La Libertad Según El Filósofo John Stuart Mill
John Stuart Mill describe a la libertad como uno de los aspectos más importantes en la vida del ser humano, para que este logre vivir en sociedad, pero paradójicamente para lograr convivir con los demás se necesitan ciertas limitaciones de estas libertades. No existe un solo tipo de libertad, sino que siempre la “libertad” va con apellido por ejemplo la libertad moral, ética, religiosa, constitucional, etc. Generalmente las libertades que más se hablan hoy en día son dos, la libertad del ámbito público, que son las libertades que nos dan las leyes, sea el código civil, constitución, las cuales nos restringen o nos guían para poder tener una buena convivencia entre los ciudadanos, la otra es la libertad de expresión la cual está más ligada al ámbito privado en el que tenemos “total” libertad de expresar y entender nuestras ideas personales, pero también esto no significa que debamos guardar silencio con nuestras opiniones, siempre es bueno expresarlas de la manera correcta incluso Mill da razones para defender una libertad de expresión extensa las cuales se pueden ver reflejadas en las siguientes citas:
“Negarse a oír una opinión, porque se está seguro de que es falsa, equivale a afirmar que la verdad que se posee es la verdad absoluta.” (Mill, 2018, p.82) Mill asegura que negarse a una discusión implica suposición de infalibilidad.
“Si la opinión es verdadera, se les priva la oportunidad de cambiar el error por la verdad y si errónea; pierde un beneficio no menos importante: la más clara percepción y la impresión más viva de la verdad, producida por su colisión del error.” (Mill, 2018, p.82) John Stuart Mill pone dos casos, primero que la opinión sea verdadera, si sucede esto, se pierde la oportunidad de cambiar este error por esta verdad, dejando el error por mucho más tiempo. El segundo caso es si la opinión sea errónea, con esto si se niega la opinión se pierde la capacidad de análisis que puede desarrollar el ser humano y se pierde la oportunidad de desarrollar una verdad más “completa”, ya que generalmente la opinión silenciada suele tener cierto grado de verdad y como rara vez la opinión esta completa, es gracias a colisiones de verdad que se puede llegar a estar completa.
Desde hace un par de años, se esta viviendo lo que muchos llaman “La cuarta revolución industrial” la cual consiste en toda esta automatización de la manufactura, esto se puede ver día a día en los supermercados en los cuales cada vez hay menos personal, en los bancos, tiendas e incluso autopistas, mientras más pasa el tiempo menos personas están encargadas de ciertas tareas, pero la cuarta revolución no solo trajo una automatización en algunas manufacturas, sino que también cambio la forma de comunicación entre personas, ya no se envían cartas, o se hacen llamadas telefónicas en los teléfonos públicos, sino que todo esto se cambió por el email, mensajes por WhatsApp, llamadas/videollamadas a través del celular provocando un nuevo fenómeno en el cual los seres humanos cada vez pierden más la empatía hacia las otras personas porque estas ya no se comunican de frente, sino que más bien lo hacen entre pantallas, perdiendo así la comunicación “cara a cara” y ganando cierto anonimato en el internet. Como consecuencia de esta pérdida de empatía se esta viendo mucha más agresividad en opiniones, discursos de odio, acoso y el refugio en la frase de “Soy libre de expresar lo que quiera” y si alguien les dice que lo que opinan está mal se les esta vulnerando su libre expresión, generando así una confusión, porque al no dejar que se “expresen” libremente se les esta negando una libertad tan esencial para Mill, entonces ¿Existe una manera de compatibilizar la libertad de pensamiento, expresión y discusión con la promoción de una sociedad democrática y tolerante? Totalmente ya que esto se logra educando a las personas, hay que enseñarles que la libertad de expresión también tiene límite.
Todos tenemos libertad de expresión, es algo natural del hombre y una de sus libertades más fuertes, pero esto no significa que esta libertad no tenga límites, porque si no tuviera límites no se podría vivir en sociedad, estaríamos constantemente pasando a llevar a las demás personas, es por este motivo que esta libertad tiene límites, pero en el caso de que esta persona esté efectuando un discurso de odio ¿Se debe reaccionar de la misma manera? No, toda forma de violencia no está justificada por malévolo o frívolo que pueda ser su discurso no se puede usar la violencia física ni psicológica, pero tampoco esto significa que se deba aceptar las conductas de ciertas personas, podemos expresar nuestro disgusto hacia esta persona y alejarnos de ella, pero por ningún motivo se puede perturbar su vida. Esto tiene un motivo según Mill que esta expresado en la siguiente cita “Debemos reflexionar que ya soporta, o soportará, toda la penalidad de su error, que ella arruine su vida por una conducta equivocada es razón para que nosotros deseemos extremar más todavía su ruina” (Mill, 2018, p.156)
Con la cita anterior, Mill expresa que esta persona que ejerció su discurso de odio ya tendrá que asumir/soportar las consecuencias de este en algún momento y que nosotros como personas no debemos extremar más su condena y/o castigo.
Si una persona suele expresar odio, resentimiento, racismo o cualquier forma de violencia, se debe tratar a esta persona con piedad y no con resentimiento u odio, esto es porque de esta manera se le puede educar mucho más fácil sobre la libertad de expresión, se le puede hacer ver que su conducta no es la correcta y que existen mejores formas de expresarse. John Stuart Mill describe como lograr mostrarle los daños que su conducta le pueden traer “En lugar de desear su castigo, debemos más bien tratar de aliviárselo, mostrándole cómo puede evitar o curar los males que su conducta acarrea. Esta persona puede ser para nosotros objeto de piedad, quizá de aversión, pero no de irritación o resentimiento.” (Mill, 2018, p.156)
Sin embargo, la “opinión” que se intenta suprimir puede ser verdadera, porque negarse a oír una opinión suele generar una falsa creencia de verdad absoluta, estando en contra de lo que describe Mill, ya que ninguna verdad es absoluta por perfecta que parezca, aparte si se niega esta opinión se pierde la posibilidad de crear una verdad mucho más correcta gracias a la colisión entre verdades. Mill escribe sobre esta opinión que puede llegar a ser verdadera “La opinión que se intenta suprimir por la autoridad puede ser verdadera. Aquellos que desean suprimirla niegan, naturalmente, su verdad, pero no son infalibles.” (Mill, 2018, p.82)
No obstante, que la opinión pase a llevar a otras personas no justifica la libertad de opinión, ya que simplemente se esta pasando por alto la libertad de otra persona, tal vez no de opinión, pero si su libertad de poder vivir en sociedad sin ser excluido o marginados por otras personas, para que esto no suceda es necesario que acompañemos a la persona que esta agrediendo a otro ser humano porque lo peor que se puede hacer es abandonarla, ya que su conducta puede corromper a los demás generando muchos más discursos de odio y causar daños en sus relaciones más próximas o lejanas. Mill expresa esta idea en la siguiente cita “Ninguna persona es un ser enteramente aislado; es imposible que una persona haga nada serio o permanentemente perjudicial para sí sin que el daño alcance a lo menos a sus relaciones más próximas, y frecuentemente a las más lejanas.” (Mill, 2018, p.157)
En conclusión, el ser humano tiene un derecho primordial que es la libertad, el cual siempre va con apellido, ya que no existe solo un tipo de libertad, pero hay una libertad de la cual se habló mucho en este ensayo, la cual es la libertad de expresión, aunque suene algo paradójico, esta libertad al igual que las otras tienen sus límites, porque si no fuera así seria muy difícil la convivencia en la sociedad, es por este motivo el discurso de odio no entra dentro de la libertad de expresión porque al generar estos discursos se pasa a llevar la libertad de los demás. Para lograr detener estos discursos es necesario no actuar como las personas que lo efectúan, sino que más bien guiarlas y hacerles entender de que no está bien su opinión de odio, que esta no se justifica con la libertad de expresión y que si se sigue con estos discursos tarde o temprano va a tener repercusión en su vida.