Lázaro Cárdenas y Su Contribución en El Sistema Político Mexicano
México como todo país soberano, ha sido parte de un proceso riguroso de transformación ideológica a través del tiempo. Dicha transformación, ha cimentado las bases en los distintos niveles de organización social en nuestro país. Aspectos políticos, económicos, culturales y sociales, que en conjunto forman la raíz de nuestra propia identidad nacional.
Cuando se habla acerca de nuestro país, es imprescindible detonar la labor de aquellas figuras políticas en la creación de este cumulo de riquezas culturales, que han permitido la formación de nuestra identidad nacional. Dentro de este contexto, cuando se habla acerca de aquella figura emblemática e indispensable en la formación del México que conocemos, donde los conceptos de soberanía, libertad, igualdad y la creación de un México del pueblo y para el pueblo, Lázaro Cárdenas juega un papel indispensable en la estructuración organizacional del estado mexicano.
Como el hombre que realmente fue o el mito en que lo convirtió el pueblo, Lázaro Cárdenas el general misionero, es una de las figuras emblemáticas que se mantienen más presentes en la memoria colectiva del pueblo de México. Aparte de estadista a favor del desarrollo nacional, el general Lázaro Cárdenas se destacó por su carácter humano, la voz que transmitía encanto, inteligencia y una actitud fuerte para gobernar un país e incluso para tener éxito como un prominente político, más aún en medio de una revolución sangrienta, cárdenas lo tenía todo.
“Creo que para algo nací, vivo siempre fijo en la idea de que he de conquistar fama, de qué modo, no lo sé” escribió el joven Lázaro a sus diez y seis años de edad, entrando en aquel proceso de redescubrimiento de la identidad, sin saber, que años más tarde se convertiría en el hombre que termino con ese ciclo de violencia nacional y sentó las bases del estado mexicano moderno.
Para Lázaro Cárdenas, los conceptos de justicia social y dignidad nacional fueron los promotores e impulsores de la identidad de lo que sería su mandato presidencial. Su campaña presidencial se distinguió de los demás políticos aspirantes a la presidencia ya que recorrió el país, habito tomado quizás gracias a su servicio como militar; se internó en cierras y barrancas, siempre mostrando una vocación para escuchar a la gente. Gracias a estos recorridos pudo observar situaciones en las que coincidían injusticias, limitaciones, carencias y potencialidades que fortalecieron sus convicciones revolucionarias y formaron al hombre de grandes ideales, pues siempre demostró gran apego hacia los derechos humanos y fue un defensor incansable de la paz.
Tomo posesión de la candidatura a los treinta y nueve años, y es bien conocido que durante su sexenio, fue particularmente sensible a las demandas sociales, esto provoco que hiciera cambios fundamentales en el país y sentara las bases del moderno sistema político mexicano. Cárdenas, basó sus políticas en un proyecto reformista inspirado por las ideas socialistas que beneficiaron la salud, a la población indígena, la distribución de tierras, la infraestructura agrícola y además, la nacionalización de todas las concesiones que poseían los Estados Unidos y las compañías petroleras del Reino Unido, también experimentó con un ferrocarril controlado por los trabajadores y planeó un sistema de educación socialista.
El gobierno de Cárdenas fue único en muchos sentidos. Un aspecto importante del que fue característico su gobierno es quizás la “Reforma Agraria” y la creación de los ejidos, esto con el fin de modificar la estructura de la propiedad y producción de la tierra, buscando solucionar la concentración de la propiedad en pocos dueños y la baja productividad agrícola debido a la falta de empleos o a la especulación con los precios de la tierra que desestimaban su uso productivo.
Para Cárdenas, el ejido debía de convertirse en una institución permanente, transformándose en el eje de la economía agraria en palabras del propio presidente: “El ejido no solo debía liberar al trabajador del campo de la explotación del que fue objeto, sino también como sistema de producción agrícola debía asumir la responsabilidad de proveer la alimentación del país” bajo la protección del gobierno con el auxilio del departamento agrario y del banco de crédito ejidal, su proyecto de transformar la vida rural del país, no solo se trataba de dotar tierras a los pueblos sino de proveerlos, construir obras de riego, vías de comunicación y fundar escuelas. Con La mejora de las condiciones de vida de los trabajadores del campo, se fortaleció el mercado interno y se estimuló el crecimiento económico demográfico que el país experimentaría en las décadas venideras.
Sin embargo, el debate acerca de su principal obra política y económica yace en la nacionalización de los recursos del subsuelo, en particular del petróleo. La decisión política que tomó el gobierno de Lázaro Cárdenas, referente a la expropiación petrolera, se debe posiblemente a la debilidad mostrada por las economías de los Estados Unidos de Norteamérica y británica, a la existencia de un fuerte conflicto entre los trabajadores de las empresas explotadoras del aceite de origen fósil instaladas en México y los empresarios extranjeros que desatendieron un laudo laboral de la corte mexicana, así como por su propia visión de un capitalismo democrático y nacionalista, en el que las industrias básicas: la petrolífera y la siderúrgica, principalmente, jugaban un papel clave.
Cárdenas decretó la expropiación el 18 de marzo de 1938, creando la empresa nacional PEMEX (Petróleos Mexicanos), entidad que ha fungido como motor de desarrollo de todas las actividades productivas de la nación, desde ese entonces. Lázaro Cárdenas representa no sólo el liderazgo político deseable en todo actor que se dedica a la conducción de una comunidad; más allá de su función como gobernante, su legado para las generaciones futuras encarnó, en su momento, un ideal político cuyo principal fundamento fue el servicio que los recursos naturales podrían aportar al desarrollo social, para el pueblo. Uno de los efectos más importantes que el acto de la expropiación petrolera produjo, fue el amplio consenso nacional que Cárdenas fue capaz de crear. En esta decisión, no solo se sumaron los sectores del entonces partido de la revolución mexicana sino que de manera virtualmente unánime, otros sectores de la opinión pública mexicana, la iglesia católica entre ellas, se sumaron de manera entusiasta a la decisión del entonces presidente, quien construyo de esa manera una amplia base de apoyo social que perduraría muchos años después de que su presidencia terminara.
Además, durante el gobierno de Cárdenas, el renacimiento del arte y la cultura mexicana que se había iniciado en 1920, de nuevo experimentó un nuevo auge. En los años 1930 y 1940, la ciudad de México se convirtió en uno de los centros artísticos del mundo, cuando la Segunda Guerra Mundial comenzaba en Europa.
Otro aspecto característico del mandato del general Cárdenas, fue durante la Guerra Civil Española, cuando él presidente, apoyó la causa Republicana en la oposición política al dictador fascista de España, Francisco Franco. El Gobierno de Lázaro Cárdenas dio la bienvenida a miles de refugiados desde el sangriento conflicto español, y también personas que huían de la persecución de otros fascistas establecidos en Europa.
Un breve ensayo como éste no permite estudiar plenamente ni al hombre ni a su política. Sin embargo, Lázaro Cárdenas para mí, representa obra y legado, un hombre cuyos ideales revolucionaros impulsaron la estructura organizacional del estado mexicano. Un hombre que decía ser “Del pueblo y para el pueblo” como individuo, posiblemente lo más destacable fueron su singular paciencia, buen humor y compasión para la humana fragilidad. Gobernó a México por seis años sin matar a nadie, sin llenar las cárceles de presos políticos, sin desterrar a ninguno, sin seguir la política de ‘liquidación’ contra sus enemigos, sin negar al pueblo su derecho de petición, sin suprimir la libertad de expresión o reunión, sin fanfarronería, sin ademanes rimbombantes o histéricos. Durante los años que estuvo en el poder desapareció, por primera vez, el temor del pueblo mexicano y hasta el más humilde ser humano tuvo acceso al presidente del país. Quería escuchar con paciencia al más insignificante de sus congéneres y según decía una vez, aunque careciera de otras cosas, ‘al menos la paciencia tengo para darles’.
En mi opinión, el modelo de Lázaro Cárdenas desde entonces ha sido alabado pero nunca ha sido continuado. Sin embargo, tomando en cuenta los mandatos presidenciales de los últimos sexenios, creo que en cierto sentido es correcto. El modelo de Cárdenas era un modelo temporal. Hoy en día no tienen viabilidad el corporativismo, el presidencialismo; hoy en día la agricultura está tecnificada, sabemos que el reparto es insuficiente; hoy en día el petróleo está absolutamente internacionalizado; hoy en día no tiene viabilidad una economía estatizada; hoy en día son inaceptables los proyectos educativos ideologizados. Sin embargo, no todo está perdido. ¿Qué hay vigente del modelo cardenista? Su política social, la atención a los indígenas, la preocupación por los grupos desvalidos y sobre todo sigue vigente su legado moral. Un legado de nacionalismo, de honestidad y de manos limpias, limpias de sangre.
Bibliografía
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