La Sociedad Italiana en la Época del Renaciemiento
Durante el siglo XIV, apareció una gran cantidad de tiranos, durante un periodo en el cual únicamente se podía reconocer la influencia de una ley muy necesaria debido a los sucesos desarrollados. Además, es necesario destacar que los métodos más utilizados por los gobernantes contra sus adversarios era el exterminio de estos o su repulsión, lo cual tuvo enormes consecuencias como muestran las dictaduras del siglo XIV. Posteriormente, en el siglo XV, se produjo nuevamente la llegada de tiranos, muchos de los cuales habían caído con anterioridad (siglo XIV), mientras que los más poderosos definieron sus posesiones y daban a su sistema de gobierno un carácter individual. Los tiranos más pequeños carecían de poder alguno, es por ello que deciden ponerse al servicio de los estados más grandes con el objetivo de conseguir apoyo, convirtiéndose así en los llamados condottieri. Durante estos tiempos, había desaparecido por completo la tradición de legítima lealtad hacia el soberano, la cual era otorgada a las casas principescas de Occidente. En los estados italianos del siglo XV, el bien y el mal permanecían unidos de una forma considerada extraña y la personalidad de los príncipes se había refinado enormemente.
Sin embargo, con el tiempo cobró gran importancia la idea de mantener una vida política que fuese opuesta al tiempo de los tiranos y los bárbaros, quienes seguían siendo considerados como una amenaza. Es decir, el objetivo era conseguir una política que, por medio de la libertad y la justicia, renovara la paz en Roma. El hecho de que se produjese la aparición de jefes de Estado que mostraban gran ansia por la fama y la notoriedad provocó un gran cambio en la política, la literatura y el arte.
La ostentación se convirtió en un deseo de lo espectacular y se tradujo en arquitectura y decoración. La ley del prestigio obligaba a multiplicar el número de aquellas obras que estaban destinadas a impresionar a los ciudadanos. Las ciudades viejas seguían siendo impulsoras de obras góticas, en busca de la gloria pública. La vida social en las ciudades estaba cada vez más dominada por las fiestas, un rito realizado por la mayor parte de la población, imprescindible para afianzar las instituciones y que presentaba aspectos puramente políticos y religiosos. Actualmente, la Italia del Renacimiento es considerada como subdesarrollada, pues gran parte de la población se dedicaba al trabajo en el campo, los analfabetos eran muy numerosos y sus principales fuentes de energía eran orgánicas.
Respecto la cultura, uno de los rasgos más característicos de esta fue el equilibrio y la armonía que se produjeron a la hora de llevar a cabo una idealización de la realidad. El hombre ya no se dedica únicamente a las armas y la guerra, sino que se produce un desarrollo de su conocimiento acerca de la cultura y el arte, por lo que se le considera como un ‘’caballero’’. Estos logros conseguidos predominantemente en la cultura italiana, cuales dieron lugar a grandes cambios en la historia de este territorio, así como en la sociedad en general. La cultura es el ámbito de lo imaginario y simbólico y subyace de la vida cotidiana. Para comprender la cultura de la Italia del Renacimiento es necesario analizar las intenciones conscientes de los individuos artífices de las pinturas, esculturas, edificios, etc., que siguen presentes a día de hoy. El Renacimiento se caracterizaba por una conciencia ávida y exaltada extendida por las diferentes ciudades. Había un gran interés por la astrología (hasta finales del siglo XV), por la cual se interesaban tanto médicos y matemáticos como humanistas.
Durante este periodo tuvo lugar el desarrollo del arte florentino.La historia del arte forma parte de la historia general de la Italia del Renacimiento. Registra cambios en valores, actitudes, crisis y progresos económicos y políticos, alteraciones en el equilibrio de poder, etc. La tradición del arte figurativo se ha marchitado. Lo que se busca es realizar una belleza ideal, según los cánones establecido en la razón. Se trata de un arte narrativo, a través del cual se representan historias procedentes de la religión o mitología; realista, pues busca la representación de seres reales y, como hemos mencionado anteriormente, tiene una gran importancia el desnudo como instrumento para conseguir este realismo.
Por tanto, concretando todos los aspectos tratados anteriormente, nos encontramos ante un periodo de numerosos cambios en gran variedad de ámbitos entre los que destacan los producidos en la cultura, con enormes logros que constituyen el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Se mantiene el interés por el mundo clásico. Sin embargo, cabe destacar que la mayor parte de estos cambios únicamente tuvieron lugar en las clases altas, mientras que el resto de la población seguía aún muy vinculada a la Edad Media. Finalmente, respecto la política, destacan las luchas por el poder y las constantes guerras e invasiones que eran protagonizadas por potencias extranjeras, además del mayor logro conseguido por la diplomacia, la Paz de Lodi, que dio lugar a un periodo de paz prolongado desde 1454 a 1494 entre sus miembros.
