La Virtud en los Humanos, de Naturaleza o Creada

Introducción

Aristóteles afirma que la virtud no se crea en la naturaleza del individuo, aunque reconoce que es meramente natural para la capacidad de entender estas virtudes y perfeccionarlas con la cotidianidad o costumbres. Es por ello que la virtud es el hábito por el cual el hombre se hace bueno y realiza bien la actividad u obra que se le es confiada. Aristóteles distingue entre la virtud moral, o de carácter, y la virtud intelectual. En tanto que busca un medio entre vicios y una clase de estado para realizar las mejores acciones que mantenga la relación con el placer y el dolor, la virtud moral hace bueno al ser humano. 

Desarrollo

El arte solo requiere conocimiento, pero la virtud requiere elección racional y ejercicio constante de la misma. Es difícil ser bueno porque es difícil encontrar el medio, y la función de la educación es precisamente ayudar a alcanzarlo. Entre el exceso y el defecto el punto medio es la virtud o magnificencia y Aristóteles llama a los dos extremos más distantes como contrarios. Aristóteles dice que podemos describir las virtudes como las cosas que son destruidas por la deficiencia o el exceso. 

Alguien que huye se convierte en un cobarde, mientras que alguien que no teme nada es temerario. De esta manera, la virtud ‘valentía’ se puede ver como un ‘término medio’ entre dos extremos. Las personas se habitúan bien realizando acciones virtuosas, posiblemente por la guía de los maestros o la experiencia, y a su vez estos hábitos se convierten en verdaderas virtudes donde elegimos las buenas acciones deliberadamente.

Según Aristóteles, el carácter correctamente entendido (es decir, la virtud o el vicio de una persona), no es cualquier tendencia o hábito, sino algo que afecta a cuando sentimos placer o dolor. Una persona virtuosa siente placer cuando realiza las acciones bellas o nobles (kalos). Una persona que no es virtuosa a menudo encontrará sus percepciones de lo que es agradable engañosas. Cuando una persona hace acciones virtuosas, por ejemplo por casualidad, o bajo consejo, todavía no es necesariamente una persona virtuosa. 

No es como en las artes productivas, donde lo que se está haciendo es lo que se juzga como bien hecho o no. Para ser verdaderamente una persona virtuosa, las acciones virtuosas de uno deben cumplir tres condiciones: son hechas a sabiendas,  son elegidas por su propio bien, y son escogidas de acuerdo a una disposición estable no a un capricho, o de cualquier manera que la persona que actúa podría cambiar fácilmente su elección). Y solo saber lo que serían virtuosas no es suficiente.

Conclusión

Comparando la virtud con las artes productivas (technai) como con las artes, la virtud del carácter debe ser no solo la realización de un buen ser humano, sino también la manera en que los humanos hacen bien su propio trabajo. Ser experto en un arte también puede ser descrito como un medio entre el exceso y la deficiencia: cuando están bien hechos décimos que no queremos quitar o añadir nada de ellos. Pero Aristóteles señala una simplificación en esta idea del término medio. En términos de lo que es mejor, buscamos un extremo.

17 February 2022
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