La Pobreza Menstrual y los Derechos de la Mujer
La pobreza menstrual es el término que engloba no sólo la falta de acceso a productos de higiene femenina, sino también, la dificultad de acceso a las instalaciones necesarias para higienizarse correctamente durante el período que dure su menstruación. Y el estigma y los tabúes, que se suman a la pobreza menstrual afecta a las niñas y adolescentes en varios aspectos de su vida: salud, educación y bienestar emocional.
Así mismo, En algunos países, las mujeres o niñas son consideradas “contaminadas e impuras” mientras están menstruando y se les imponen restricciones de todo tipo. Peor aún, en ciertos lugares ni siquiera pueden entrar a las casas y se les confina a cobertizos donde sufren frío y aislamiento. Además, estas prácticas refuerzan el estigma y la vergüenza emanados de los estereotipos que envuelven a la menstruación y que impactan todos los aspectos de la vida y el goce de los derechos humanos de mujeres y niñas. Por otro lado, la pobreza menstrual es una derivación de la pobreza económica y de la falta de perspectiva sobre la importancia de los insumos para la gestión de la menstruación como productos de primera necesidad.
Sin embargo, ‘Las desigualdades sociales que existen en la región provocan que muchas niñas y adolescentes, que no cuentan con los recursos necesarios, gestionen su menstruación con métodos no adecuados o no puedan gestionarla, lo cual puede derivar en un impacto negativo en su confianza, desarrollo y participación en la toma de decisiones’, señala Janaina Hirata. Esto se corrobora en el estudio de la marca Always, realizado en Brasil, el cual reveló que la falta de recursos para la gestión menstrual perjudicó la confianza del 51% de las encuestadas. Además, provocó que 37% de ellas se sienta avergonzada. De la misma manera, los relatores instaron a los Estados a reconocer que han ignorado la salud y necesidades relacionadas con la menstruación en detrimento del bienestar físico y mental de las mujeres y niñas, que se sienten abandonadas cada vez que llega su periodo, lo que afecta todas las esferas de su vida.
Finalmente, aunque algunos países han abolido las prácticas discriminatorias e implementado políticas para evitarlas, hay mucha indiferencia de los políticos y legisladores con respecto a los derechos humanos de las mujeres durante su ciclo menstrual y esto debe cambiar ya, apuntaron. “Se debe hacer mucho más para abordar las necesidades de salud durante la menstruación”, puntualizaron los expertos y conminaron a combatir los mitos e ideas erróneas con amplias campañas educativas que proporcionen información accesible, no prejuiciosa y precisa. En conclusión “Los Estados deben tomar medidas transformadoras en cooperación con los organismos de la ONU, las organizaciones de mujeres y los sectores educativo y empresarial”