La Obsesion Futbolera y Otros Ritos de los Mexicanos

En el presente ensayo se hablará sobre la afición futboolera de los mexicanos y otros ritos culturales. México es un país rico en cultura; tiene una exquisita e infinita gastronomía, sus habitantes le dan la bienvenida a quienes lo visitan y sus maravillosos paisajes hacen que cualquiera se enamore. Cada región de México es diversa y única; está llena de colores vibrantes por todas sus calles, su arquitectura te cuenta parte de su historia a través de los años y cómo ha ido evolucionando, pero a su vez preservando ciertas tradiciones. A pesar de la gran diversidad que existe en esta nación, su gente tiene obsesiones y ritos en común, por ejemplo: la efusión futbolera, la celebración del día de Muertos y tradicional veneración a la Virgen de Guadalupe.

La pasión por el fútbol es algo que une a México como nación y a su vez crea rivales entre sus pueblos. Cada ciudad o región tiene su equipo de fútbol y por lo tanto la raza se la juega por su equipo en cada partido. Según Ivonne Vargas, de la revista Expansión y los datos obtenidos de Consulta Mitofsky, siete de cada diez mexicanos les gusta ver, jugar o estar enterados de los resultados de futbol. Las ciudades se vuelven un caos, el tráfico se multiplica y la mayoría va hacia la misma dirección: el estadio; y como nos menciona Monsiváis en su libro, “las multitudes en el Estadio de la Ciudad Universitaria hacen su examen de inscripción” (17). Unos de los clásicos más importantes en México son: el clásico Regiomontano (Monterrey vs. Tigres), el clásico Tapatío (Chivas vs. Atlas), el clásico Capitalino (América vs. Pumas) y el más importante: el clásico Nacional Mexicano (Chivas vs. América).

Así como cada ciudad se unifica para apoyar a su equipo, cuando se trata de un mundial, todo México se vuelve uno y va hasta los lugares más recónditos para apoyar a la selección mexicana, el “Glorioso Tri”. (Monsiváis, 31). El nacionalismo surge de entre las masas y “dentro y fuera del Estadio todo es obligatoriamente tricolor” (Monsiváis, 24). De acuerdo con las investigaciones de Vargas, Armando Reyes, autor del informe “¿Por qué amamos el futbol?”, el futbol es más que un juego, permite expresar motivaciones, liberar frustración, modelar conductas, unificar bajo un símbolo, eso explica por qué se convierte en una pasión. La pasión que se desata cuando hay una victoria futbolera la han asociado con “las sensaciones que experimentan los fans del futbol son similares al sentimiento de una persona enamorada” (Selecciones). ¡Los mexicanos simplemente aman el futbol! Cuando juega la selección, “son horas en que la Patria nos entra por los ojos y los oídos y se nos sale por la garganta (Monsiváis, 31). Otro ejemplo de las grandes locuras que generan los fanáticos con la razón de festejar un logro de la selección es que “la ciudad entera se ha vuelto un desmadre… los chavos bailan sobre el toldo de los camiones, arriesgan la vida al extraer la mitad del cuerpo de los automóviles, le pierden el respeto a la autoridad que mejor se ausenta (Monsiváis, 33). Las banderas ondeando por doquier, el “¡MÉXICO!¡MÉXICO!” hace eco en cada rincón y los nervios se ponen de punta. Todos, sin importar su raza, nombre o color, son uno; todos comparten el mismo placer y orgullo de ser mexicano.

Uno de los ritos y celebraciones más antiguos de México es el Día de los Muertos. Celebración que une a las familias para honrar y recordar a sus fieles difuntos. Esta conmemoración se lleva a cabo el primero de noviembre y el segundo de noviembre. El primero de noviembre, día de todos los santos, se celebra a los niños difuntos y el segundo de noviembre a los adultos difuntos. “No solo se comparte una antigua práctica ceremonial en la que se mezclan las tradiciones precolombinas y la tradición católica, sino una diversidad de expresiones sustentadas en la pluralidad étnica, cultural y lingüística del país” (INALI). Para celebrarlo se requiere de rituales de preparaciones: comprar todos los elementos para elaborar un altar y decorar las tumbas familiares, ir al camposanto o cementerio para limpiar los sepulcros y decorarlos con flores, en especial la flor cempasúchil. En casa, se crean altares los cuales “tienen un gran significado para las familias porque se piensa que ayudan a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte” (INALI).

Cada elemento de los altares es muy simbólico para el propósito; con los pétalos de cempasúchil se estila trazar un camino de la tumba hacia el altar en la casa para guiar las almas que regresar a reunirse con su familia. La comida es seleccionada basada en los gustos de los difuntos cuando aún vivían en este mundo para que cuando lleguen, puedan satisfacer su hambre y su cansancio causado por el largo camino que tuvieron que pasar para regresar a casa. También es muy común ver imágenes de “la Catrina Mexicana”, personaje creado por el caricaturista José Guadalupe Posada. “Hoy en día, “La Catrina”, adornada con hermosos sombreros y flores, es una fuente de inspiración en muchas fiestas de disfraces, tanto dentro como fuera de México” (National Geographic en español). Así mismo hay calaveritas literarias que, según la revista National Geographic, aparecieron a finales del siglo XVIII y a principios del siglo XIX. Estas calaveritas son pequeños poemas humorísticos, pero con tono sarcástico donde se juega con la personificación de la muerte y con nuestros seres vivos. Estos versos son muy populares en las escuelas y en algunas se hace una exposición y se vota por la mejor obra literaria. Esta es una buena tradición que se sigue preservando en México y se asigna a los estudiantes como tarea o proyecto; es buen ejercicio literario ya que se tiene que tener buen uso del juego de palabas, rima y buen tópico. Es una actividad que se puede utilizar la ayuda de algún familiar y hacer un trabajo en familia; que es uno de los propósitos de esta celebración: unir a la familia. De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Juventud, el siete de noviembre de 2003 fue el día en que esta festividad fue nombrada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

Por otra parte, existe la adoración a la Virgen de Guadalupe. Ella es considerada por la nación mexicana, la Madre y Reina de los mexicanos porque se asemeja a la población. Según Monsiváis, año tras año, la religiosidad popular se concentra en la Basílica de Guadalupe. Si el guadalupanismo no es, exactamente, la esencia nacional, sí es la expresión más pródiga de vida religiosa. (39) Es la forma más encarnizada del nacionalismo (40). De acuerdo con el censo del año 2010, el 89.3% de la población mexicana es católica; estos son 84,217,138 personas (INEGI). Siempre hay feligreses acudiendo a las iglesias, catedrales o basílicas en busca de su protección, ayuda espiritual, de su amor de madre y/o para pedir un milagro en ciertas situaciones. Pero, en lo que cabe al principio del mes de diciembre, empiezan a desfilar miles y miles de guadalupanos para ir a saludar a la virgen morena porque se acerca su día: el doce de diciembre.

Muchos devotos de la virgen la honran con bailes folclóricos y prehispánicos ahí afuera de la Basílica y de las parroquias que la tengan como santa patrona. También hay miles de gente que hace le promesas a cambio de una ayuda de la santísima virgen. Por ejemplo, ir de rodillas hasta la Basílica, nombrar a su hijo o hija como ella “Guadalupe”, hacer rezos y obras de caridad, llevarle música en su día, etc. Año tras año, siempre se observan los mismos rituales el diez de mayo y el doce de diciembre: cantantes dedicándole canciones, gente cumpliendo sus mandas de lo más agradecida con la Morenita que les ha hecho el milagro que tanto anhelaban y necesitaban, las mismas gentes contando ese milagro divulgando lo milagrosa que es la Madre de México y dándole ánimos y esperanza a los otros feligreses que están ahí buscando un poco de fuerza para lidiar con sus mortificaciones. La Virgen de Guadalupe es el pilar de los mexicanos

En conclusión, México es el hogar de una población que, a pesar de las diferencias que existen entre sí, sabe acoplarse como una gran nación y una gran familia. El futbol los une en la gran euforia de ver a su equipo local ganar o de ver a la Selección Nacional representando a México ante el mundo. Siempre con su equipo, en las buenas o en las malas. También los mexicanos se unen hombro a hombro para preservar esas tradiciones que están llenas de cultura e historia y que se deben de celebrar con orgullo y mostrarlas ante el mundo para que vean lo maravillosa que es la cultura mexicana. Por último, la fe católica y el guadalupanismo en México es tan fuerte como la pasión futbolera, tan fuerte como nuestras mismas raíces prehispánicas. Según el Centro de Investigaciones Pew o Pew Research Center en inglés, México el segundo país, en el mundo, con mayor cantidad de fieles católicos. México es una nación unida y fiel a lo que cree y se ve bien reflejado en las palabras del Santo Padre, el Papa Juan Pablo II en su visita a México en 1990: “¡México sabe bailar, México sabe rezar, sabe cantar, pero más que todo sabe gritar! ¡México siempre fiel! (Chuyster2010)

05 January 2023
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