La Guerra Civil Española: Franco Contra la República
Biografía de Francisco Franco
Ficha personal:
- Nombre: Francisco Franco
- Nace: 4 de diciembre de 1892
- En: Ferrol
- Muere: 20 de noviembre de 1975
- Categoría: Política
- Francisco Franco Bahamonde, conocido como Francisco Franco o simplemente Franco, fue un militar dictador español, jefe del Estado durante la dictadura de 1939-75. Golpista integrante del pronunciamiento militar de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española.
Vida y trayectoria
Miembro de una familia de tradición militar, por lo que en 1907 comienza sus estudios en la Academia Militar de Toledo, recibiendo tres años más tarde el grado de segundo teniente de infantería. Tras su graduación solicitó como destino Marruecos, donde permaneció entre 1912 y 1926, con breves interrupciones. Fue ascendiendo de rango militar muy rápidamente y en 1923 era ya jefe de la Legión, y en 1926 se convirtió en el general más joven de Europa. Dos años después era nombrado director de la Academia Militar de Zaragoza por el dictador, cargo que ocuparía hasta que en 1931 -con motivo de la proclamación, el 14 de abril, de la Segunda República -el ministro de la Guerra Manuel Azaña clausuró la institución castrense.
Participó en la represión de la Revolución de Asturias (1934), fue comandante en jefe del ejército español en Marruecos (1935) y jefe del Estado Mayor Central (1936). Franco se sumó a la conspiración preparada por varios militares para sublevarse contra la República en julio de 1936 (pronunciamiento militar de 1936) y fracasado el golpe de Estado, se abrió una guerra civil que duraría tres años y que llevaría a Franco al poder el 1 de octubre de ese mismo año como jefe político y militar del bando sublevado.
Tras el golpe de Estado, la geografía española quedó dividida en dos zonas: la que permaneció fiel a la República y la que cayó en manos de los sublevados. Las simpatías de Hitler y Mussolini estaban con el generalísimo, lo que pesó positivamente en la elección y dio lugar a la victoria que Franco consiguió el 1 de abril de 1939.
El 19 de abril de 1937 se promulgaba el Decreto de Unificación por el que la Falange Española y de las JONS se unía con los tradicionalistas, surgiendo la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, partido único del que Franco sería el líder sin duda.
En enero de 1938 se proclama Jefe del Estado, presidiendo el día 30 de enero su primer gobierno. Terminada la guerra civil, Franco impuso en toda España un nuevo régimen de dictadura inspirado en los fascismos de Hitler y Mussolini.
Las fuerzas nacionalistas en la Guerra Civil pusieron la cifra de 500.000 muertos reconocidos, incluyendo tanto combatientes como civiles y provocó el exilio de cerca de 400.000 españoles al extranjero de los cuales se calcula que 200.000 permanecieron en un exilio permanente.
El 23 de octubre de 1940 se entrevista con Hitler en Hendaya y consigue retrasar su entrada en guerra, a cambio del envío de la ‘División Azul’ para la lucha en tierras soviéticas.
El fin de la II Guerra Mundial. En 1945 con la victoria de los aliados llevará a la recién creada ONU ordenar a sus miembros la retirada de sus embajadores en España, debido al apoyo de Franco a los vencidos. Ese mismo año, Francia cierra sus fronteras pirenaicas con España.
La ideología del franquismo se ha definido como nacional catolicismo destacando su nacionalismo centralista y la influencia de la Iglesia en la política y demás ámbitos de la sociedad. En lo económico, optó por una política de autarquía que hundió a España en el estancamiento y el atraso, en contraste con la recuperación que vivía el resto de Europa. Pero la idea de reforzar la alianza con Estados Unidos desembocó en una progresiva liberalización económica a partir del Plan de Estabilización de 1959.
En los años 60 la situación económica en España comenzó a prosperar, sin embargo, los sucesivos cambios sociales hicieron inviable su continuidad una vez muerto el general. Franco vio rechazados sus intentos de integrar a España en la Comunidad Económica Europea (actual Unión Europea), la OTAN o el Consejo de Europa.
Finalmente, el 20 de noviembre de 1975 fallecía en el madrileño Hospital de la Paz. Dos días después las Cortes designaban rey de España a don Juan Carlos de Borbón con el nombre de Juan Carlos Idando lugar a un periodo de transición.
Guerra Civil Española
La Guerra Civil española (1936 a 1939) fue el conflicto más sangriento que Europa occidental había experimentado desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1918.
Fue un caldo de cultivo para cometer atrocidades en masa. Aproximadamente 200,000 personas murieron como resultado de asesinatos sistemáticos, violencia de las turbas, tortura u otras brutalidades.
La guerra desplazó a millones de españoles. En 1939, aproximadamente 500,000 refugiados huyeron a Francia, donde muchos de ellos serían confinados a campos de prisioneros. 15,000 republicanos españoles terminaron en campos de concentración nazis después de 1940.
El comienzo del conflicto
La Guerra Civil española comenzó el 17 de julio de 1936, cuando los generales Emilio Mola y Francisco Franco iniciaron una sublevación para derrocar a la República elegida democráticamente. Los esfuerzos iniciales de los rebeldes Nacionalistas por instigar revueltas militares en toda España solo se lograron parcialmente. En áreas rurales con una fuerte presencia política derechista, los confederados de Franco generalmente ganaron. Ellos asumieron rápidamente el poder político e instituyeron la ley marcial. En otras áreas, particularmente en ciudades con sólidas tradiciones políticas izquierdistas, las revueltas se toparon con una fuerte oposición y a menudo fueron mitigadas. Algunos oficiales españoles siguieron leales a la República y se negaron a unirse a la sublevación.
Ayuda externa y no intervención
Dentro los primeros días de la sublevación, la República y los Nacionalistas pidieron ayuda militar extranjera. Inicialmente, Francia se comprometió a apoyar la República española, pero pronto se retractó de su oferta para perseguir una política oficial de no intervención en la guerra civil. Gran Bretaña rechazó inmediatamente el llamado de ayuda de la República.
Enfrentando una posible derrota, Franco pidió ayuda a la Alemania nazi y a la Italia fascista. Gracias a su apoyo militar, Franco pudo transportar por aire a las tropas de Marruecos español a tierra firme para continuar su ataque a Madrid. Durante los tres años que duró el conflicto, Hitler y Mussolini proporcionaron apoyo militar crucial al Ejército Nacionalista Español.
Aproximadamente 5,000 efectivos de la fuerza aérea alemana sirvieron en la Legión Cóndor, que proporcionó apoyo aéreo para los ataques coordinados a tierra contra posiciones Republicanas y llevó a cabo bombardeos aéreos en las ciudades republicanas. El más infame de estos ataques fue el 26 de abril de 1937, cuando aviones alemanes e italianos arrasaron la ciudad vasca Guernica en un ataque que duró tres horas y que mató a más de 200 civiles. La Italia fascista suministró 75,000 tropas además de sus pilotos y aviones. España se convirtió en un laboratorio militar para probar el armamento más nuevo en condiciones de batalla.
El conflicto español generó rápidamente un terror mundial de que podría explotar una guerra por toda Europa. En agosto de 1936, más de dos docenas de naciones, incluyendo Francia, Gran Bretaña, Italia, la Alemania nazi y la Unión Soviética, firmaron un Acuerdo de no intervención en España. Los últimos tres signatarios violaron abiertamente el acuerdo. Italia y Alemania siguieron aprovisionando a las fuerzas de Franco, mientras la Unión Soviética proporcionó asesores militares, tanques, aviones y otros pertrechos de guerra a la República. Algunos eruditos argumentan que el Acuerdo de no intervención benefició a Franco, que compraba armamento a crédito a sus aliados mientras la República tenía que pagar moneda fuerte a los traficantes de armas para obtener, con frecuencia, armas anticuadas y buscar maneras de transportarlas al país embargado.
En Estados Unidos, la administración de Roosevelt decidió no intervenir oficialmente en el conflicto, aunque el Presidente intentó proporcionar clandestinamente alguna ayuda a la República sitiada después de 1937. La Guerra Civil española dividió la opinión pública americana entre quienes apoyaban a la República y quienes condenaban a las fuerzas de la República por atacar a la Iglesia Católica. El aislacionismo también demostró ser una motivación efectiva de no intervención. Los temores de guerra y los conflictos extranjeros ayudaron a dar forma a la política estadounidense en la década de 1930.
Para muchos liberales e izquierdistas en todo el mundo, la Guerra Civil española representaba un ensayo con vestuario de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto sin resolver entre las fuerzas de la democracia y el fascismo. A mediados de los 1930, el fascismo y el autoritarismo parecían estar aumentando en Europa. En 1936, cuando Franco inició su rebelión, los regímenes derechistas tenían el poder en Alemania, Italia, Hungría, Rumania, Polonia, Portugal, Finlandia, Austria y Grecia. Había partidos políticos abiertamente pro fascistas y pro nazis en muchos otros países, incluso Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Entre 35,000 y 40,000 voluntarios de más de 50 países se apresuraron a unirse a las Brigadas Internacionales para defender a la República. Un número menor de reclutas extranjeros se unió a las fuerzas de Franco.
Violencia masiva
La Guerra Civil española provocó violencia política masiva de ambos lados, en el campo de batalla y en las calles de la ciudad. Los nacionalistas incluyeron monarquitas ultra reaccionarios (carlistas), fascistas (falangistas), así como conservadores tradicionales, que consideraban a los partidarios de la República ‘ateos bolcheviques’ (comunistas) que debían ser erradicados con el fin de crear una nueva España. El ejército franquista también incluyó tropas árabes de Marruecos. Los rebeldes describían la lucha como una ‘cruzada’, ‘guerra santa’, contra una conspiración ‘judeo-masónica-bolchevique’. La propaganda antisemita, incluyendo la célebre obra de ficción, los Protocolos de los Sabios de Sión, circulaba en todo el territorio retenido por los Nacionalistas. Los Nacionalistas también intentaron combatir el nacionalismo vasco y catalán, considerados una amenaza a la unidad nacional.
Las fuerzas republicanas (lealistas) también incluían un amplio espectro de posiciones políticas desde demócratas moderados, liberales y socialistas hasta izquierdistas más radicales, como comunistas (tanto estalinistas como trotskistas) y anarquistas. En ocasiones, esta coalición degeneró en violencia mutuamente destructiva.
La Guerra Civil demostró ser un caldo de cultivo para cometer atrocidades en masa, llevadas a cabo por beligerantes ansiosos por erradicar a sus oponentes ideológicos. Aproximadamente 500,000 personas perdieron la vida en este conflicto. De ellos, aproximadamente 200,000 murieron como resultado de asesinatos sistemáticos, violencia de las turbas, tortura u otras brutalidades. Los anarquistas y otros radicales con frecuencia ventilaban su ira contra el clero católico, a quien consideraban un obstáculo para las reformas importantes. Casi 7,000 sacerdotes, frailes y monjas fueron asesinados, principalmente durante los primeros meses de la revuelta. Para mayo de 1937, la mayoría de los asesinatos en masa de sacerdotes, perpetrados por izquierdistas radicales, había disminuido. Las fuerzas franquistas también asesinaron a integrantes del clero de pensamiento liberal o lealistas.
Los Nacionalistas libraron una guerra brutal contra los partidarios de la República. Las mujeres de la República fueron violadas o humilladas públicamente al afeitarles las cabezas. Para 1940, más de 500,000 personas fueron reunidas y enviadas a casi 60 campos de concentración. Grandes números de prisioneros fueron reclutados para realizar trabajos forzados o para combatir en el ejército de Franco o fueron juzgados por tribunales militares.
Durante la guerra, 100,000 personas fueron ejecutadas por los Nacionalistas; después de que la guerra terminó en la primavera de 1939, otras 50,000 fueron asesinadas. La Ley marcial siguió vigente en la España franquista hasta 1948 y los ex republicanos fueron sometidos a diversas formas de discriminación y castigo.
Consecuencias: el desplazamiento interno y los refugiados españoles
La guerra y la persecución dieron como resultado varios millones de españoles desplazados. Muchos huyeron de las áreas de violencia para buscar refugio en otros lugares. Solo algunos países, como México y la República Dominicana abrieron sus puertas a los refugiados españoles. Cuando la Guerra Civil terminó en 1939 con la victoria de Franco, aproximadamente 500,000 Republicanos españoles escaparon a Francia, donde muchos fueron colocados en campos de prisioneros en el sur, como Gurs, St. Cyprien y Les Milles.
Después de la derrota alemana de Francia en la primavera de 1940, las autoridades nazis reclutaron a los Republicanos españoles para realizar trabajos forzados y deportaron a más de 30,000 a Alemania, donde aproximadamente la mitad de ellos terminó en campos de concentración. Aproximadamente 7,000 de ellos fueron encarcelados en Mauthausen; más de la mitad de ellos murió en el campo.