Violencia De Género En Jóvenes En La Actualidad

La psicóloga Eva María Cabrero Aparicio (2016) indica que la violencia que se ejerce en las relaciones de pareja es un problema que se da y que afecta a todas las edades, razas, clases sociales y religiones. Asimismo, expone que hay diversos autores que intentan explicar a través de una serie de teorías por qué se ejerce dicha violencia en las relaciones de pareja entre los jóvenes. Pretenden manifestar cómo existen factores como la interacción, el aprendizaje o imitación de conductas, el predominio del patriarcado o incluso los diversos ambientes en los que se mueve un individuo, que pueden influir en la adquisición de comportamientos violentos del mismo. Dichas teorías son:

Teoría del Apego

Dicha teoría pertenece al psicoanalista John Bowlby, el cual plantea que todas las personas van a relacionarse de una forma u otra con el resto atendiendo a dos figuras importantes en su vida, la madre y el padre. Es decir, sus interacciones van a estar determinadas por estas dos figuras y van a influir tanto en el inicio como en el desarrollo del comportamiento agresiv.

Bowlby expone que aquellos adolescentes que proceden de hogares en los que se dieron malos tratos, que tienen ciertos problemas para controlar sus emociones, o que les cuesta solucionar los problemas tendrán más posibilidades de establecer relaciones de pareja conflictivas.

Por ello, desde esta teoría se podría concluir que la violencia ejercida en la adolescencia se podría deber a las experiencias negativas que sufrieran en la infancia (ejemplo: conductas agresivas de los padres, maltrato infantil, falta de apego…) y que a su vez, generaría problemas como los patrones disfuncionales en la edad adulta.

Teoría del Aprendizaje Social

Esta teoría fue planteada por Albert Bandura en el año 1973 pretende dar una explicación sobre como lo que aprendemos en la infancia viene motivado por una imitación de todo aquello que vemos (Cabrero Aparicio, 2016)

Así pues, a raíz de esta teoría se puede establecer que las conductas agresivas que se dan en parejas de adolescentes son consecuencia de una imitación o aprendizaje de las mismas, ya sea porque haya tenido una experiencia personal o porque haya sido cómplice de relaciones de pareja en las que se haya dado la violencia. Por lo que, la conclusión sacada de esta teoría es que las personas que se expongan a conductas violentas tendrán una mayor probabilidad de manifestar dicha violencia que aquellas que no se han visto expuestas a la misma.

No obstante, aunque esto ocurra en muchos casos, la realidad es que cada persona crea su propio proceso de desarrollo, y no todos los adolescentes que hayan sido víctimas de agresiones en sus relaciones de pareja, lo han sido en la infancia o con parejas anteriores.

Perspectiva Feminista.

Existen autoras como Leonor Walker que tratan de explicar el fenómeno de la violencia que se ejerce en las parejas atendiendo a la desigualdad social y de género, reforzada por un mayor poder del hombre sobre la mujer. Esta teoría hace referencia al llamado sistema patriarcal, en el que la mujer queda reducida al control y dominio del hombre. Es a raíz de dicho patriarcado cuando surge la violencia de género, cuya finalidad es dar poder al hombre y debilidad a la mujer, creándose una situación de desigualdad entre ambos.

Ésta misma teoría afecta también a la población juvenil, puesto que cada vez están más influenciados por sistemas tradicionales que les inculcan unos roles, valores y creencias basados en la desigualdad de género.

Teoría del Intercambio Social

Dicha teoría, propuesta por George C. Homans en 1961 trata de explicar la ambición que tienen las personas de recibir algún tipo de gratificación en sus relaciones y de reducir o eliminar los costes que dichas relaciones puedan suponer. Así pues, el comportamiento va a depender de las recompensas y los costes que tenga la relación.

La teoría del Intercambio Social puede explicar la conducta violenta como un método que se emplea en la relación de pareja para reducir los costes de la misma y tener ciertas ganancias, como sería el control y dominio sobre la otra persona. De esta manera, el agresor siempre va a tratar de mostrar control con la intención de reducir otros costes como podría ser la incertidumbre de no saber qué piensa la otra persona, qué hace o dónde se encuentra. Por lo tanto, esta teoría explica la necesidad que tienen de obtener ese dominio sobre el otro individuo.

Enfoque Cognitivo-Conductual

El enfoque cognitivo-conductual considera que las conductas violentas que se dan en las relaciones de pareja vienen determinadas por las cogniciones y procesos cognitivos, es decir, por el pensamiento, la conducta y la emoción. De manera que, si aparecen distorsiones cognitivas entre éstos, puede dar lugar a sentimientos negativos y con ello a la violencia.

No obstante, dicho enfoque ha puesto más ímpetu en explicar las distorsiones cognitivas que se dan en agresores ante determinadas situaciones, que en no agresores, puesto que cada uno va a tener un pensamiento diferente, provocando en el agresor emociones negativas respecto a su pareja. Por lo que, esta teoría podría ser causa también de la violencia que se ejerce en el noviazgo, si el agresor presenta dichas distorsiones cognitivas.

Modelo Ecológico

Esta teoría fue llevada a cabo por Urie Bronfenbrenner para dar una explicación sobre la violencia que se da en las relaciones de pareja, adquiriendo a partir de ahí el nombre de modelo socio-ecológico. Para ello, se va a centrar en el estudio de los diferentes ambientes en los que se desarrolla un individuo, puesto que dichos ambientes van a influir directamente en el desarrollo cognitivo, moral y relacional de las personas. Se trata, por tanto, de un modelo basado en la relación que existe entre las variables genéticas del individuo y el entorno en el que se desenvuelve, y que a su vez se divide en tres sistemas que conforman las relaciones personales.

  • El microsistema, que es el nivel más cercano en el que se desarrolla la persona (familia, padres o escuela).
  • El mesosistema, que incluye otros entornos en los que la persona participa activamente (relación entre la familia y la escuela).
  • El exosistema, que se centra en aquellas situaciones en las que la persona no participa de manera activa, pero en las que se producen cosas que si que pueden afectarle.
  • El macrosistema, referido a la cultura, costumbres y momento histórico-social en el que vive dicha persona.

 

Por lo tanto, dicho enfoque va a destacar que los problemas conductuales de una persona no se deben atribuir únicamente a la misma, sino que éstos son el fruto de una interacción entre el individuo y su entorno, siendo necesario examinar la conducta en el contexto donde se produce (P.ej: si fuera en el aula o la escuela).

De esta manera, considero que sobre todo las teorías del aprendizaje social, la del apego y el modelo ecológico son las teorías que mejor pueden explicar la violencia de género en los jóvenes, ya que manifiestan cómo la imitación de determinadas conductas, la influencia de los padres o de los diferentes ambientes en los que se mueven durante la infancia puede provocar la adquisición de conductas o comportamientos violentos que van a interiorizar como normales, dando lugar a la violencia de género entre jóvenes.

Es importante educar desde edades muy tempranas y enseñar ciertos valores contrarios a la violencia y agresividad. Se trata de intentar que aprendan conductas positivas relacionadas con el apego, la cooperación, el apoyo entre iguales, de evitar que puedan imitar conductas violentas, y que en el caso de que sean cómplices de alguna sepan que eso es algo que está mal y que no deben seguir. Es necesario e imprescindible que el ambiente en el que se críen y eduquen los niños y adolescentes sea tranquilo, sin violencia, sin insultos, evitando por encima de todo la agresividad y el menosprecio.

No obstante, considero que el modelo ecológico es el que mejor puede manifestar la violencia ejercida entre parejas jóvenes y con el que mejor se podría actuar con la coeducación. Como he explicado anteriormente se trata de un modelo en el que la conducta violenta viene determinada por la influencia de diversos ambientes, entre los cuales está la familia, la escuela, las costumbres, etc. Por ello, pienso que a través de una coeducación en las escuelas que incida en los jóvenes desde edades muy tempranas, se puede acabar con la mala influencia de estos ambientes, se podrían corregir comportamientos inadecuados en los colegios e institutos, se podría evitar la imitación de conductas en familias donde se produce violencia, así como evitar la influencia de una cultura y costumbres basadas en un modelo tradicional que discrimina a la mujer, y promoviendo con ello, una educación basada en la igualdad de género que no promueva el dominio del hombre sobre la mujer y que evite las ideas y estereotipos sexistas.

– El problema particular de las nuevas tecnologías.

Las tecnologías de información y comunicación que cada vez están más modernizadas han influido en nuestra forma de comunicarnos, transmitir información o relacionarnos con otras personas, algo que también afecta a las relaciones de pareja, ya que a pesar de que sus usos tienen muchas ventajas también provocan nuevas formas de ejercer violencia de género (Sánchez Pardo, 2017)

Estas nuevas formas de violencia de género pueden ser:

  • El ciberacoso basado en insultos, burlas, humillaciones, vejaciones, amenazas, chantajes, difusión de información, fotografías de contenido difamatorio…
  • El sexting, el cual consiste en difundir fotos o vídeos de contenido sexual o erótico a través del móvil o internet.
  • El grooming, abuso sexual provocado por adultos a menores, coaccionándoles con información e imágenes de contenido sexual que se obtienen a través de internet.
  • La suplantación de identidad a otra persona en las redes sociales al utilizar de manera fraudulenta su contraseña para acceder a datos personales del propietario de dicha contraseña o difundir imágenes o contenidos vejatorios haciéndose pasar por dicha persona.

 

Las nuevas tecnologías suponen un grave riesgo para la violencia de género puesto que han provocado que se dé un mayor control sobre la pareja, se den nuevas formas de acoso y maltrato, se aumente el daño ocasionado y los efectos negativos a la víctima, así como se dificulte el poder romper la relación entre el supuesto acosador y la víctima.

Por lo general, las mujeres jóvenes son las más vulnerables a recibir algún tipo de violencia a través de la red, normalmente por la desigualdad que existe en cuanto a los comportamientos y la imagen de la mujer en una relación de pareja. A esto se suma el hecho de enviar a la pareja contenidos personales de tipo erótico o sexual, pensando que es una muestra de confianza hacia la misma, pero corriendo el grave riesgo de sufrir sexting tras finalizar la relación.

Pero no sólo existe la divulgación de imágenes de contenido sexual como forma de violencia de género a través de las nuevas tecnologías, sino que existen otras formas como las amenazas, las acusaciones falsas, el envío de mensajes vejatorios, el robo de contraseñas para acceder a contenidos personales de la otra persona, la suplantación de identidad para dañar la imagen de la propia víctima, el uso de identidades falsas, la vigilancia de las actividades que realiza, la presión continua por parte del acosador para que la ésta le haga caso, revelar datos íntimos o usar información personal y privada de la víctima para chantajearla.

En torno a todas estas formas de violencia de género, existen unos rasgos característicos que son recurrir a internet o las redes sociales para entrar en contacto con la víctima una vez que se ha perdido el contacto físico; el desarrollo de estrategias para chantajear a la víctima emocionalmente para conseguir que ésta vuelva con él, es decir, intentar convencerla de que vuelvan, haciéndola sentir culpable por todo lo que está pasando; utilizar la red para dirigirse a la víctima mediante insultos y amenazas, puesto que como han tenido una relación previa, el acosador conoce bastantes cosas de la víctima provocando en ella un miedo irrefutable a encontrarse físicamente con él; o valerse del uso de internet para dañar la imagen de la víctima enviando imágenes comprometedoras, acusaciones falsas, información personal, etc., a diversas personas entre las cuales pueden incluirse amigos/as de la misma.

Además, todo esto tiene unas graves consecuencias para las víctimas, como son los daños psicológicos y emocionales, bien sean depresiones, ansiedad, aislamiento…, o la desigualdad y exclusión. Dentro de esta última podemos hablar de exclusión digital ya que para ellas existe una limitación que no les permite utilizar internet y las redes sociales de forma libre y autónoma. Consecuencias que se alargan en el tiempo pues en los últimos años la violencia de género que se lleva a cabo a través de las nuevas tecnologías ha crecido de manera considerable, ya que casi una de cada diez chicas ha recibido algún tipo de mensaje vejatorio a través de internet, ya sea por ordenador o por teléfono móvil. El 61,7% de las chicas han recibido algún mensaje insultándolas, el 39,2% ha recibido algún mensaje ridiculizándolas, el 36,5% provocándoles miedo y el 20,5% amenazándolas para que hicieran algo que ellas mismas no querían.

Asimismo, los datos aportados por Isabel Ventura, experta de Portugal en el observatorio de Violencia de Género del Lobby Europeo de Mujeres, muestran que un 18% de mujeres y niñas han sufrido algún tipo de violencia a través de la red antes de cumplir los 15 años y hasta un 11% lo sigue sufriendo desde que sobrepasó dicha edad.

Según Ventura, existen hasta tres mil sitios online donde se dedican única y exclusivamente a la violencia contra la mujer, siendo la pornografía por venganza la más habitual dentro de la red, algo que la empresa de seguridad McAfee corrobora, estableciendo que una de cada diez parejas amenaza con difundir imágenes de contenido erótico o sexual, y que más de tres mil ya lo han hecho.

Además, ella asegura que es difícil acabar con dicho problema puesto que apenas hay barreras físicas y temporales dentro de la red, hay un gran poder de difusión y por supuesto existe un gran anonimato que te puede permitir realizar dichas acciones sin ser descubierto, pues como dice Ventura, “Internet es como tierra de nadie, muchas veces no se puede establecer la responsabilidad de estos delitos’

La violencia que se efectúa a través de la red contra las niñas, adolescentes y mujeres suele ser ejercida por ex parejas, compañeros de clase o de trabajo, pero también puede darse el caso de que se produzca por delincuentes online como los hackers, depredadores sexuales u organizaciones criminales.

Por ello, a pesar de que es difícil acabar con dicha violencia, es importante que desde los centros escolares y desde las familias se conciencie a los más jóvenes del riesgo que corren al usar la red sin cierto cuidado, siendo por tanto, imprescindible, que la educación incida en este ámbito para frenar el excesivo uso que se da a las nuevas tecnologías y con ello la violencia que se ejerce a través de ellas.

10 May 2021
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