La Pena de Muerte: Método Oportunista de la Doble Moral

Aunque muchas personas ya son conscientes de esta situación y la aberración de este método, aun existe una minoría que exige y esta a favor de la aplicación del mismo, personas carentes de aquello los identifica como seres humanos y apegados aquel conocido dicho que dice “diente por diente y ojo por ojo”, es decir que buscan cobrar muerte por muerte, e incluso por aquéllos delitos que no tienen igual peso; si se tomara en cuenta la circunstancia del delito, como por ejemplo el caso de Lena Blaker, quien fue sometida a muerte al ser acusada del asesinato de su jefe, siendo este un acto realizado en defensa propia cuando su superior la amenazo con un arma , ahora bien ¿ seguirían pensando que es una condena justa?, se preguntarían ¿ por qué fue condenada si actuó en defensa propia?, preguntas como están tan solo rectifican aun mas lo doble moralista que pude llegar a ser la sociedad en la que vivimos, ya que condenarían o no dependiendo de la circunstancia y de la intención de matar o no que haya tenido una persona, hay que entender que aunque tal acto cometido haya sido en defensa propia, no se puede excusar, debido a que sigue siendo un delito ante los ojos de la ley, lo que sí se puede evitar es el sometimiento a la pena de muerte al rechazar su aplicación y legalización, pues se sabe que existen otros tipos de condena que pueden reemplazar esta y que no atentan contra la vida de la persona, como lo es la cadena perpetua, aunque esta privatice a una persona de su libertad, puede ser considerada una alternativa a la pena capital por delitos mayores.

Otra de las tantas afirmaciones que se usan para excusar esta condena, es que la anteriormente mencionada disuade a las personas de cometer un delito, afirmación que no es del todo verídica, pues para probar esto se tendría que hacer un estudio en el cual se demuestre que un individuo que este tentado a cometer alguno de los delitos sancionados con la pena de muerte, se retracta de hacerlo al pensar en el dicho castigo que le esperaría, lo cual aun carece de toda base científica, Albert Camus(4) afirma “ si el miedo a la muerte, es en efecto una evidencia, también es evidente que ese miedo por mas grande que sea, jamás ha podido abatir las pasiones humanas”, por lo cual podemos decir que el miedo infligido no cumple ninguna labor como freno contra los delitos, por el contario el permitir la práctica de esta condena tan solo apelaría a los más bajos instintos del ser humano, olvidándose de su parte civilizada y esto tan solo sería un factor de retroceso en el proceso de civilización. Distinta puede ser la situación, si se deja que el delincuente pague sus crímenes en un tiempo prologado, en donde se evidencie ante todos que se está haciendo justicia, pues una condena extensa es mejor castigo que la pena capital e incluso muchos prefieren huir de ella y someterse a la muerte antes de vivir en prisión, como lo fue el famoso mocha orejas Daniel Arizmendi, culpable de secuestros, mutilaciones y homicidios, al ser detenido declaro que preferirá que lo ejecutaran antes que ir a prisión.

La pena de muerte no ha sido la solución para disminuir los índices de delincuencia y asesinatos, tampoco ha sido un método disuasivo para las personas, muy por el contrario ha sido un castigo aplicado injustamente, y un método que tan solo refleja pura violencia, Albert Camus afirma(5) “las personas como yo querrían un mundo no donde ya no se mate, sino donde el asesinato no este legimitizado”, es por esto que debe seguir la lucha por abolir esta condena en aquellos países en donde aun es aplicada, el movimiento en contra de la pena de muerte cada vez mas va en aumento y Amnistía internacional afirma “ que es parte del desafío el llegar a un mundo sin pena de muerte, teniendo en claro que la solución al problema de la delincuencia y la violencia no es cometer más violaciones de DD.HH.”