La Paradoja de la Carne y la Dignidad Humana

El glucógeno es una sustancia contenida en los azúcares que permite a una vaca desempeñar su correcto funcionamiento muscular. Cuando los niveles de esta sustancia muscular son altos significa que el animal se encuentra en un estado de reposo y descanso, se le denomina rigor mortis a la rigidez muscular que adquiere un cadáver debido a la transformación de glucógeno en ácido láctico, este proceso puede tener efectos positivos o adversos en la carne de consumo dependiendo de la cantidad de este polisacárido antes de ser sacrificado el animal. Si un animal sufre o se le somete a un estrés artificiado por las prácticas industriales del hombre, el animal consume el glucógeno disponible en su organismo y hace que la carne derivada de éste pierda ciertas propiedades como la conservación, sabor y textura. Esto es sólo una parte del proceso que ocurre antes de consumir uno de los alimentos más primitivos: la carne.

El hombre es considerado un ser que ha evolucionado por sobre todas las especies, aquel que ha aprovechado lo que la naturaleza le brinda para su bienestar y para satisfacer sus necesidades, de las cuales la principal es alimentarse. Está acción también ha llevado un proceso evolutivo, el aprender a cocinar la carne con el fuego ha mejorado su sabor y propiedades. Dejando de lado las semillas y los vegetales que también forman parte de la dieta del hombre, la carne toma un papel importante ya que se vuelve una manera de obtener dinero desde la ganadería y las actividades económicas alrededor de la misma pero también ha creado consecuencias éticas y medioambientales.

El objetivo del presente ensayo es proporcionar una perspectiva de la paradoja de la carne relacionada con la dignidad humana además la importancia de sensibilización moral hacia el respeto de los animales de producción y finalmente la ética que implica el bienestar animal.

La postura que tomaré en este ensayo está alejada a perseguir la idea de que “comer carne” de animales de producción y sus derivados directos es moralmente injustificable.

¿Qué es la paradoja de la carne?

“Según los psicólogos Brock Bastian y Steve Loughnan, quienes investigan sobre el tema en Australia, la ‘paradoja de la carne’ es el ‘conflicto psicológico entre la preferencia dietética de las personas por la carne y su respuesta moral al sufrimiento animal’. Argumentan que ‘hacer daño a los demás es incompatible con una visión de uno mismo como persona moral’. Como tal, el consumo de carne produce efectos negativos para los consumidores de carne porque se enfrentan a una visión de sí mismos que es desfavorable: ¿cómo puedo ser una buena persona y también comer carne?”

Conocido el término de “meat Paradox”, encontramos que la relación entre el hombre y los animales de los que se alimenta se ha vuelto invisible o bien nos hacemos ajenos al sufrimiento que estos presentan en las diversas granjas donde son sometidos a condiciones extremas. A mediados del siglo XIX el mundo presenció múltiples acontecimientos transformadores, entre ellos la industrialización y el incremento en la población, en este punto de inflexión el proceso de producción de los alimentos sufrió una transformación, se introducen las llamadas CAFOs (Concentrated Animal Feeding Operations) o bien una ganadera intensiva de tamaño industrial, restan considerablemente y llevando al extremo el bienestar animal tratando a los animales como simples objetos desechables. El carnismo en el siglo XX se ha convertido en una práctica dominante y la sociedad ha perdido todo rastro de las condiciones de crianza, transporte y sacrificio de los animales que cuidaba humanitariamente para subsistir, la vaca ya no es vista como un animal que provee y debe ser cuidado de la mejor manera hasta el momento de su muerte, sólo es un producto vivo en el que sólo es cuestión de tiempo para ser usado. Desde mi punto de vista antes de la industrialización los negocios con granjas que se dedicaban a producir carne, leche, queso y huevo lejos de ser lo que hoy llamamos industrias aprendieron el orden natural de la vida de los animales, con orden me refiero a la vida, desarrollo y muerte.

La mayoría de las personas no matarían a un animal con sus propias manos, sin embargo no dudan en consumir animales que otras personas matan por ellos. Nadie niega que los animales de producción sufren y que existe un grado considerable de maltrato sin embargo la acción individual de consumir este alimento responde a la paradoja de la carne. Los hábitos sociales así como a cultura han normalizado nuestros conflictos de tipo moral porque hacen invisibles este tipo de comportamientos, el comer carne es considerada una práctica alimentaria universal en donde el consumidor disocia el producto del animal del cual proviene, pierde culpa y repite la acción.

Considerando que la población mundial actualmente es de aproximadamente 7,700 millones de personas y que habrá un incremento hacia 9.700 millones en 2050 según la organización de las Naciones Unidas , la demanda de los alimentos incrementa y el consumo de la carne también crecerá, según Food and Agriculture Organization  se prevé que la producción mundial de carne sea 13% mayor en 2026 en comparación con un aumento de casi 20% en la década anterior, “En cuanto a la producción de carne porcina, países como China, Estados Unidos, Alemania, España, Brasil, Vietnam, Rusia, Francia, Canadá y Polonia centran el 77% de la producción mundial” ; tan sólo en Asia se concentra el 69% de la población mundial alrededor de 4,465 millones de personas.

La práctica del carnismo ha sido dominante hasta nuestros días, “es una ideología violenta, basada en una organización de la violencia; tanto así que, la mayoría de ‘comedores de carne’ serían incapaces de ser testigos de la violencia de la industria de la carne. La carne no existe sin la matanza”.  

¿Es necesario tratar a los animales de granja como simples productos? La respuesta es no, los animales también tienen el derecho de completar su ciclo de vida de manera natural y no ser afectado de manera radical por el hombre lo que conlleva a un estado total de “florecimiento”.

“Martha Nussbaum promueve la idea de que hay algo en común que caracteriza a todos los seres vivos: el hecho de que todos están dotados de ciertas capacidades que, potenciándolas, permiten la realización de cada ser. Nussbaum recoge esta idea bajo el concepto de florecimiento; o sea, es la realización de las actividades vitales lo que la filósofa entiende por florecer. En este sentido, solo una vida que pueda actualizar sus capacidades (esto es, que pueda florecer), será una vida plena, satisfactoria y feliz.  

¿Por qué hemos acortamos o suprimido este florecimiento de los animales? quizás aquí la dignidad del ser humano se ve vulnerable ante el instinto de satisfacer su necesidad de comer carne, pues lo vuelve dependiente de ese sabor y es superado por el hecho de querer ser el depredador que merece todo; si bien los nutrientes y proteínas se pueden obtener de otros alimentos, algunos solamente están presentes en la carne como la vitamina B12 el evitar comer carne ha creado un miedo hacia modificar la gastronomía y cultura que el ser humano ha construido. Eliminar la carne significa para el hombre acabar con sus prácticas culturales de igual forma.

En este punto se vuelve crítica la relación entre el hombre y los animales de consumo, puesto que la paradoja de la carne invisibiliza la situación “…Así como el hambre nos motiva a encontrar alimentos para reducir nuestra hambre, la disonancia cognitiva nos motiva a encontrar situaciones para reducir la disonancia. Para comer carne, hay dos formas de hacer esto: podemos cambiar nuestro comportamiento o cambiar la creencia. Podemos dejar de comer carne, o encontrar razones por las cuales comer carne está moralmente bien.” 

Actualmente las empresas están conscientes de que la crueldad animal es una privación de libertades hacia este tipo de animales y han optado por prácticas bienestaristas que si bien no son del todo expuestas al público, organismos como FAWEC, OiE y PETA han tratado de instaurar pero no ha logrado totalmente. La paradoja de la carne ha creado a raíz de este problema un término que introduce la dignidad humana hacia el trato animal: Bienestar animal.

La definición de bienestar animal más aceptada y que aparece en múltiples textos del tema es la propuesta por Broom: “El bienestar de un individuo es su estado en relación con sus intentos de afrontar el ambiente” además se complementa con otra definición importante: “El bienestar es el estado de salud física y mental completo donde el animal está en armonía con su ambiente”.

Prácticamente el término de bienestar animal es acuñado hasta 1964 en el libro de Ruth Harrison llamado Animal Machines sin embargo hay evidencia de que las culturas del valle del indo y ciertas religiones como el hinduismo y budismo tienen preceptos bienestaristas mucho más antiguos para reducir el dolor y angustia de los animales que conviven con el ser humano. Como se puede observar el término es relativamente nuevo y responde a la paradoja de la que hago mención, el bienestar animal aparece como una preocupación actual y es utilizado para promover el veganismo pero se relaciona con el trato digno. El bienestar animal está asociado con respuestas de “estrés” que el animal muestra así como los efectos negativos sobre salud, crecimiento y reproducción de éste. Existen cinco aspectos mínimos de bienestar genéricos aceptados de forma internacional pero no absolutos que Farm Animal Welfare Council dictó en 1992: 1) ausencia de hambre y sed, 2) ausencia de incomodidad física y térmica, 3) ausencia de dolor, lesión o enfermedad, 4) ausencia de miedo y estrés, y 5) capacidad para desplegar la conducta normal de la especie.

La dignidad humana en este ámbito deberá ser trasladad a un plano animal y abrigar al bienestar animal para considerar a estos seres los como parte de una simbiosis. Se debe dar importancia a la vida de un animal como ser que comparte el mismo ecosistema que el ser humano que a pesar de mostrar inteligencia, razón y condición moral disminuida a comparación del ser humano, éste no debe maltratar y privar de libertades inherentes a la especie que el animal de producción pertenezca debido a que es un ser sintiente de dolor, angustia y estrés. Se debe mostrar una sensibilidad en trato a estos animales porque es humanamente digno y justo de realizarse. La idea de la buena vida animal se articula en poder potenciar capacidades propias de la especie sin limitarlas o violentarlas ya que estas son un bien del animal y deben protegerse para una vida digna y florecimiento

El enfoque de las capacidades de Martha Nussbaum se construye sobre el postulado de que debemos consideración moral a los animales no humanos, y de que ésta compete al ámbito de la justicia social. Partiendo de la misma admiración por toda forma de vida animal que Aristóteles, y adaptándola éticamente, el enfoque intenta ofrecer un modelo con el fin de hacer justicia a la complejidad de las vidas animales (Martín, 2012, p. 65)

Así como Sara Martín lo menciona, deberá ser aplicada la justicia social que abarque todos los seres vivos, pues dependemos también de ellos. El reto ahora es, lograr una relación entre el consumo inteligente de la carne, así como la manera de producción con la que se realiza este alimento sea digno para los animales y medio ambiente. Las productoras entonces deben reformularse y aplicar técnicas para reconciliarse con los animales y quienes comen de ellos como lo menciona Calvaresi:

“Si la calidad en el proceso de producción y del compromiso de la marca con ciertos valores es importante, las empresas también tienen en sus manos ciertas herramientas para poner en valor sus productos y generar confianza..”

La paradoja de la carne no sólo es un conflicto alimentario con relación a la moral, es un modelo evolutivo del estilo de vida humano que supone acortar la vida de un ser para satisfacer las necesidades de otro. El origen de la paradoja de la carne se encuentra en la industrialización pero el punto de partida de porque es moralmente permisible asesinar animales para comer es un tema evolutivo y natural que no se abordará a fondo en este momento.

La cría responsable es un componente esencial para el bienestar animal presente y futuro. Grandes cantidades de carne generan sus propios desbalances al igual que si sólo se mantuviese vivos a los animales que proveen las principales fuentes de alimentación, sería un extremo insostenible. Desde cómo evitar la paradoja de la carne hasta proponer nuevos sistemas de alimentación basados en el veganismo y cultivo de carne in vitro son soluciones sin concluir en su totalidad.

El comer animales no es malo, es primordial para la forma de vida actual del ser humano pero debe regularse y reducirse de forma periódica. No consumir carne en su totalidad puede llevar a desbalances en la dieta poblacional a nivel global pero lo más importante es que puede impactar en los sistemas regenerativos naturales. Si bien la producción de alimentos como carne han creado altos niveles de emisiones contaminantes también es una realidad que una vaca en campo libre es parte de un sistema ecológicamente beneficioso para las pasturas, este tipo de animales son capaces de reciclar nutrientes y formar parte de un ciclo natural.

Es necesario un cambio gradual en la dieta y fomentar la ingesta equilibrada de otros alimentos sin erradicar el consumo total de la carne, la búsqueda de una alimentación controlada y por temporada es una revolución de hábitos que el ser humano puede lograr.

Podemos decir que es ético comer carne sólo si hemos aceptado que existe una realidad biológica natural inherente a cualquier ser vivo de nacimiento, desarrollo y muerte que debe ser tratada un rasgo humano de compasión y dignidad y no para fines de satisfacción de consumo. Una vaca, un cerdo o un pollo deberían ser tratados como un fin administrado por el hombre que lo complementa para sobrevivir. No es suficiente garantizar y preservar la vida de los animales hasta su muerte al hacer que las tasas de mortalidad en u granja industrial disminuyan sino que se debe crear un entorno donde el animal florezca y a cambio cosechamos una parte de este florecimiento, un sistema que rompa la paradoja de la carne debe ser sostenible, interdependiente y equilibrado.

Referencias

  • Shaw, J. BBC Future. (2019). ¿Qué es la ‘paradoja de la carne’ y cómo el dinero cambia nuestras decisiones morales? Recuperado 11 noviembre, 2019, de https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-47486446
  • Quintana, L. (2017). Situación actual y perspectivas del mercado mundial de las carnes. Recuperado 11 noviembre, 2019, de https://www.interempresas.net/Industria-Carnica/Articulos/167353-Situacion-actual-y-perspectivas-del-mercado-mundial-de-las-carnes.html
  • ONU. (2019). Población. Recuperado 13 noviembre, 2019, de https://www.un.org/es/sections/issues-depth/population/index.html
  • FAO (2017). Carne, en OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2017-2026, OECD Publishing, París. DOI: http://dx.doi.org/10.1787/agr_outlook-2017-10-es
  • Mira Bohórquez, P.  (2018). Ética del comer. Reflexiones morales sobre el consumo de carne. Revista Latinoamericana de estudios críticos animales, año V, volumen II Recuperado 30 septiembre, 2019, de http://revistaleca.org/journal/index.php/RLECA/article/view/167/131
  • Martín, S. (2012). Reflexiones morales sobre los animales en la filosofía de Martha Nussbaum. Revista de Bioética y Derecho, núm. 25. Recuperado el 30 septiembre, 2019, de http://scielo.isciii.es/pdf/bioetica/n25/bioetica_animal.pdf
  • Broom, D. (1986) Indicators of poor welfare. British Veterinary Journal 142: 524-526
  • Hughes, B. (1976). Behaviour as an index of welfare. Proceedings 5th European Poultry Conference and exhibition; 1976. Malta: World’s Poultry Science Association (WPSA), 1976:1005–1012
24 May 2022
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