La Violencia Contra La Mujer Y La Injusticia Social En El Día A Día
La injusticia social se ha convertido en la orden del día. La violencia, el sexismo, machismo, feminismo y prejuicios son algunos de los estigmas que nos arropan actualmente. En Puerto Rico, el hombre como figura patriarcal tiende a tener gran dominio de la mujer. Esto es algo que se ve culturalmente y vemos transmitirse de generación en generación. Este es un tema bien abarcador, ya que no solo afecta a la víctima, sino a su núcleo familiar completo. Son tan concurrentes los casos que se dan de violencia, opresión, discrimen, etc. que ya la sociedad no se asombra. Han aprendido a ver algo tan dañino como algo totalmente normal, claro no en todos los casos pero lamentablemente sí en la mayoría de ellos.
Los factores que inciden en la manifestación de la misma se deben a que la violencia se ha transmitido generacionalmente en las familias puertorriqueñas y del mundo entero. La crianza en el hogar es vital para determinar la mayoría de los casos de violencia. Todo esto se centra en el dominio y poder que ejerce la figura patriarcal (hombres) en las mujeres la gran mayoría de los casos, pues también es claro que se da además en parejas del mismo sexo. Los casos de violencia se inician con los menores de edad pertenecientes a una familia donde son expuestos a la violencia desde temprana edad, aprenden que la violencia es una manera tolerable de relacionarse en la familia, de remediar conflictos, bregar con tensiones, tener control sobre los demás y de confundir el verdadero significado del amor.
A temprana edad cuando empiezan a formar relaciones con parejas, amistades o entran al mundo real tienden a hacer nuevamente esos patrones que vieron en su crianza como la dominación y violencia muchas veces adquirida del hogar. Tienden a reforzar estas conductas por la sociedad, convirtiéndose en víctimas nuevas y victimarios de la violencia. Cuando estos menores crecen y eventualmente se convierten en padres, al haberse criado en ambientes con violencia en sus hogares, se vuelven más propensos a repetir dicha conducta con sus hijos. Así lamentablemente poco a poco se va transmitiendo de generación en generación.
Puerto Rico es un país machista culturalmente y esto no es un tema nuevo, aquí la violencia se ha estado llevando a cabo durante siglos y esto le da ese poder a la figura masculina. Lamentablemente ha habido muchísimas mujeres que toleran estos malos tratos durante años como mártires donde no solamente se afecta ella, sino que sus hijos de tener alguno. Muchas mujeres han tenido que levantarse y tener la valentía de luchar por sus derechos y por un país que sea más justo como las feministas que muchas veces confunden con pensar que quieren sobrepasarse cuando solamente luchan por la equidad de género.
Durante años y todavía en la actualidad, la mujer ha estado sometida a su pareja, siendo marginadas, oprimidas y estigmatizadas. Soportando todo tipo de maltratos físicos, emocionales y hasta sexuales de la persona que un día prometió amarla y respetarla. Sufren traumas de por vida por este tipo de abusos y el día que finalmente salen de esa pesadilla es muy difícil volver a confiar y entregarle todo a alguien nuevamente. Se crean barreras emocionales y emocionalmente esto puede torturar a la persona para siempre, ya que es una inseguridad y un miedo constante a que su agresor regrese por ella o a que la vida la maldiga dos veces con el mismo tipo de persona. La violencia a la mujer no siempre se ve, muchas veces podemos verlas caminando por la calle, sonriendo y teniendo una vida normal sin conocer que emocionalmente están destruidas. Las relaciones sexuales no deseadas, los golpes y la indiferencia como si no fueses absolutamente nada más que un objeto para él también es violencia. Muchas veces confundimos todo lo que pasa por amor, pensamos que cambiará o que simplemente podemos cambiarlo, pero no es así porque si lo hace una vez, lo hará hasta que tu cuerpo ya no pueda más.
Esto ha llegado a tal magnitud que lo ideal sería tener una varita mágica para detener esto que ha llegado tan lejos. Pero no, lamentablemente no es posible. Hay que buscar alternativas reales que ayuden a contrarrestar el efecto de la violencia y sus víctimas. En Puerto Rico existe la ley 54 que protege a la mujer de la violencia de género. Lamentablemente son muchos los casos verídicos que se dan día tras día en nuestra isla aun cuando hay leyes que protegen a las víctimas.
Además, hay muchas instituciones que les da asilo a estas mujeres maltratadas y a sus hijos, estas se encargan de proveer un ambiente seguro a mujeres que deciden terminar una relación tóxica con un agresor. La prevención es otra herramienta vital. Con la prevención se logra educar a las personas y evitar que llegue a causar estos efectos tan dañinos Las charlas a mujeres que son posibles víctimas que algún Trabajador Social pueda brindar, ya que muchas veces somos víctimas de muchos maltratos, pero nosotras mismas no somos capaces de verlo hasta que otra persona nos habla y nos instruye sobre ellos. Charlas de cómo saber si mi pareja es un agresor y sobre los signos o banderitas rojas que no vemos de un principio por amor, ya que estos agresores tienen una actitud repetitiva y conductas que siempre están, ya que forman parte de su personalidad. La igualdad de género es muy importante y es parte de nuestra responsabilidad enseñar y educar a nuestros niños a vivir una vida llena de equidad en el hogar, el trabajo, la escuela. Siendo objetiva, esta es una buena alternativa que ayudará a contrarrestar el machismo y la violencia desde tempranas etapas.
Es bien lamentable y crea un sentido de impotencia saber que la gente no se ha modernizado y sigue existiendo un pensamiento machista-cultural que nos hunde como sociedad. Soy una mujer puertorriqueña orgullosa de serlo. Pero de esto no me siento orgullosa. No debe haber un trato desigual por ninguna razón. Todos somos iguales y capaces. Este pensamiento desigual y opresor no nos permitirá progresar, ya que los puertorriqueños (por supuesto, no todos) estamos siendo opresores y no estamos abiertos al cambio. Tenemos que transformarnos. Algo que no crece ni evoluciona, se estanca. Así sucederá si no abrimos los ojos y dejamos de tirar para un lado o para el otro sin analizar. Merecemos vivir en una sociedad más justa, más humana.
Referencias
- Ministerio de Educación Cultural y Deporte. (12 de julio de 2016). Unidad de igualdad de género. Recuperado de http://www.mecd.gob.es/ministerio-mecd/organizacion/igualdad-genero.html