Las Adicciones Y El Juego Como Patología
Introducción.
Para abordar la falta de control de impulsos debemos tomar en cuenta todos los aspectos que implican y no considerarlas como acciones esporádicas. Los trastornos de control de impulsos son unas de las razones más comunes para el tratamiento en niños, jóvenes y adultos que necesitan la ayuda profesional para superarlo. Estos trastornos involucran un patrón de conductas disruptivas en las personas que lo padecen, causando problemas escolares, en el hogar, y en situaciones sociales.
Es usual que los individuos en general muestren algunas de estas conductas en determinados instantes, pero los trastornos de control de impulsos son los más graves, ya que es un esquema repetitivo, uno de estos trastornos es la ludopatía, que se caracteriza por una adicción a los juegos de azar. Esta adicción consiste en un deseo irreprimible de jugar pese a que la persona es consciente de las consecuencias, la adicción a los juegos esta alimentada en que cualquier ocasión se puede recibir una recompensa sin importar cuanto se ha invertido.
La ludopatía es un proceso de la conducta que perturba a muchos individuos en nuestra sociedad actual y que se atañe con la oferta atrevida de los casinos en nuestro país. Esta desorganización incita al detrimento gradual del paciente y compone una enfermedad con difíciles consecuencias sociales. El juego en cualquiera de sus acepciones, ha ocupado un lugar importante en toda cultura y sociedad. La búsqueda de excitación y el ataque al aburrimiento y la rutina han sido la base del juego en todos los tiempos.
La terapia cognitiva conductual beneficia el cambio en la forma como piensa (cognitivo) y manera de actuar (conductual) estos cambios consiguen ayudar a que la persona sienta mejoría. La tcc se centra en el problema y dificultades del “aquí y ahora”. En vez de centrarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, indaga formas de optimizar su estado de ánimo en el ahora. La tcc es una manera de entender cómo piensa el individuo acerca de sí mismo, de otras personas y de su ambiente y como esto perturba sus pensamientos y sentimientos.
El modelo conductista va muy de la mano con el pensamiento; de que muchas cosas de la conducta humana se basan en aprendizaje, pero este aprendizaje no se está basado en una relación asociativa estimulo-respuesta, más bien se basa en la formación de relación con esquemas personales, cognitivos y conductuales, están relacionados de modo que un cambio en alguno de estos esquemas afecta a los otros.
La deducción de las investigaciones clínicas supervisadas, manifiestan gran apoyo a la eficacia de las terapias cognitivo-conductuales en todas sus facetas. Los resultados no deberían confundirse ente sí, ya que la eficacia es variable y resulta dependiente según el problema conductual, de esta manera una de las técnicas son más dominantes que otras. La composición de las técnicas cognitivo-conductuales parece obtener mejores resultados, se ha verificado que es útil tratando algunos trastornos y padecimientos como los ataques de pánico, depresión, ansiedad, entre otros.
Conclusión.
La importancia de este informe es con la finalidad de apoyar a que los sujetos puedan manipular de una manera adecuada este problema, que puede decirse que es muy similar a la adicción por alcohol, o por drogas. Se busca ayudar a los sujetos a que se acepten ellos y su problemática, aunado a esto su compromiso de mejorar.
En consideración al plan terapéutico que se propone se busca disminuir y mejorar conductas nocivas para el sujeto, donde el pensamiento, sentimiento y conductas distorsionadas que influyan en el poco compromiso con la terapia. Entre las ventajas del presente informe, es brindar a las personas que padecen este trastorno habilidades y destrezas que los hagan afrontar de manera adecuada los impulsos que siente