M. Vinaixa Crevillent, Trads.) Barcelona, España: Grupo Ars XXI de Comunicación, S. L. Recuperado el 24 de Abril de 2019
18 Jun 2021
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