La Libertad Religiosa Y El Problema En La Educación
«…no es suficiente ser libre para hacer lo que ya eres.Debes también ser libre para «convertirte en» lo que tu conciencia exige de ti.» (Gatt & Pallares, 2018)
El presente ensayo pretende analizar el problema que enfrentan los niños, niñas y adolescentes al ejercer su derecho a la libertad religiosa mientras son educados. En nuestro país, el derecho a la libertad religiosa se otorga a todas las personas el artículo 24 de nuestra Constitución (CPEUM, 1917). Dicho texto constitucional establece que “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la Y en su artículo primero especifica que se le reconocerán los derechos que emanan de la Constitución a todos sin importar la edad.
A continuación, se analizarán las implicaciones del derecho a la libre religión en menores, los obstáculos, las consecuencias y la posible solución. Partiendo de la hipótesis de que para que este derecho se lleve a cabo, deben ampliarse las oportunidades de búsqueda, cuestionamiento y desarrollo en los niños, niñas y adolescentes.
La religión ha acompañado al ser humano desde hace ya unos 5,000 años antes del presente en su forma politeísta y no es por casualidad, que dicha fecha coincida con la de los primeros reinos, la escritura y el dinero (Harami, 2014), ya que ha tomado uno de los más influyentes lugares en la vida humana. Al pretender definirla nos encontramos un problema, pues habría tantas acepciones como religiones, cada una con sus puntos de vista, acepciones y creencias, estando entre ellas las 5 mayores y ampliamente conocidas: Cristianismo, Islam, Judaísmo, Hinduismo y Budismo. Los cinco padres formadores del hombre contemporáneo de manera internacional.
Sin embargo, muchos autores se atreven a definirla, por ejemplo, Georges Bataille (1973) quien en su Teoría de la Religión, la define de la siguiente manera:“La religión es el cuestionamiento de todas las cosas.
Las religiones son los edificios que han formado las respuestas variadas: a cubierto por esos edificios, continúa un cuestionamiento desmedido”.Por otro lado, Fernando de Orbaneja (2013) señala que no se puede definir la religión como la relación entre Dios y el hombre, como muchos autores lo hacen, ya que “Una institución social formada por un conjunto de personas unidas por unas creencias comunes y por el cumplimiento de una serie de ritos y normas”.Dicha acepción es terriblemente errónea para creyentes cristianos, ya que el cristianismo se encuentra dentro de las religiones reveladas por Dios, en conjunto con el judaísmo y el islam. Por lo que afirman que su religión no fue formada por personas, sino por Dios.
Por otro lado, Erich Fromm (1983) habla sobre los fines de la religión apoyada en la tradición judeocristiana y sobre cómo tiene una doble función: la de “explicar el mundo de la naturaleza” y la de “impartir principios morales, es decir, una ética”. Si buscamos definiciones religiosas, podremos encontrar acepciones más inclinadas a hacer referencia a la moralidad que guarda cada religión, series de principios, creencias, maneras de alcanzar un fin y respuestas. O quizás, como la Biblia definiría a las demás religiones: “De nada sirve que me estén adorando, porque enseñan doctrinas que son mandatos de hombres” (Marcos 7:7) .Sin embargo, el enfoque del presente ensayo pretende, o al menos intenta, conservar una percepción mucho más jurídica (y quizás algo filosófica), además de aportar un poco del punto.
Ahora, en el terreno de la libertad, es bien sabido que aquella va más allá de hacer lo que cada uno deseé y que se acerca más al derecho de tomar decisiones dentro de las posibilidades, debido a la capacidad humana de razonar.Incluso me atrevería a decir que el Estado, al reconocer el derecho a la libertad, debe no solo respetar las decisiones de los individuos, sino fomentar la capacidad de ampliar esta gama de posibilidades para poder ejercer este derecho.Es sumamente trágico, pero en nuestro país existen jóvenes que se encuentran ante la necesidad de sobrevivir y entre sus reducidas opciones para hacerlo la mayoría, si no es que todas, se orientan hacia el delito, como es la delincuencia organizada.
Ante dicha situación resulta imposible ejercer su derecho de ser libres, ya que sus posibilidades son absurdas y son obstáculos para realizarse como ser humano.Charles Malik señala que “…una manifestación de la dignidad de la persona implica la posibilidad de hacer suya, a través de la toma de postura libre, las exigencias de lo que implica su propio ser persona humana” (Gatt & Pallares, 2018), identificando con esta postura, la libertad de pensamiento.El diplomático libanés, que en carne propia vivió injusticias realizadas por seguidores nazis en Alemania del siglo pasado, busca dotar a la persona de individualidad, para así, rescatarla de las masas y que pueda SER, lo que implica conservar la propia humanidad.Además de evitar conflictos como los ya sufridos por ideologías impuestas o difundidas de manera manipuladora.
Por lo tanto, la libertad religiosa es algo mucho más importante, verdadero y completo que únicamente ejercer libremente una religión y que se nos permita la exteriorización de creencias.El mismo diplomático libanés señala que la libertad religiosa va más allá y permite al individuo, decidir desde lo más profundo de su ser. Es decir, la libertad religiosa permite ser y hacerse cada instante.Para que exista plenamente la libertad religiosa, se debe permitir la transformación de parecer del individuo, ya que en el ser humano lo único seguro es el constante cambio. Por lo que la oportunidad de buscar distintos puntos de vista y conocer ideas y terrenos diferentes debe ser permitido.