La Verdad Sobre El Alcohol Y La Muerte De Neuronas
Una cuestión que inquieta a un buen número de personas se relaciona con la muerte de neuronas y la incidencia que el alcohol tiene en ella. ¿Realmente es tal? Tratemos de dar una respuesta científica al asunto.
Desde una perspectiva científica, el alcohol no es capaz de matar neuronas del cerebro. No quiere esto decir que lo apoyemos o que se pueda considerar positivo. Sin embargo, esta sustancia no es capaz de tal hecho, y vamos a observar por qué.
La leyenda urbana del alcohol
Es cierto que el consumo de alcohol no es en nada positivo para el organismo humano. De hecho, afecta a prácticamente todos los órganos vitales del cuerpo, incluido el cerebro, pero nunca matando neuronas.
¿De dónde viene esta leyenda urbana? Lo vamos a comprobar a continuación. Pero antes, recordemos que el problema real se relaciona con sus efectos negativos en casi todos los niveles orgánicos. Es importante recordar que el alcohol afecta a nivel cerebral con las conexiones neuronales del cerebelo. Es decir, su consumo tiene incidencia en la zona de la que depende la coordinación motora y el aprendizaje.
El mito del alcohol y su relación con la muerte de neuronas
Cada vez que se realiza una autopsia a una persona alcohólica, se observa que la cantidad de neuronas en el cerebro es exactamente igual a la de una persona abstemia. No obstante, algo tan obvio para la ciencia actual, no siempre ha sido así. Hace varios siglos, en Estados Unidos, se redactó y aprobó una ley conocida como la 18ª Enmienda. En la misma, se afirmaba que el alcohol mata células cerebrales. Aprovechando esta información errónea, un movimiento conocido como la Templanza empezó a difundir el bulo a nivel nacional.
Obviamente, cuando observamos a una persona ebria, no es difícil ver su dificultad para el habla y el movimiento. Así pues, este bulo no tuvo grandes problemas para correr como la pólvora fuera incluso de las fronteras norteamericanas.
1993, el año de la respuesta definitiva
Sin embargo, el bulo de la muerte de neuronas ha seguido vigente incluso a pesar de que, ya en 1993, un equipo investigador pudo comparar neuronas de bebedores y abstemios para demostrar que no había diferencias notables. Dicho estudio se publicó justo 60 años después de que se derogara la famosa Ley de Prohibición en Estados Unidos, más conocida como la célebre Ley Seca.
Entonces, si el alcohol no afecta en especial a la muerte neuronal del cerebro, ¿por qué el bulo ha seguido su camino y continúa estando tan extendido? Como sabemos, una vez la información falsa comienza a andar, es muy difícil de desmentir.
¿Cómo afecta el alcohol a las neuronas?
Si atendemos a los estudios, neurocientíficos como José Manuel Moltó, del SEN, la Sociedad Española de Neurología, afirman que tenemos el conocimiento durante décadas de que el número de neuronas estabilizadas en el desarrollo pre y postnatal no es declinado ni agudizado en su reducción por acción de los tóxicos.
De hecho, hace ya mas de medio siglo que sabemos que en edad adulta se producen nuevas neuronas en el encéfalo siempre a partir de células madre. Estas se localizan en puntos determinados, pero no son sustitutivas de aquellas que sí pueden morir, aunque dicha muerte se produce por accidente o patología neurodegenerativa. Así pues, cuando el alcohol llega al cerebro, se desactiva su función por el daño que provoca en el tejido conectivo del final de las neuronas. Es decir, que harían falta concentraciones elevas de esta sustancia para que provocase la muerte neuronal, en niveles próximos al 100%, cuando un ser humano ya se puede sentir achispado con solo el 0,1%.
“Después de la primera copa, ves las cosas como te gustaría que fueran. Después de la segunda, las ves como no son. Y después de la tercera, ya las ves como realmente son. Ese es el momento más horrible de todos”-Oscar Wilde-
Sí que es cierto que el alcohol interrumpe la comunicación neuronal, de ahí que el individuo tenga problemas para concentrarse. No obstante, esto no significa que pueda provocar la muerte de neuronas.
Conclusión
Sea como fuere, el consumo de alcohol no es aconsejable en ningún supuesto. Altera la función y estructura neuronal en el cerebro, en el área llamada cuerpo estriado dorsomedial, que es desde donde se impulsan los comportamientos dirigidos. Es decir, altera la morfología de las neuronas del lugar.
Los estudios determinan que estas neuronas son las encargadas de la inhibición de comportamientos específicos debido a los receptores de dopamina D1 y D2, de ahí que estas se vuelvan excitables. Y, si se consume sin moderación, estas necesitarán cada vez menos estimulación. Pero nunca provocará la muerte de neuronas.