La Nutrición Infantil en México: Un Deber A Proteger
Introducción
México es un país que cuenta con grandes riquezas, con gente bondadosa, y con mucha magia, pero eso no quiere decir que no cuenta con aspectos negativos y de eso no se salva la infancia.
Ser un infante en México puede estar en 2 estados: o en una situación bien acomedida o en un estado de pobreza, desigualdad y prohibición de sus derechos.
La infancia en México está pasando por una gran crisis, ya que hablar de esto es recordar momentos de dolor, abandono, pobreza, injusticia y humillación.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México la población infantil y adolescente carece de acceso a una alimentación adecuada, la cual experimentó un incremento de 2.5% entre 2008 y 2012.
En el marco de la celebración del Día del Niño, el organismo dio a conocer la información a fin de concientizar sobre esta carencia, que representa la mayor vulnerabilidad a la que se enfrenta la población infantil y adolescente en lo referente a alimentación y nutrición. Lo anterior conlleva a implementar acciones que afronten las limitaciones nutricionales en las etapas tempranas de la vida, cuyas consecuencias suelen ser irreversibles y tienden a mermar el desarrollo cognitivo, motriz y emocional de quienes las sufren.
El INEGI apunta que tres de cada 10 niñas y niños habitan en hogares donde existe algún tipo de restricción moderada o severa para acceder a la alimentación necesaria para una vida sana y activa.
Cifras alarmantes muestran que en 2012, 66.5% de la población infantil en situación de pobreza extrema tiene un nivel de inseguridad alimentaria moderada o severa, mientras que en la población en pobreza moderada el porcentaje se reduce a la mitad (33.7%).
Dichos datos demuestran que dentro de la propia población en pobreza existen inconsistencias importantes en el acceso a la alimentación.
Según las proyecciones de población 2010-2050 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en el país residían 40.2 millones de niños de entre 0 y 17 años a mediados del 2014, que en términos relativos representaban 33.6% de la población total estimada el año pasado.
La institución detalló que en los primeros años de vida es fundamental la supervivencia del niño, lo que significa que alcanzar los cinco años de edad representa un logro sustancial, principalmente para aquellos menores que se desenvuelven en un contexto de pobreza, desnutrición y un medio ambiente inadecuado para su salud.
Pasada esta edad, asistir a la escuela y recibir una educación de calidad se torna imperativo para un buen desarrollo de sus habilidades y para ampliar sus oportunidades de una mejorar calidad de vida.
A pesar de los avances suscitados en materia de salud y reducción de la mortalidad en niños, aún prevalecen enfermedades con altas tasas de defunción infantil alrededor del mundo, esencialmente en la población que ronda los 4 años de edad. Estos padecimientos suelen ser infecciones respiratorias agudas (IRAS) y enfermedades diarreicas agudas (EDAS), que en México representan la primera y segunda causa de enfermedad para ese grupo poblacional respectivamente.
Ambas patologías se vinculan con otros factores como el acceso a servicios de salud, condiciones socioambientales y condiciones de salud, que incluyen bajo peso al nacer y desnutrición, problemáticas que, en países en vías de desarrollo, como el nuestro, continúan emergiendo.
La mortalidad a causa de dichas enfermedades depende en gran parte de la disponibilidad de un tratamiento oportuno, así como del estado general de salud previo a que éstas se manifiesten.
Aunque ha mejorado la cobertura de los servicios de salud y acceso a la seguridad social, debe destacarse que aún existen obstáculos a superar a fin de garantizar a la población infantil el cumplimiento de estos derechos sociales.
El INEGI observó que, en 2012, casi 20% de las niñas y niños, equivalente a unos ocho millones de personas aproximadamente, no contaban con acceso a servicios de salud por parte de alguna institución pública o privada. Además, tres de cada cinco personas de 0 a 17 años no tenían algún tipo de acceso a la seguridad social, significando que 25.4 millones de personas en este grupo de edad carecían de mecanismos de protección social.
El organismo refirió que, aunque la introducción del Seguro Popular y el Seguro Médico para una Nueva Generación han incrementado la cobertura en salud, las intervenciones de estos programas no contemplan todas las prestaciones previstas en la seguridad social, entre ellas la incapacidad con goce de sueldo en caso de accidente o enfermedad de los padres de los menores de 18 años.
De acuerdo con resultados del Módulo de Trabajo Infantil 2013 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 8.6% de los niños de 5 a 17 años forman parte de la población económicamente activa. De ellos, la mayoría trabaja para un familiar; dos de cada 10 lo hacen porque su hogar necesita de su trabajo; 8.7% porque su hogar requiere una aportación económica, y 23.3% para poder solventar sus estudios.
En cuanto a los salarios, la situación es vergonzosa: 45.9% no recibe ingreso o su ingreso no es monetario; de los que perciben ingresos, 28.4% recibe hasta un salario mínimo, más de la tercera parte (17.3%) recibe más de uno y hasta dos salarios mínimos, y sólo 1.2% recibe más de tres salarios mínimos. Los afortunados reciben menos de 200 pesos por día.
El INEGI recalca en su reporte que el trabajo infantil constituye una violación a los derechos de niñas y niños, pues impide su sano crecimiento e imposibilita su desarrollo escolar.
La UNICEF declara que el trabajo infantil es un obstáculo para el desarrollo social y económico en cualquier país al socavar las competencias de su futura fuerza laboral, favoreciendo la transmisión intergeneracional de la pobreza, al tiempo que perpetúa las desigualdades existentes, de lo cual México no está exento.
Conclusión
Creo son cifras alarmantes las que tenemos en México y que es decepcionante el hecho de tener tantos recursos y oportunidades en nuestro país y que no se hace nada. Aun las cosas que nos rodean y no prestamos atención son para decepcionarnos como sociedad. No es posible que nuestros medios de comunicación junto con nuestros recursos sean utilizados para el márquetin y ventas, disfrazando la realidad y convirtiéndonos en una sociedad fría, ajena a las necesidades y la buena información para poder ayudar y apoyar.