Lavado De Manos Como Prevención De Las Enfermedades

Introducción

“El lavado de manos con agua y jabón es una de las maneras más efectivas y económicas para prevenir las enfermedades infecciosas, nosocomiales y mejorar la seguridad del paciente”. Vivimos en una época en la cual ha cobrado importancia el lavado de manos debido a la situación higiénica y epidemiológica a nivel mundial. Durante una pandemia, por ejemplo, una de las formas más baratas, sencillas e importantes de prevenir el contagio de un virus es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. Comprendido como uno de los métodos de higiene más básicos y sobre todo importante.

Desarrollo

El lavado de manos es un simple acto que no toma más de cinco minutos y que nos puede salvar de estar contagiados con un sinnúmero de enfermedades que se alojan en nuestras manos, ya sea presencia de virus, bacterias, etc. En la actualidad estamos conviviendo con algunas enfermedades respiratorias, unas fuertes y otras leves, que no tienen discriminación de edad ni sexo en nuestra población e incluso algunas poseen características que pueden perjudicar la vida. Como profesionales de la salud debemos adquirir costumbres idóneas en cuanto a la praxis, ya que estamos en constante contacto con fluidos corporales.

Sin embargo, el lavado de manos es una actividad no solo sectorizada para los profesionales de la salud, el público del común también se expone a superficies exteriores que pueden estar contaminadas, y aunque se escucha como un tema sencillo muchas personas no lo tienen en cuenta y otros tantos lo aplican de manera errónea. En el siglo XIX, en épocas de la fiebre puerperal, el médico húngaro Ignaz Semmelweis, preocupado porque esta enfermedad tenía hasta un 90% de mortalidad, descubrió que los profesionales de la salud y estudiantes de medicina habían sido los responsables de tantas muertes, ya que los médicos no limpiaban el instrumental después de tratar a cada paciente y tampoco se lavaban las manos. 

Llegó a esta conclusión comparando la practica con las parteras, las cuales llevaban a cabo el proceso con mayor higiene y exponían menos a las madres a infecciones postparto. Frente a esto, decidió instalar lavabos para que los médicos y estudiantes se lavaran las manos, logrando que se redujera notablemente la mortalidad y descubriendo una nueva forma de salvar vidas, el lavado de manos. De este modo podemos plasmar dos objetivos importantes de la higiene de las manos: proteger al paciente y al trabajador de la salud, por esta razón hay dos momentos cruciales y generales en los que se debe realizar.

Antes y después de la atención y específicamente en cinco momentos que serán tratados en el desarrollo de esta guía, la cual tiene como objetivo establecer unos parámetros para la higiene de las manos y de esta manara combatir cierta cantidad de enfermedades. Existen dos tipos de microorganismos que se encuentran en las manos por un lado encontramos la flora residente, la cual consiste en organismos microscópicos que residen debajo de las células superficiales del estrato córneo y por otro lado encontramos la flora transitoria, esta coloniza las capas superficiales de la piel, y es más susceptible a la eliminación mediante el lavado y la higiene de las manos. 

Algunos microorganismos transitorios pueden sobrevivir, pero generalmente no se multiplican en la piel. En algunas ocasiones estos son adquiridos por trabajadores de la salud durante el contacto directo con pacientes o sus superficies ambientales contaminadas cercanas y son los organismos más frecuentemente relacionados con infecciones asociadas al sistema de salud. Las manos de los profesionales de la salud suelen estar colonizadas con agentes patógenos como S. aureus resistente a la meticilina, Enterococcus resistente a la vancomicina, bacterias Gramnegativas, Candida spp. Y Clostridium difficle, la cual puede sobrevivir hasta 150 h. 

Aproximadamente 106 microorganismos presentes en la piel pueden contaminar las batas, la ropa de cama, la unidad odontológica, los muebles cercanos y otros objetos en el entorno inmediato del paciente. El traslado manual de patógenos resistentes está asociado con infecciones nosocomiales, lo cual ha sido demostrado. Los índices más elevados de contaminación de manos se reportan en áreas de cuidados intensivos, de la misma forma como se informan la mayoría de los casos de transmisión cruzada. Las manos pueden contaminarse simplemente tocando organismos vivos que estén contaminados.

También por objetos inanimados en las habitaciones de los pacientes o durante los procedimientos básicos, como registrar la presión arterial. En el siglo XIX, en épocas de la fiebre puerperal, el médico húngaro Ignaz Semmelweis, preocupado porque esta enfermedad tenía hasta un 90% de mortalidad, descubrió que los profesionales de la salud y estudiantes de medicina habían sido los responsables de tantas muertes, ya que los médicos no limpiaban el instrumental después de tratar a cada paciente y tampoco se lavaban las manos. Llegó a esta conclusión comparando la practica con las parteras.

Las cuales llevaban a cabo el proceso con mayor higiene y exponían menos a las madres a infecciones postparto. Frente a esto, decidió instalar lavabos para que los médicos y estudiantes se lavaran las manos, logrando que se redujera notablemente la mortalidad y descubriendo una nueva forma de salvar vidas, el lavado de manos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la higiene de las manos comprende la limpieza de estas mediante el lavado con agua y jabón, este último debe ser, de preferencia, antiséptico, también pueden ser usados desinfectantes para manos a base de alcohol, espumas o geles. 

Las indicaciones para lavarse las manos incluyen cuando las manos están visiblemente sucias, contaminadas con sangre u otros fluidos corporales, antes de comer y después de usar el baño. Las manos deben lavarse si hay una posible exposición a Clostridium difficile, Norovirus o Bacillus anthracis. Por otro lado, en la atención de la consulta odontológica se deben tener presente 5 momentos cruciales en cuanto al lavado de manos los cuales fueron especificados y descritos por la OMS en 2009: Antes de tocar o entrar en contacto con un paciente. Antes de realizar un procedimiento limpio o aséptico. Después de un riesgo de exposición a fluidos corporales y eliminación de guantes. 

Después del contacto con un paciente y su entorno inmediato. Después de tocar un objeto inanimado en el entorno inmediato del paciente, incluso si no hay contacto directo con el paciente. La higiene idónea de las manos es la forma más importante, más simple y menos costosa para reducir la prevalencia de enfermedades transmisibles y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos. Varios estudios han demostrado que el lavado de manos virtualmente erradica la transmisión de microorganismos que ocurre invariablemente en manos de los profesionales de la salud que trabajan en las unidades de cuidados intensivos.

Conclusión

Se ha comprobado que un incremento en la responsabilidad en cuanto al lavado de manos va acompañado de un descenso en las tasas de S. aureus resistente a la meticilina. El grupo de estudio de higiene de manos precisó nueve estudios controlados, los cuales mostraron reducciones significativas en los resultados relacionados con la infección, incluso en entornos con altas tasas de infección en pacientes críticos. También se ha referido bibliográficamente que la transmisión de Klebsiella sp. Se reduce con la mejora de la higiene de las manos. La literatura sugiere que la mejoría en cuanto a la calidad de la práctica de higiene de manos ha reducido significativamente las tasas de adquisición de patógenos en las manos y, en última instancia, ha reducido las tasas de infecciones intrahospitalarias.