Las Ventajas De Comer Lentamente
Introducción
Disfruta de la comida lentamente. ¡Tu organismo lo notará! La comida, uno de los mayores placeres de la vida, a veces recibe muy poca atención. ¡Con qué poco cuidado y mimo solemos prepararla, pero qué rápido comemos! La importancia del tiempo. La comida tarda unos 20 minutos para ir del estómago al íleon. Cuando llega a esta parte del intestino delgado se libera una hormona que envía un mensaje al cerebro comunicándole que el estómago ya está lleno. Si comes rápido, ingieres más cantidad de comida y no te sacias porque no ha pasado el tiempo necesario para que se produzca el aviso al cerebro. Pero si comes despacio, te sacias antes.
Desarrollo
Esta es una de las principales ventajas cuando se está llevando a cabo un plan de adelgazamiento. Aunque algunas veces solamente tenemos 5 minutos para comer algún bocado, no es lo habitual y tenemos que convertirlo en la excepción. Hay que conseguir, por lo menos, 30 minutos para poder comer con tranquilidad. Tu organismo te lo agradecerá y tu dieta será más efectiva. Beneficios de comer despacio. Comiendo despacio la sensación de saciedad llega antes, pero ¿Sabías que hay otros muchos beneficios para tu salud? Presta atención, porque en esos beneficios encontrarás aliados que te ayudarán a perder peso.
Evita tener gases. Cuando masticamos poco los alimentos llegan al estómago en trozos que cuesta más deshacer, por lo que comienza un proceso pesado de digestión que causa flatulencias, gases e hinchazón. Cuida la salud dental. La saliva ayuda a lubricar el alimento para una mejor digestión. El ejercicio de masticar fortalece mandíbula, encías y dientes. Favorece la digestión. Al triturar mejor los alimentos con los dientes, el estómago trabaja de una manera más eficiente. Regula el nivel de glucosa. Cuando conseguimos tener una buena digestión, nuestras hormonas trabajan de forma más regular y pausada.
Mejora los niveles de estrés. Masticando despacio conseguimos un efecto contagio en todo el cuerpo. Tranquilizándonos y calmando, en cierta medida, el estrés del momento. Mejora la absorción de los nutrientes. Los nutrientes son absorbidos en su totalidad gracias a un buen funcionamiento del aparato digestivo. Se consume menos cantidad de comida. Cuando comemos despacio se dispara la hormona de la saciedad, la leptina. Se tiene más conciencia de lo que se come. El comer lento nos permite fijarnos más en lo que comemos: cantidad, alimentos, zona grasa de un filete. Conseguimos una mayor concienciación en la siguiente elaboración de nuestro plato.
Las pruebas científicas que demuestran que debes comer despacio. Un estudio de la Universidad de Kyushu, en Japón, ha encontrado que las personas que se toman el tiempo suficiente para masticar correctamente tienen mejores digestiones y se sacian antes. Los investigadores también descubrieron que los “comedores lentos” tenían menores índices de masa corporal y unos perímetros de cintura más saludables. En otro estudio, realizado por la Asociación Americana del Corazón, se encontró que los “comedores rápidos” eran un 11% más propensos a desarrollar el síndrome metabólico.
Lo que conlleva mayor riesgo de enfermedades cardiacas, incluyendo obesidad, altos niveles de grasas perjudiciales, altos niveles de colesterol, alta presión sanguínea o un mayor nivel de azúcar en la sangre. Trucos para lograr comer más lento. Anota estos consejos y tenlos a mano a la hora de sentarte a la mesa, te serán de mucha utilidad: Debes evitar llegar al punto de tener un hambre extrema. Respira 3 veces profundamente antes de comenzar a comer. Suelta la cuchara o el tenedor entre bocado y bocado y saborea con atención lo que tienes en la boca. Come cogiendo cantidades pequeñas con tu cubierto.
Conclusión
Elige alimentos que haya que masticar (crudos, fibrosos, consistentes) Si son blandos o triturados, no tomes otro bocado hasta haber ingerido bien el primero. Controla el tiempo. Debes tardar en comer unos 30 minutos como mínimo. Intenta no terminar antes. Apaga todos los aparatos electrónicos. Céntrate en tu maravillosa comida. Si notas que aceleras, para y vuelve a respirar 3 veces. ¡Disfrútala como te mereces! No te impacientes si no lo logras al principio. Todo cambio de hábitos requiere un tiempo y muchas ganas. Y tú, ¿No tienes ganas de alargar uno de los mejores momentos del día?
