La Importancia Del Maltrato Infantil Y Su Influencia En El Rendimiento Academico
Actualmente, vivimos en un mundo donde abunda la violencia, y en el que, desafortunadamente, no se escapan los niños. El maltrato infantil (MI) es un problema mundial que cada vez está más presente en nuestros días. Por ello, es necesario difundir la gravedad que tiene este problema, con la finalidad de prevenirlo, y poder evitar, así mismo, las consecuencias y los efectos que tiene sobre las personas.
El MI es un problema universal, que puede arruinar su desarrollo y mantener secuelas durante mucho tiempo. Este problema, se ha ido desarrollando a lo largo de los años, y ha sido justificado de diferentes formas. En la historia, 400 a.C., Aristóteles decía: “un hijo o un esclavo son propiedad, y nada de lo que se hace con la propiedad es injusto”. Así mismo, el Códice Mendocino describe la existencia de varios castigos que se aplicaban en los pequeños, como eran pincharlos, quemarles el pelo, no darles de comer, etcétera.
En cuanto a los datos y cifras reflejados por la Organización Mundial de la Salud “se calcula que hasta 1000 millones de niños entre 2-17 años en todo el mundo fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en el último año”.
Al mismo tiempo, existen varios tipos de maltrato infantil (físico, sexual, psicológico, emocional, negligencia, escolar), que conllevan a una serie de indicadores tanto por parte del agredido como del agresor, que nos permiten acreditar si los menores han sufrido o sufren maltrato, y de esta forma, poder intervenir.
El MI puede darse en diferentes entornos, aunque como se indica en el Periódico de Aragón, “el 80 % de las agresiones se producen en el entorno cercano de los niños, lo que puede abarcar no sólo a la familia sino también a los amigos de los padres, colegios o equipos deportivos”.
Los niños que son maltratados, pueden llegar a tener graves consecuencias, como son, complicaciones de salud (desnutrición, daño cerebral…), dificultades sociales, conductas de comportamiento agresivas, trastornos con el consumo de alcohol y otras drogas, entre otras. Además, el niño se ve afectado en su rendimiento académico, ya que le genera grandes problemas en su aprendizaje. El rendimiento escolar del niño, no solo depende de la escuela, sino que influyen, además, todos los ambientes por los que está rodeado, destacando el de mayor importancia, que es la familia. Al mismo tiempo, Tourón (1985) afirma: “En términos educativos, el rendimiento es un resultado, ordinariamente un resultado del aprendizaje, suscitado por la actividad educativa del profesor, y producido en el alumno, aunque es claro que no todo aprendizaje es producto de la acción docente”(p.1). Esto se produce porque su entorno cercano, como son los padres o tutores, no se hacen cargo del niño, es decir, están más pendientes de ellos mismos que de sus hijos, lo que hace que este descuido hacia el menor se vea reflejado en el ámbito escolar. Además, pueden influir otros factores como pueden ser el clima afectivo en la familia, el nivel socioeconómico y educativo, el uso de sustancias, las familias en situación de riesgo, entre otros. No obstante, cuando al centro educativo llegan niños que sufren maltrato, los maestros deben realizar un seguimiento y se ponerse en contacto con la familia, con el objetivo de evitar que la gravedad proceda, llevando a cabo diversos procedimientos, como por ejemplo, realizando actividades de prevención, como pueden ser talleres reflexivos con los padres, estimulando la autoconfianza y autoestima de los niños, etcétera. Para ello, los padres también deben poner de su parte, poniendo interés en la vida de sus hijos, y ofreciéndoles el respeto que se merecen, así como darse cuenta del riesgo que conlleva este problema en el desarrollo.
Finalmente, a modo de conclusión, el MI puede tener efectos graves, que persisten durante mucho tiempo en los infantes, afectando en su desarrollo social, y escolar. Por tanto, considero que el maltrato es un tema muy importante y necesario de estudiar, ya que cada vez son más las cifras de niños que lo sufren. Además, el objetivo que pretendo conseguir, es intentar concienciar a las personas de la enorme gravedad que tiene la existencia de este comportamiento, tanto en las víctimas que lo sostienen como en los agresores que lo provocan, así como de los resultados que conlleva. A día de hoy, existen muchos servicios y apoyos, así como sistemas de información y asociaciones, que pretenden reducir estas cifras, ofreciendo ayuda y llevando a cabo protocolos con el fin de cuidar a los menores y a sus alrededores, si también lo requiere la situación.
Tras esto, opino, que si somos conscientes de todo lo que crea este problema, poco a poco, conseguiremos que la violencia disminuya.