Leyes En Europa Contra El Uso Del Velo: Temor Occidental Hacia El Mundo Islámico

 

El Islam y sus preceptos forman parte integral de la comunidad musulmana, no obstante, muchos de ellos se han puesto en tela en juicio por parte del mundo occidental, específicamente en el continente europeo. A lo largo de los últimos años, se ha desatado una gran polémica en varios países europeos -donde reside una considerable cantidad de población musulmana- respecto al uso de prendas tradicionales islámicas femeninas, dichos Estados han puesto en marcha normas legislativas que prohíben el uso de ciertas prendas, como el velo o el burka.

Ángeles Ramírez Fernández, autora del libro “La trampa del velo: El debate sobre el uso del pañuelo musulmán’, hace énfasis en como el temor al terrorismo ha propiciado el rechazo hacia la comunidad musulmana en Occidente, en donde ante el desesperado intento de evitar nuevos atentados se ha convertido en el pretexto adecuado para imponer normas a la población musulmana residente en el continente europeo. ‘De pronto, el hiyab se ha convertido en un instrumento que regula las relaciones entre los musulmanes y los no musulmanes. Esto puede ser muy peligroso’, asegura Ramírez.

La importancia del análisis del problema que significa el uso de vestimentas de influencia religiosa, se evidencia en el papel central que tienen en torno a políticas de integración de minorías culturales en Europa, además de mostrar como dicho continente ha manejado su asimilación respeto al número-cada vez mayor-de musulmanes que se encuentran en su territorio.

El objetivo de este trabajo de investigación consiste es indagar las posturas políticas y legislativas que han adoptado diversos países europeos en relación a la vestimenta tradicional islámica dentro del territorio occidental. Asimismo, se señalará el argumento de las mujeres islámicas acerca de su vestimenta, y qué factores influyen para utilizarla. Al realizar este contraste de ideologías se verá reflejado el verdadero sentir de Occidente para con el Islam, y como dicho sentimiento ha influido en la ejecución de su política.

VESTIMENTA ISLÁMICA TRADICIONAL DE LA MUJER

Desde el siglo VII, el Islam se ha convertido en una de las principales religiones del mundo. A medida que se ha extendido a otras sociedades, ha ido incorporando algunas costumbres locales del uso del velo e influido en otras. Para esclarecer mejor la situación, es relevante aclarar que existen distintos tipos de velos islámicos:

El hijab es un nombre para una variedad de pañuelos, es el velo más popular usado en el oeste. Estos velos consisten en una o dos bufandas que cubren la cabeza y el cuello, fuera de Occidente, este velo tradicional continúa siendo usado por muchas mujeres musulmanas en el mundo árabe.

El niqab cubre todo el cuerpo, la cabeza y la cara; sin embargo, se deja una abertura para los ojos. Los dos estilos principales de niqab son el medio-niqab, que consiste en un velo facial y un velo facial que deja visibles los ojos y parte de la frente y el niqab completo, el cual, solo deja una estrecha abertura para los ojos. El debate en Europa ha sido en su mayoría debido al uso de este tipo de velo, pues varios políticos han argumentado por su prohibición debido a que interfiere con la comunicación, creando preocupaciones de seguridad.

El chador es un chal de cuerpo entero que se mantiene cerrado en el cuello con la mano o con un alfiler. Cubre la cabeza y el cuerpo, pero la cara permanece completamente visible. Los chadores son a menudo de color negro y son más comunes en el Medio Oriente, específicamente en Irán.

El burka es un velo de cuerpo completo. La cara y el cuerpo enteros están cubiertos, y quien lo porta ve a través de una malla sobre los ojos. Este tipo de vestimenta es más comúnmente usado en Afganistán y Pakistán.

MEDIDAS CONTRA EL USO DEL VELO EN EUROPA

Los países europeos han luchado, en diversas formas, con el tema del velo musulmán, como el burka y el niqab estableciendo leyes que castigan el uso de dichas prendas. El debate occidental y las medidas legislativas que ha tomado cada país se han respaldado en temas como el discurso de libertad religiosa, la igualdad femenina, tradiciones seculares y, por supuesto, los temores hacia el terrorismo; de hecho, se debe enfatizar que la mayoría de las restricciones sobre vestimenta religiosa se introdujeron después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. El discurso global en torno a los ataques y la posterior ‘guerra contra el terror’, brindó varias justificaciones para las restricciones de la vestimenta religiosa de las mujeres musulmanas. La ropa religiosa a menudo era percibida como una amenaza para la ‘seguridad pública’, así como un signo de ‘opresión’, lo que daba cabida a concluir que las mujeres musulmanas amenazaban la seguridad pública.

La exhibición pública de la procedencia diferenciada, muchas veces llevada a cabo por mujeres “inmigrantes” a través de ciertas indumentarias, en particular las diversas ropas combinadas con una pieza para cubrir la cabeza, se ha interpretado como una amenaza para la pureza cultural y la cohesión social de los estados nación occidentales. El vestido que utilizan estas mujeres, “no sólo sorprende, sino molesta, cuando no ofende”.

Para algunos sectores de la sociedad europea, el posible hecho de que aumente el número de mujeres que utilicen el velo, supondría la emergencia de un gran peligro, a saber, la afirmación de una comunidad y religión que discrepa con los valores de una cultura occidental. De la misma manera, el pañuelo y sus distintas variantes, se vinculan con el incremento de movimientos fundamentalistas teniendo como piedra angular el Islam y según la opinión occidental, eso manifiesta una discriminación contra la mujer musulmana, así como su relegación social y su sometimiento al poder del varón. Todas esas premisas han servido para justificar las acciones legales que han implementado la mayoría de países en Europa con respecto al velo islámico.

A continuación se explican brevemente las medidas legislativas que se han puesto en marcha durante los últimos años en distintos países europeos, relacionadas con la vestimenta de la mujer musulmana.

Alemania

El 6 de diciembre de 2016, la canciller Angela Merkel dijo que el uso de velos de cara completa debería prohibirse en Alemania en ‘donde fuera legalmente posible’. Sus comentarios, hechos en una reunión de su partido político (Unión Demócrata Cristiana), se produjeron después de que el ministro del Interior Thomas de Maiziere propusiera en agosto planes para prohibir la burka, o cualquier velo de cara completa, en edificios públicos.

Austria

La coalición gobernante formada por los socialdemócratas de izquierda y el Partido-conservador-Popular de Austria, acordó en enero de 2017 prohibir los velos de cara completa (niqab y burka) en espacios públicos como tribunales y escuelas, y la ley entró en vigor en octubre de ese mismo año. El gobierno dijo en ese momento que estaba considerando una prohibición más general de los empleados estatales que portaran el velo y otros símbolos religiosos. Las medidas fueron vistas como un intento de contrarrestar el auge del Partido de la Libertad de extrema derecha, que casi ganó la presidencia en diciembre de 2016.

La coalición, expresó que los velos de cara completa en público obstaculizaban la ‘comunicación abierta’, la cual resultaba fundamental en una ‘sociedad abierta’.

Francia

El 13 de julio, la Asamblea francesa apoyó con un total de 335 votos a favor la ley que restringía el uso del burka y el niqab, esta iniciativa tuvo influencia en otros países europeos dando paso a un vehemente debate acerca de la regulación del velo islámico. Así, el 11 de abril de 2011, Francia se convirtió en el primer país europeo en prohibir dicha prenda en lugares públicos. Bajo la prohibición, ninguna mujer, francesa o extranjera, podía abandonar su hogar con la cara oculta detrás de un velo sin correr el riesgo ser multada. Como presidente, Nicolas Sarkozy, cuya administración impuso la prohibición, dijo que los velos oprimían a las mujeres y que por tal razón no eran “bienvenidos’ en Francia.

Francia tiene alrededor de cinco millones de musulmanes, la minoría musulmana más grande de Europa occidental, pero se cree que solamente unas 2,000 mujeres usan el velo completo. La multa por portar el velo equivale a 150 euros, además de una instrucción en ciudadanía. Asimismo, cualquiera que se encuentre obligando a una mujer a cubrirse la cara corre el riesgo ser multado por 30.000 euros. Los datos de 2015 mostraron que se habían sido impuestas 1,546 multas por la ley.

Bélgica

En julio de 2011 entró en vigor una ley que prohibía el velo de cara completa en Bélgica. La ley rechazaba cualquier vestimenta que ocultara la identidad de quien la portara en lugares públicos. En diciembre de 2012, el Tribunal Constitucional de Bélgica rechazó las apelaciones para anular la prohibición y dictaminó que ésta no era una violación de los derechos humanos. La ley belga fue confirmada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 2017. Antes de que se aprobara el proyecto de ley, el burka ya estaba prohibido en varios distritos según las antiguas leyes locales originalmente diseñadas para evitar que las personas enmascaren sus caras por completo.

Países Bajos

En 2015, el gobierno de Holanda prohibió el uso del velo en lugares públicos, además de incluir una multa de 405 euros si alguna mujer utilizaba la burka o el niqab en el transporte y edificios oficiales. El Ejecutivo estimaba que se suscitarían pocas sanciones ya que eran pocas las mujeres que llevaban el burka en el país, los datos cuantitativos de cuantas usaban el niqab se desconocen. El primer ministro de Interior de Holanda, Ronald Plasterk, expresó que resultaba importante poder ver la cara de la gente en las escuelas, por ejemplo, “si una madre recoge a su hijo en el patio, hay que asegurarse de que se trata de ella”.

El gobierno holandés se basa en el ideal de que la seguridad es algo esencial en referencia al servicio público, por tanto, sus ciudadanos deben sentirse a salvo. Por su parte, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, explicó durante una ponencia que el velo sólo se prohíbe en situaciones específicas en las que resulta esencial poder ver a las personas y que la ley no tiene ningún carácter religioso. En cuanto al ámbito público, la policía tendrá la capacidad de pedir a una mujer que esté cubierta que revele su rostro en caso de ser necesario realizar una identificación. Cabe destacar que el gobierno holandés ya había hecho esfuerzos previos -2012- para prohibir el velo en las calles, no obstante, las críticas de ese tiempo hicieron forzar a dar marcha atrás.

Para el año 2018, el Senado holandés aprobó una ley que prohibía utilizar el burka y otras prendas que cubrieran el rostro en espacios públicos. Dicha ley, supone una prohibición a prendas como el niqab islámico, el burqa, así como pasamontañas y cascos. Si dicha ley no se cumple, la multa podría alcanzar los 400 euros. La ministra del Interior de Holanda, Kajsa Ollongren ha defendido la idea que la prohibición de dichas prendas islámicas contribuirá para que las mujeres musulmanas accedan a una vida en sociedad más amplia así como a la oportunidad de contacto, comunicación y la oportunidad de ingresar en el mercado laboral.

Italia

En 2011, fue aprobada en Italia la prohibición del burka y naqib o cualquier otro atuendo que cubriera su rostro, las mujeres que violaran tal disposición serían multadas con la cantidad máxima de 300 euros, mientras que quienes las obligaran a utilizarlos, tendrían que pagar la cantidad de 30 mil euros además de pagar penas de hasta 12 meses de cárcel.

La ley italiana contó con el apoyo incondicional de Souad Sbau, quien es una marroquí que formó parte del partido conservador del primer ministro Silvo Berlusconi. Souad expresó que quería ayudar a las mujeres islámicas a integrarse de una mejor manera a la sociedad italiana, además de auxiliarlas para salir de la sumisión y darles voz.

España

Aunque no hay planes para una prohibición nacional en España, en 2010, la ciudad de Barcelona anunció una prohibición de los velos islámicos en algunos espacios públicos, tales como oficinas municipales, mercados públicos y bibliotecas. Al menos dos ciudades más pequeñas en Cataluña, la región noreste que incluye Barcelona, también han impuesto prohibiciones. Por su parte, el ayuntamiento de Barcelona dio a conocer que la prohibición en dicha ciudad estaba dirigida a cualquier vestimenta que impidiera la identificación, incluyendo los cascos para motocicletas y los pasamontañas.

Gran Bretaña

En enero de 2010, el entonces Secretario de Estado para la Niñez, la Escuela y la Familia, Ed Balls, recalcó que no era ‘británico’ decirle a la gente qué ponerse en la calle, esto sucedió después de que el Partido de la Independencia del Reino Unido pidiera que se prohibieran todos los velos musulmanes que cubrían el rostro. En septiembre de 2013, el ministro del Ministerio del Interior, Jeremy Browne, pidió un ‘debate nacional’ sobre los velos islámicos en lugares públicos.

Por su parte, el ex líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage, dijo que los velos completos fungían como símbolo de una ‘Gran Bretaña cada vez más dividida’, que ‘oprimen’ a las mujeres y representan una amenaza potencial para la seguridad.

SIGNFICADO DE SU VESTIMENTA PARA UNA MUJER MUSULMANA

Aunque la utilización del velo no es exclusiva del Islam, muchas de las mujeres musulmanas lo emplean como parte de su vestimenta habitual. Tradición, cultura y religión, integran un vasto campo de motivaciones que se entremezclan entre sí. En el Corán se pueden leer versículos que sugieren cierta forma de vestir: ‘¡Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas, a las mujeres creyentes, que se ciñan los velos. Ése es el modo más sencillo de que sean reconocidas y no sean molestadas. Dios es indulgente, remisorio.’ (Corán 33:59). “Di a las creyentes que bajen sus ojos, oculten sus partes y no muestren sus adornos más que en lo que se ve. ¡Cubran su seno con el velo! No muestren sus adornos más que a sus esposos, o a sus hijos, o (…).” (Corán 24:31).

En el año 2017, varias mujeres musulmanas respondieron para la revista The Beacon la interrogante ‘¿Qué significa el hijab para ti?’, todas ellas resaltaron principalmente la trascendencia que su vestimenta les da en su vida diaria.

Una estudiante de primer año de ingeniería civil expresó que las chicas utilizan el hijab para preservar su belleza, y personalmente ella se sentía protegida al usar dicha prenda, a la cual considera como parte de su propia persona, pues esta ligado con su cultura y religión. Asimismo, expresó su consternación ante un hecho desagradable que se suscitó al ser agredida verbalmente por un sujeto que le gritó “¡Tienes que creer en Jesús!”, esto la hizo pensar en porqué las personas querrían obligar a otras a profesar su religión.

Otra estudiante de educación primaria también destacó el papel de la religión ligada a su vestimenta, para ella, ponerse un chador significa un mandamiento religioso, ya que Dios le ha pedido que lo haga. Tal detalle implica reconocerse como creyente y realzar los valores que ella defiende como musulmana; asimismo, esta mujer también identifica su vestimenta como un factor de empoderamiento, se siente con el derecho de decidir cubrir su cuerpo. Algo interesante de su testimonio es que ella recuerda que empezó a vestirse cuando tenía 6 años, en ese tiempo, fue precisamente cuando ocurrió el altercado del 11 de septiembre. Ese contexto le hizo visualizar el miedo que se tenía por los elementos musulmanes, pues su propia madre le preguntó si estaba segura de querer utilizar el chador. Al vestirse tradicionalmente se enfrentó a muchas personas que la tildaron de “terrorista”, por tanto, desde una edad muy temprana fue consciente del estigma que se tenía hacia su cultura.

Para las mujeres musulmanas, usar un velo o una cubierta para la cabeza es una muestra de obediencia al Corán y a Alá, además de ser un símbolo de la modestia y de su condición como mujer. Las cubiertas islámicas para la cabeza varían estilísticamente de una cultura a otra, y cada cultura interpreta la tradición del Corán de formas ligeramente diferentes. Ya sea por la forma en que las mujeres colocan sus bufandas, la cantidad de cobertura que brinda un hijab o los colores y telas que eligen, el vestido de las mujeres musulmanas no es solo una cuestión de moda, sino una expresión de fe. No se puede negar que hay mujeres que usan el hijab porque no tienen otra opción: su cultura o su familia lo exigen. En muchos países musulmanes, usar el hijab es ley. Pero, a menudo, las mujeres musulmanas optan por cubrirse la cabeza y la cara porque así lo desean. Su modestia es una expresión de su convicción religiosa y su devoción a Dios.

REPRESENTACIÓN ESTEREOTIPADA DE MUJER MUSULMANA

La oposición entre Oriente y Occidente ha sido históricamente uno de los binomios de representación en los que se ha basado el discurso imperialista de dominio colonial de Europa con respecto a buena parte de Asia y África. El conflicto cultural entre Occidente y el Islam ha tenido unas claras connotaciones de género, ya que la mujer musulmana ha sido emplazada como uno de los principales objetos de diferenciación cultural..

Las continuas polémicas sobre el hijab y su presencia en el espacio público constituyen claramente un conflicto generado por estas formas de representación estereotipada del otro. De hecho, la necesaria significación del velo islámico como síntoma de desigualdad asociada a la cultura de origen, ha sido repetidamente negada por la propia experiencia de las mujeres musulmanas que deciden llevarlo. El velo es en definitiva el “paradigma de la no-comprensión de la otredad”. En el marco de la incapacidad de los países europeos por comprender la cultura musulmana, es donde se desarrollan las legislaturas anteriormente explicadas y es aquí donde cabe preguntarse qué tan adecuado resulta que los occidentales decidan hasta dónde puede llegar la libertad de expresión de las musulmanas en sus países.

En el continente europeo los estereotipos sobre la situación de las mujeres musulmanas se convierten en un instrumento muy eficaz para demonizar sus sociedades y muy particularmente su religión. Si bien en la actualidad en Europa, tanto la academia como la sociedad civil prestan cada vez más atención a la islamofobia (discriminación contra los musulmanes) en general, se ha prestado una atención significativamente menor a la forma en que la legislación y las políticas gubernamentales, en particular las restricciones a la vestimenta religiosa, discriminan a las mujeres musulmanas. Una posibilidad de encontrar una solución a esta situación, que obstaculiza la salida de los límites que imponemos a la comunidad musulmana, es darle voz para permitirle una auto representación que pueda contrarrestar los estereotipos del que es víctima.

15 Jun 2021
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